Estoy teniendo problemas para empezar a hablar de Istria porque no sé como definirlo y bajo qué categoría ponerlo. ¿Un restaurant general? ¿Un barcito de picadas? ¿Una cervecería? Parecería que el lugar va por todos. Y es sabido lo que se dice de aquel que mucho abarca. Se puede percibir algo de eso en la decoración del lugar. La barra, los menúes y algunas mesas son de madera de roble antiguo, como las cervecerías alemanas de Villa General Belgrano o Bariloche. Pero inmediatamente al lado tenés una bicicleta antigua, unas cámaras retro y los carteles de chapa con publicidades de los ’50. Y en el otro costado un proyector gigante y un mini cooper tamaño real con una tabla de surf en el techo, imitando cierta onda playera. Todo muy exagerado, más considerando que es un local tan chico. Tiene un menú de cervezas artesanales, donde se destacan varias patagónicas y alguna que otra más comercial europea(Como Heineken o Grolsh). Lo bueno es que ofrece refill si pedís un vaso de gaseosa. La comida estuvo bien. Pedimos una milanesa cuatro quesos y un pollo que era el menù del día. Sin embargo, la especialidad parecería que son las picadas, que aunque no pedimos estaban a un buen precio.