No suele haber demasiada gente, sin embargo las esperas son de aproximadamente una hora para enviar una carta. El personal no sé si es escaso, pero de las 4 ventanillas, solo atienden dos o tres, y cuando están las tres, se dividen así: — Una cobra pago fácil. Jamás tienen cambio. Siempre andan gritando que sin cambio no las cobran. — Una paga planes sociales, asignaciones, etc. — Un escritorio aparte hace algo relacionado con la tarjeta SUBE. — Solo una ventanilla está dispuesta para la gente que quiere enviar correspondencia, ¡que es el objetivo final del correo! Es inadmisible que solamente pongan a una persona encargada de esto. Y si te toca adelante alguien que está enviando telegramas, olvidate, no salís más. Además, tienen un llamador de esos numéricos pero no lo usan, van gritando los números, entonces si estás haciendo tiempo afuera, tal vez no te enteraste que llamaron tu número(porque mueven el contador ese digital cuando quieren, y cuando no quieren no). De repente ves que empiezan a correr los números para«ponerse al día» con el turno que va. Un desastre. Lo único bueno de este lugar es que tiene una panadería muy rica al lado a la cual acudir para comprar cositas ricas mientras se hace tiempo. Y que está en pleno centro comercial de Adrogué, lo cual te permite(gracias al cielo) sacar un número e irte a mirar vidrieras mientras tanto.