Bama

El cine Bama se encuentra sobre la diagonal norte a metros del Obelisco en pleno centro de Buenos Aires. Junto con el Lorca y el Premier, son los dos cines independientes que sobreviven por la zona y que se destacan por proyectar películas que no formar parte, en la mayoría de los casos, de la programación de los cines comerciales. Se destacan por proyectar muchos títulos europeos pero también de otras regiones. Los precios de las entradas son más económicos que en los cines comerciales y tienen descuento de lunes a miércoles. Como aspecto negativo debo decir que la infraestructura del cine no es moderna, lo cual significa que el audio y el sonido de las películas no es bueno. Lamentablemente, la inversión en digitalizacion y reforma del cine solo podría lograrse con subsidios o ayuda del estado como ocurrió con el Gaumont. De todas maneras, para los amantes del cine sigue siendo un placer ver películas en una pantalla grande.

Gran descubrimiento de este verano! Buscando algo para hacer un sábado a la noche sin que me saquearan mi pequeño bolsillo de trabajadora en negro, di con el documental de punk rock Salad Days, y por consiguiente, con BAMA, un pequeño cine que se encuentra escondido en Diagonal Norte, a metros del Obelisco.
Es verdad que le falta mantenimiento, es verdad que sus salas son chicas y que el desnivel no es el adecuado para que no te tape el de adelante. Pero rescato otras características: aire acondicionado en las salas, no así en el resto del complejo, una entrada de precio aceptable ($ 60) sobre todo para los que van solos, y una programación fuera de todo lo comercial que pasan en los cines de shopping.
Hay que llegar con tiempo porque los asientos no son numerados y además, al estar ubicado en un subsuelo sentis el paso del subte, pero nada que moleste e impida disfrutar de la película.

Todo un clásico; BAMA fue un cine que durante mis primeros años en Buenos Aires lo concurrí de manera excesiva.
Me gusta que la cartelera sale de lo mainstream y te permite ver en pantalla grande películas que nunca van a aparecer en los cines de shopping.
El lugar es medio pequeño y requiere que le presten mayor atención. El alfombrado rojo ya es rojo sucio y cosas por ejemplo como el sonido a ratos fallan mientras se ve una peli.
Lo recomiendo porque es una alternativa para microcentro, porque son necesarias estas propuestas independientes. Porque siempre esta bueno tener alternativas a lo super popular y masivo. Obviamente, si le hacen cambios y adecuaciones este sitio estaría entre mis preferidos al momento de ver una peli.

Me encantan este tipo de cines antíguos!!!
Se que no es para todos, pero a mi me genera sentimientos de nostalgia y pertenencia patria.
Es sumamente gracioso que durante la película tiembla todo por los subtes. En absoluto molesta para ver y escuchar la película. Es sólo el piso!
Para entrar, como verán en mis fotos, es un gran pasillo de colores! recuerdo en los ’90 que eso era algo totalmente extravagante! rebelde!
El cine es chico, la pantalla es grande y buen sonido. Las butacas son típicas de la época, no prentendas una butaca de cine IMAX!!! jaja

