el Gorrión Negro es uno de los lugares más «secretos» de Buenos Aires. No es secreto porque sino no sería tan sencillo encontrar la dirección, pero se esmeran bastante en no difundir demasiado los eventos. Además se manejan sólo con reservas, hay que avisar por teléfono o por facebook que vas a ir. No abren con constancia así que también es necesario contactarlos para verificar que abren. Es conocido por sus actividades como centro cultural/espacio para recitales y memorable por su comida. Había escuchado los rumores del PACMANGUCHE, y fui a buscar eso. Si si, es eso que te estás imaginando: un sanguche(hamburguesa) con forma de Pac Man. Si eso no es todo lo que querés en la vida deberías replantear tus prioridades. Es una casa antigua con un patio amplio, con un estilo hippie-reciclado-puselassillasdelacasademiabuela muy común dentro del rubro. La sala para comer(y donde tocan bandas ocasionalmente) no es muy grande, hay unas pocas mesas. No tiene sillas sino banquitos, es medio incómodo porque no hay donde colgar el abrigo y/o la cartera. La vajilla en la que te sirven la comida, como no podía ser de otra manera, son los platos de Norma la tía-abuela. Tienen una carta super acotada: dos tragos, cerveza artesanal, algún vino, dos platos y un postre. Nada más. Fui un viernes a la noche y ese día ofrecían: Cynar con Pomelo, Gin Tonic, Cerveza Ortúzar(rubia o negra) y para comer pacmanguche y guiso de lentejas. Pedimos Gin Tonic, y para nuestra sorpresa estaba preparado con mandarina y alguna magia extra que sospecho era gengibre. Muy muy rico. Por supuesto me tiré de cabeza con la hamburguesa. Es deliciosa, con un sabor ahumado que no podés creer y un pan en forma de pac man que querés darle todo tu amor. Después de una serie de investigaciones me enteré que está preparada con carne de vaca y bondiola de cerdo, ahumada y mezclada con salsa barbacoa. El sanguche lo arman con una salsita(no sé bien de qué es), lechuga y queso azul. No soy muy amante de este queso, pero está en la cantidad justa. La hamburguesa no es gigante, debe ser el standard de hamburguesas, 120 g tal vez? no lo sé, pero me quedé con hambre. O soy una bestia insaciable o no era una enormidad. Así que luego de la hamburguesa le entré al guiso de lentejas. He probado mejores, no era el guiso de mi vida, pero estaba bien. Lo acompañan con un pancito medio dulzón y todo tiene salsa criolla. Y como nunca no hay lugar para postre, pedí el flan. Es un flan de leche quemada, así que se imaginarán que tiene sabor a dulce de leche. Es chiquito pero muy empalagoso, y viene acompañado de crema y dulce de leche. Delicioso. Amo el flan en todas sus versiones y éste rankea dentro de los más ricos que probé. El precio? pagamos bastante pero es un precio razonable considerando que nos comimos todo lo que tenían en la cocina. La verdad que el lugar en sí no es lo mejorcito, es incómodo y no tiene muy buen aspecto. Pero la comida lo vale, realmente la hamburguesa es de las más ricas que probé. Así que si tienen la oportunidad pruebenla.