Compustura de calzado

La difícil tarea de comprar ojotas arremete cada verano. Para mi son artículos tan necesarios para vivir como la comida, el agua e internet, solamente que no estoy dispuesto a pagar demasiado por ellas. Después de todo son goma moldeada para que los pies estén frescos al caminar.
Al horrorizarme con los precios enfermizos de la famosa marca brasilera con nombre gentilicio de Hawaii llegué a esta vieja zapatería de Villa Crespo, en la esquina de Corrientes y Lambaré. Ahí no solo arreglan calzado sino que venden todo tipo de ojotas, pantuflas, zapatillas y chancletas a precios muy bajos.
Compré unas auténticas «panchas» o como todos la conocen «adilettes» por solo 45 pesos. Me enteré que ahora están a 75 pero creo que sigue siendo negocio. Tienen el escudo de la selección alemana y son marca «Sufflé».
El señor que atiende es un grosso. Solo se comunica por onomatopeyas y hace gestos de OK cuando le acercás el dinero de la compra. Vale la pena pasar a visitarlo.