Club 74

Hermoso bolichito creado en los años 70s y que sigue pasando la música de esa epoca. Mucho funk y musica disco, ambiente genial, buena barra y gente copada de todas las edades. El dueño es muy amable y se nota que le gusta lo que hace. La ambientación del bar se quedó en los años 70 y aunque esto pueda sonar feo, lo cierto es que te encontrás con un lugar super acogedor.

No es una disco, es una EXPERIENCIA.
Pocas veces en la vida uno puede decir que un lugar te conmueve a tal punto de sentir que el tiempo se detiene.
En mi caso, sentí algo así al pararme frente al Castillo de Cenicienta en Disney World. Y al entrar por primera vez a Club 74.
Es una boîte que nunca cerró sus puertas desde la década del 60 y mantiene originales la gran mayoría de los elementos que la caracterizan, es más, da la impresión de que no le hayan cambiado ni una lamparita desde su inauguración. Es magia pura.
Desde lo arquitectónico se destaca por simular, en su fachada, la visita de un plato volador. Así como lo leen con una gran escalera lateral y una puerta de dos hojas.
Ya una vez adentro, la estructura se vuelve completamente incoherente, no hay paredes llanas. Todo es curvo, con desniveles y pequeñas divisiones, sillones empotrados con almohadones y «cuevas» que, según los entendidos, simbolizan la superficie lunar.
Una cabina de disc jockey, con sus bateas intactas, custodia a la gran diva del Club: La Pista de Baile.
Salida literalmente de la película Fiebre de Sábado por la Noche (las placas luminosas del piso son las mismas sobre las que John Travolta hizo sus pasos épicos al ritmo de los Bee Gee’s). Las luces intermitentes, sirenas, bolas de espejos componen una atmósfera irreproducible.
El principal mérito de Club es su autenticidad. Nada allí es simulado. Club 74 es, no intenta ser.
Los sábados se celebran las noches de Disco Funk N’ Soul. Y es la gloria. Diversión absoluta entre personas que, como las chicas de Cyndi, sólo quieren divertirse.
Ideal para ir en grupo. Y dejarse llevar. La música hará el resto.
Saludos,
I.

Mi lugar favorito en Buenos Aires. La musica es fenomenal y el lugar espetacular. Te sientes como en los años 70 con el lugar del baile iluminado. No hay otro lugar en el mundo que conozco donde te siente como en la película «Saturday Night Fever» como allá. Es un poco lejos de todo, pero vale la pena.

É uma pena, mas no dia em que estive nessa balada pra lá de colorida, eu estava num mal humor considerável, o que significa que não consegui aproveitar muito a noite. Mesmo assim fiquei com o lugar gravado na memória. Chegamos aqui por indicação do amigo de uma amiga, um estrangeiro que morava em Buenos Aires e estava por dentro das tendências da cidade. No email de dicas que recebi, ele descrevia essa casa noturna como «uma viagem». E é bem por aí mesmo.
Afastada dos bares e clubes de Palermo, esse lugar foi um verdadeiro achado. Pequeno, mas super descolado, ele tem uma vibe dos anos 70: luzes coloridas acendem loucamente no chão da pista de dança, o que dá uma graça extra ao ambiente. Lembro que os drinks eram bem gostosos e o público mais alternativo. Infelizmente fomos embora antes do bicho pegar mesmo, por conta de um erro estratégico: chegamos cedo demais, o que é imperdoável na noite porteña. O resultado é que a casa estava quase vazia e ainda ia demorar umas duas horas para encher.
Minhas amigas ficaram impacientes e resolvemos ir para outra balada — que, infelizmente, se revelou uma furada e tanto. Até hoje fico pensando como teria sido se tivéssemos esperado o lugar encher. Se eu voltar para Buenos Aires com certeza vou querer retornar para ver a ferveção da pista de dança mais colorida que encontrei nos últimos tempos.

Milagros de la Buenos Aires fiestera que siguen en pie contra todo tipo de vanguardia nocturna. El famoso Club 74 está frente al Monumental en pleno barrio de Nuñez y representa una de las pocas discotecas (quizás la única) con verdadera impronta disco de la ciudad de Buenos Aires. Piso de colores que se mimetiza con la múisca que suena, bola de espejos de las grandes y ambiente antro cool que te transporte a la película Boogi Nights (sexo incluido).
Lo que más me gusta de ir a este lugar es que a veces lo alquilan para hacer fiestas electronicas pesadas o eventos de hip hop. Osea, este psicodélico escenario de colores y luces pero con música nada que ver, lo que genera una fiesta aún más loca y divertida.
Fijense las fechas a venir e intenten ir a esta discoteca, no se van a arrepentir para nada.