Es el shitty cinema por definición, pero lo amo por variadas razones. Las principales: la variedad de películas (mayormente europeas y/​o independientes) y horario, los módicos precios (50 $ de lunes a miércoles, 60 $ resto de la semana y feriados), y el acceso mega fácil (a 50 metros del obelisco, llegas con lo que sea). Fueron muchas las veces que estuve sin hacer nada y me metí a ver una película a las 3 de la tarde, ponele, y compartí la tarde con 4 o 5 jubilados igual de perdidos que yo. Lo sorprendente es que casi ni se nota porque las salas tienen una capacidad de 100 personas aprox. (si, conté las butacas), pero parecen mucho más chicas.
Con estos beneficios, me lanzo al torrente de desgracias mayormente referidas a las instalaciones. La más notoria e inmediata es el aspecto de pelicula de terror que tiene el cine. Más si vas a esos horarios en la mitad del día en los que no hay nadie, te da un poquito de miedo entrar sola en esas salas subterraneas, oscuras, olorosas… (no es tan terrible el olor, pero a veces hieden. Ayer fui y, por ejemplo, se me quedaban los pies pegados al piso por la mugre…). Otro factor en contra, es el tamaño de las pantallas. No es que sean miniatura (tendran 3 y pico por ⁷⁄₈ metros medidos a ojo), pero si estás esperando la talla de los cines comerciales, por ejemplo, (ni te cuento la de un sala 1 del gaumont) te vas a sentir desepcionado. El último detalle en contra es la calidad de sonido, que deja bastante que desear. Como pasa con la pantalla, acá no hay dolby ni nada que se le paresca. Vas a escuchar la película de al lado si la tuya llega a ser más o menos silenciosa y, peor de peor, vas a escuchar pasar el subte. Este último es un detalle totalmente lógico que no se suele tener en cuenta. Estas a metros de la combinación de subtes abajo del obelisco en una sala subterranea, creeme, vas a sentir el paso de un tren cada 5 minutos. Esto no es mayor problema si estas mega entretenido con la película y cancelas todos los otros sonidos, pero si te empezas a embolar, te aseguro que te vas a distraer.
Con todo esto, repito, amo a Buenos Aires Mon Amour. Vuelvo y sigo volviendo por la programación y la comodidad. Ahora, una reforma no le vendría nada mal… Lo querríamos mucho más.

Me duele mucho tener que hacer esta reseña, pero es necesario.
Este cine necesita cambios urgentes o cerrarse. YA.
Explico la situación: el sábado ¹¹⁄₀₇ fuimos a ver Anticristo de Lars Von Trier, película conocida por ser muy fuerte. Durante la proyección una persona se descompuso. No había nadie del cine chequeando la sala, nadie se acercó a asistir a la persona (que tuvo que ser retirada por dos personas de la audiencia), no se llamó al SAME.
Se tendría que haber parado la función, prendido las luces, tendría que haber entrado personal entrenado del cine a socorrer a la persona mientras llegaba la ambulancia.
Además, el cine en sí es un asco: el lugar es horrible, las sillas son incómodas, la pantalla es muy chica y la sala en si tiene tantos problemas acústicos que se escucha el subte pasar por debajo, las voces de afuera y la película que suena al lado.
La verdad que fue una experiencia bastante mala.
Apoyo muchísimo su programación, pero ese cine necesita reformas urgentes.

Bama, también conocido como Cine Arte, es uno de los lugares principales para ver películas de culto. Está ubicado en un lugar estratégico, en pleno corazón porteño, a metros del Obelisco. Numerosas líneas de colectivos y el subte hacen que sea un lugar de fácil acceso. La única contra que tiene es que las salas son chicas y están muy pegadas entre sí. Eso permite que se escuche la música de la película de la sala contigua.

Pros:
— ubicación
— selección de films
— horarios
— calidad audio y video
— eventos /​proyecciones especiales
— cinema independiente
Contras:
— audio de salas contiguas se filtra
— set up de la sala: (butacas al mismo nivel, pantalla muy alta, la única manera de no tener tortícolis es sentarse en las ultimas tres filas de la sala, a partir de la cuarta ya se pone feo el asunto)
— poca ventilación/​aire acondicionado

Un complejo de cine en el medio de la ciudad, más chico que las grandes franquicas pero con un número aceptable de salas. Éstas son chicas (50 personas aproximadamente) pero cómodas, aunque las butacas están casi a la misma altura lo cual es una cagada si llegás a tener un vecino muy alto.
La entrada es obviamente más barata que en los cines masivos ($ 50), y el detalle lindo es que estrenan películas interesantes de ver, que no se van a estrenar en ningún otro lado; no son tan dependientes de la cartelera mainstream (va a venir un purista del cine a decirme que sí y yo le voy a decir que se mate).
El sonido es bueno, no te aturde ni te deja aguzando el oído, y la imagen está bien.
Tienen varios horarios para cada película, lo cual es un golazo, y la ubicación es ideal: tenés muchísimos lugares para comer a la redonda.

