Comer acá es una experiencia. El lugar es elegante aunque conserva el ambiente pintoresco que uno espera al visitar un pueblo con Los Cardales. Va muy bien para citas o reuniones indistintamente pero nunca informalidad. No esperen encontrar una parrilla de campo simplemente porque no queda en Capital. La atención fue perfecta y sumó a la velada(si, era divina la moza y quién no quiere enamorarse?) La comida por el genial Franco Malacisa me pareció excelente y la carta cambia constantemente así que este año visitare nuevamente. Quizás un 29 que me han comentado té sirven unos ñoquis exquisitos de entrada! Entradas: Colas de langosticos jumbo y Queso brie crocante Principal: Roll de cordero al horno de barro Vino: Malbec Reserva Saint Felicien Postre: Crème brûlée Como arranque la reseña, es una experiencia venir acá y se los recomiendo ampliamente.