Dobar Tek

Of all the meals I had during my week+ stay in Argentina, this is probably packed the most value and most ‘home-​style.’
Basically, a cheese strudel and a generous helping of veal gnocchi all for less than $ 20 USD and with warm, friendly service. I think every table was full on a Friday night at 9:30pm, many with large families — reminded me of many of the Italian and Indian restaurants I grew up with in NYC/​Long Island. I love immigration.
The proprietor (?) seemed a bit surprise that we stumbled upon this restaurant, especially since it was definitely a hole-​in-​the-​wall with no signage and requiring a buzzer to enter (we found it by looking at Google Maps to figure out where we were).
Definite a must-​eat if you want something unique.

El lugar es muy pintoresco: hay cuadros de croacia y revistas para ojear del país. El dueño y sus hijas son súper amables.
La comida me parece espectacular. Destaco los strudels salados (el de mariscos es la perdición) y una torta que tienen, con capas de chocolate (torta dobar tek quizás?). También tienen un te con rhum que va genial con dicha torta.
Recomiendo, y no sólo para los amantes de la comida exótica.

está muy bien dobar tek. en serio. pese a quedar en san juan al 500, vale la pena.
le bajé algunos puntos porque todo es pesadísimo y porque el lugar no es lindo.
el gulash está muy bien. pero lo mejor es el strudel. hay de distintos gustos. nosotras pedimos uno de carne y otro de verduras. había uno medio sui generis con jamón y queso y tomate y no se qué más, pero nos mantuvimos en lo tradicional.
lo mejor, sin dudas, fue el strudel de manzana con helado.
no es un lugar para ir si: estás a dieta o no comés carne o no comés harinas o comés sin tacc. así de sencillo.
es muy original, creo que no hay otro lugar croata acá.
pero no es mi tipo de comida. fui porque era el cumpleaños de madre y ella es fan de la comida centroeuropea (dice que es cuestión de herencia, pero creo que es por puro gusto). qué se yo. no es tan caro por lo menos.
eso, no decepciona.

Súper sí.
No creó que sean demasiados los restaurantes de especialidad en comida croata que haya en Buenos Aires, por lo que de momento este es el único que conozco y no tengo parámetro con el cual comparar el sabor o la preparación –correcta o incorrecta– de los platos. Pero sí puedo decir una cosa con seguridad, y es que me encantó todo lo que comí.
La carta no es amplia, pero todo tiene buena pinta (el menú viene con fotos) y son platos MUY abundantes. Y ricos, ¿ya dije que estaban ricos? No pueden irse son probar algún strudel salado (mi preferido fue el de pollo). Tip: en cada plato de strudel vienen dos rectángulos de esta comida, por lo que pueden pedir con dos rellenos distintos y así probar una mayor variedad).
La carta de vinos es bastante buena, y también tienen licores y cerveza.
A los postres la verdad no pude llegar por lo llena que estaba.
La atención y simpatía de quienes atienden (sus dueños) compensan con creces la estética o decoración del lugar, que no es de las más lindas que he visto. Hay que imaginarse que es como un club de barrio: banderas croatas por todos lados (incluso las servilletas de papel son rojas, blancas y azules), cuadros con distintos paisajes del mencionado país, televisores colgando de la pared que pasan, al mejor estilo «casa de turismo», vídeos en loop mostrando las maravillas de Croacia, país al cual evidentemente están orgullosos de pertenecer.

Una joya oculta al sur de la Ciudad. Restaurant de familia croata donde podes comer el mejor strudel salado.
El lugar tiene pinta de ser como una sede social o un club (no esperen grandes lujos) y aún así te hacen sentir a gusto.
Porciones abundantes, precio un toque caro (pero apenas) y una atención familiar.
Recomendable para días de frio.

Los habitues de miramar y mar del sur, en la costa atlantica, conocemos al restaurant markaska, tradicional lugar de comida croata.
Hace poco se mudaron a san telmo, para abrir fuera de temporada de verano con otro nombre.
Uno de los poco lugares de comida croata en bsas, muy recomendable los strudels de carne, verduras, mariscos (hechos de una masa milinetrica) el clasico gulash pretzel, los postres, todo caseresimo!
Otro punto fuerte es que es atendido por los dueños y te hacen sentir como en casa.
Los precios? sumamente moderados, los dueños prefieren que la gente regrese y eso creanme pasa.

Un restaurant de comida croata en pleno San Telmo, ¿cómo? ¿no lo conocen? Es que pasa bastante desapercibido sobre la avenida San Juan pero una vez que lo descubrís, se vuelve una fija en ese barrio.
La comida croata es comida del Este europeo, con platos que remiten a las cocinas polacas, gérmanas, húngaras o rusas, como el gulash con spetzels, los varenikes o los strudels, pero con ligeras variaciones en las recetas, lo que nos sorprende gratamente.
Cenas calóricas más recomendadas cuando baja la temperatura en verano, precios razonables y buenas porciones. Dobar Tek es una de las particularidades más interesantes de la gastronomía porteña.

Excelente restaurante de comida croata de ambiente familiar (está atendido por sus dueños). La carta no es muy extensa, pero en este lugar no es necesario: tienen que ir a probar el gulash (ternera guisada con una especie de ñoquis de harina) y la gran variedad de strudels salados (de carne, ricota o verdura) o el strudel Makarska de frutos de mar. Los cevapcici (rollitos asados de carne y cerdo, panceta y ajo también son imperdibles.
Van a encontrar también uno de los mejores strudels de manzana de la ciudad, servido con helado, crocante de almendras y caramelo Vayan por uno porque es genial.
Las porciones son grandes, así que a veces pueden pedir medias raciones para que no sobre tanto.