Apenas ingresar al lugar la primera sensación que se me viene a la mente es: «Que agradable un cine que no parece salido de una junta directiva».
Y es que como cinéfilo viejo, vengo de la vieja camada que solía recorrer aquellas míticas salas de Lavalle y aledáneos, en donde lo que se destacaba no eran sus coloridos pasillos, sus pantallas mostrando animadas opciones de combos, o las promos con diferentes tarjetas. Tenían un alma.
Y eso es exactamente lo que me produce B.A.M.A.: un cine a cargo de gente que ama y –me animo a decir– CONOCE de cine, con propuestas de títulos que difícilmente podamos encontrar en las conocidas cadenas. Y eso, para los que esperamos algo más que «Rápidos y Furiosos 128» o «Adaptación Genérica de Libro para Adolescentes Nº 14» es algo invaluable.
Es cierto: sus salas no estarán muy bien aclimatadas, sus proyecciones no serán pulcramente digitales (aunque un servidor siempre amará el fílmico) o su sistema de sonido no será ultra-​mega-​hyper envolvente. Pero no es el punto.
Remarcar que las salas son bastante pequeñas. Particularmente no es algo que me desagrade (es más, hasta se genera cierto clima «íntimo» entre los que comparten una proyección). Además, dudo que en alguna de ellas uno se encuentre a una persona comiendo nachos con queso (¿En qué momento se les ocurrió a las cadenas implementar algo tan repulsivo como eso?).
¿Quieren buen cine y propuestas que van más allá de las mega producciones que fácilmente podremos encontrar en otros lugeres? B.A.M.A. es entonces una seria opción a tener en cuenta.

Bama es un clasico entre los cines de capital por su ubicacion estrategica a metros del obelisco. En este momento estoy en la previa de la privada de casa vampiro que me gane con Unilocal.Previamente hay un evento donde los invitados estan degustando unos tragos de campari. El cine esta ubicado en un subsuelo por lo que hay que bajar las escaleras. Esta lleno de posters de películas y sus alfombras son rojas. Hay 3 salas. Nos regalaron dientes de dracula con la entrada y estaban buscando quienes podian posar con esos dientes para sacarse foto con el poster de la peli y dije que podia hacerlo asi que estoy en esas fotos promocionales. Casa Vampiro me gusto, me pareció una buena satira. A mi me toco en sala 1 que es la sala más grande de BAMA. Las salas son muy pequeñas, me gustaría que fueran un poco más grandes. El tipo de peli que dan es para elegidos ya que no son tan comerciales y si de alta calidad

Sin 2×1 ni descuentos con tarjeta, BAMA se las arregla para seguir, gracias a las películas que muchas veces no entran en el circuito convencional. Por ejemplo, fue el primero y no se si el único que proyectó «7 cajas» peliculón paraguayo que terminó en muchos listados como una de las películas del año.
Las salas son chicas, tienen aire acondicionado y las entradas cuestan menos de la mitad que en cualquier cadena ($ 30 de lunes a miércoles y 40 de jueves a domingo).
A metros de Corrientes, es ideal para ir antes o después de comer una pizza en Guerrin o Banchero.

BAMA es una opción diferente para ir al cine. Ofrece la posibilidad de ver películas que en el circuito comercial no tienen muchas salas ni duran mucho tiempo en cartel. Las entradas tienen un valor de $ 25 de lunes a jueves y $ 35 de viernes a domingo, mucho más barato que los cines tradicionales. Está ubicado sobre Diagonal Norte, a media cuadra de la 9 de Julio, sobre esa calle empedrada y rodeada de árboles tan linda del centro de la ciudad.
Las salas son pequeñas pero confortables. Lo único que tengo para criticarle es que se escuchaba la película de la sala de al lado, quizás le faltaría mejorar un poco el aislamiento del sonido. Pero bueno, si están buscando alguna película de cine más alternativo y ya no la encuentran en las grandes cadenas, pueden darse una vuelta por la página de BAMA, donde aparecen todas las funciones de la semana. Las entradas sólo se compran en boletería.

