Claro de luna está ubicado arriba de Gambito de Alfil, en el lugar en donde antes estaba el bar El puente(Die brüke). Y la verdad es que mantienen muchas costumbres del anterior bar. Se pueden estar mil horas hasta atenderte, luego los pedidos tardan otras mil horas pero, por suerte, y como en el anterior bar, te dejan estudiar todo el tiempo que quieras. Es cierto que es bastante ruidoso el lugar para estudiar pero si sos uno de los que necesita murmullo, entonces va bien. Y, de hecho, si vas a estudiar ¿qué te importa que tarden en traerte el pedido? ponete unas páginas con Meister Eckhart y en un ratito está tu pedido. Además, el bar es muy lindo, el ventanal de la esquina garpa muchísimo, el mobiliario es hermoso y más allá de que los camareros están en cualquiera, tienen su onda. Obviamente, no tienen tarjeta pero si sos estudiante, quizá no la tengas(sin ofensa, che).
Marianela A.
Rating des Ortes: 3 Buenos Aires, Argentina
Claro de Luna está en la esquina diagonal a la Facultad de Filosofía y Letras, por lo que el 99,9% de su clientela está compuesta por sus alumnos y profesores. La puerta de entrada es casi imperceptible, y como da a unas largas escaleras(el bar se encuentra exactamente arriba de la librería Gambito de Alfil), muchos de los que pasen por ahí sin conocerlo podrían no saber bien de qué se trata. El espacio es amplio y algo ruidoso, por lo que no es la mejor opción si necesitás leer y menos estudiar. Tal vez lo más llamativo sea la decoración, que intenta reproducir los años ’50 yankis. En cuanto al servicio, suelen ser un poco colgados, así que podés llegar a estar 10 minutos sólo esperando a que te traigan la carta. De todos modos, todo lo de cafetería es bueno, y los pocos platos(sandwiches y pizzas, no mucho más), también. Además tienen algunas promociones para los que piden cerveza, y todas vienen acompañadas por una mini picadita.
Ariana A.
Rating des Ortes: 3 Buenos Aires, Argentina
En Puan y José Bonifacio, es otro de los varios bares y negocios que giran alrededor del«planeta Puan», uno de los favoritos de los estudiantes. Su perfil está más dirigido a ellos, por lo que no compite con Sócrates o Vitraux, sino con el bar del Cefyl, que está dentro de la facu. Las órdenes tardan, y no es muy barato, pero el café, las medialunas y los tostados superan ampliamente todo lo que haga el centro de estudiantes. Lo mejor del bar es su ubicación, arriba de la librería Gambito de Alfil, justo en la esquina en diagonal con la facultad. La entrada se realiza por una estrecha escalera, hay que ponerse de costado cuando viene alguien de frente. El bar se disfruta mucho más estando en una mesa contra la ventana, con el edificio de Filo y su movimiento como paisaje.