Me lastimé el pie izquierdo en el último día de un viaje. Fui a la guardia, me vendaron y diagnosticaron esguince grado 3. Con el pie gigante llegué a Buenos Aires(silla de ruedas en el aeropuerto y saltitos por todos lados mediante). Fui a un traumatólogo que apenas me miró y un kinesiólogo con el que la lesión no progresaba. Hablé con mi dermatólogo(él es mi médico de referencia, confío plenamente) y me recomendó ir al consultorio del Dr. Cardinale en Devoto, un especialista en espalda que comparte consultorio con otros médicos. Ahí me atendí primero con el Dr. Dehter, después con el Dr. Stumbo(con él sigo haciendo controles por mi pie plano). Después de los estudios, me ordenaron hacer kinesiología(creo que hice más de 40 sesiones) para poder recuperar el pie. Ahí mismo tienen un espacio de rehabilitación, con aparatos, pelotas, sogas, elásticos, bicicletas, lo necesario para hacer los ejercicios que te sugieren. Los gabinetes son para dos personas, las camillas y todos los elementos que usan están en perfecto estado. La atención de los kinesiólogos fue excelente: me atendieron María y Gerardo, siguieron la lesión, sugirieron actividades complementarias para que hiciera en casa y estuvieron siempre atentos a cada detalle. La sala de espera es un poco chica para la cantidad de consultorios que hay. En kinesiología respetan los horarios, en traumatología depende del día. En la recepción te ayudan a que encuentres los horarios que te convengan y puedas armar tu rutina.