Yo amo el cine.
Todo el cine.
Por eso es que no discrimino e intento ver belleza en todas las películas sin discriminar genero, calidad y cualidades.
Es así que me permití emocionarme hasta las lagrimas viendo la comercial Armageddon, donde un estoico Bruce Willis, sacrifica su existencia humana para que la tierra entera y su amada hija, pudieran ver al maleta de Ben Affleck seguir actuando.
Me se de memoria el dialogo de Jerry Maguire en donde Tom Cruise entra a la sala donde un grupo de mujeres defenestraba al genero masculino y el entra, deja caer su «maleta» y rompe el silencio dejando caer un «estoy buscando a mi esposa»…
Con un amigo estudiamos cine y el si se dedico a investigar el viejo y nuevo cine, el cine mas de autor.
Me volvió loco para que vayamos a ver una peli japonesa y tuve que acceder.
Es raro ir a un cine un lunes, y a las 15 hs, es aun mas raro.
Me sentí un valijero degenerado de esos que van a los cines porno de calle Lavalle… me contaron, aclaro.
Es raro que en la boleteria no te atienda un adolescente ni un colombiano, sino un señor, como vos, como yo.
Muy amable, que se toma su tiempo para atenderte.
Dos cosas: una es que ama lo que hace y la otra es que éramos 10 en una sala.
La sala es austera.
No hay Popcorn, ni nachos, bah, si va un muchacho que se llama Ignacio, seguramente un «nacho» habrá…Plop!
El cine tiene una opción de membresia.
Por $ 80 podes ver 4 películas por mes.

Huyendo del circuito de cine Hollywoodense y súper comercial, encontramos en pleno centro porteño a BAMA (ex Arteplex).
Si bien no tiene una cartelera enorme, siempre vas a encontrar dos o tres joyitas del cine arte internacional que valen la pena, todo esto sumado a una jugosa oferta de horarios para cada una de ellas.
Las entradas se sacan en la boletería de planta baja (no tienen compra ni reserva online) a la mitad de lo que las conseguirías en otros cines: 25 de lunes a jueves y 35 de viernes a domingos y feriados. Una ganga. Lo que sí encontrás online son los horarios.
Las salas son esa mezcla perfecta entre un cine más comercial, pero con un poco más de intimidad que merece el cine de culto. Nada de comida, no hay ni un chico vendiendo maní, pero me parece perfecto porque no me gusta para nada la gente que te come encima de la película.
No se suelen llenar las salas, pero andá con tiempo para conseguir buenos lugares porque no suelen numerar las butacas.

Buenos Aires es una ciudad grande y culturalmente muy activa. Sin embargo, encontrar cines que se corran, aunque sea un poquito, del circuito mainstream no es tan sencillo como parece.
La oferta del cinearte se concentra en el centro porteño, aunque puede encontrarse alguna muestra por fuera de los alrededores de la 9 de Julio. Muy cerca de la avenida más ancha de América y cerca de la zona de Tribunales, Bama Cine Arte es uno de esos lugares donde podemos ver largometrajes no producidos exclusivamente en Estados Unidos. Cine francés, italiano, danés, israelí y también local, en Bama encontramos una variedad de horarios en la cartelera que no está supeditada a los estrenos más populares. Si bien ofrecen películas norteamericanas –una de las últimas fue Blue Jasmine, por ejemplo-​, la diferencia de Bama es que esa película turca que estábamos buscando no va a estar en la trasnoche del martes, sino que vamos a poder elegir entre una interesante variedad horaria, inclusive durante el fin de semana.
Más cosas a favor: la entrada cuesta $ 35 de jueves a domingo y, lean con atención, solo $ 25 de lunes a miércoles. Se preguntan si tiene alguna contra … bueno, sí, nada es perfecto. Si la entrada cuesta entre $ 25 y $ 35, no habrá HD ni sonido supersónico ni butacas reclinables, menos que menos pochoclo y nachos con cheddar fundido. Vamos, vemos la película en una discreta pantalla en una sala también de discretas dimensiones y nos volvemos a casa. Y el promedio de edad del público ronda los 65 años, así que quien esté atravesando la crisis de la mediana edad, vaya y siéntase jovencísimo en una sola función.
Para resumir, quienes estén interesados en aquella película que ganó el festival de cine independiente de Madagascar, fíjense en la cartelera de Bama, que hay buenas posibilidades de que allí la encuentren.