La comida es deliciosa. Sirven de todo: carnes, pescados, pastas, parrilla, picadas con jarras de cerveza. Los platos son abundantes, el precio es un poco elevado pero lo vale. Hace diez años que vivo muy cerca pero hoy fue la primera vez que visité este lugar y lamento no haber venido antes. El restaurant está ubicado en una casona antigua refaccionada, las mesas ocupan lo que antes eran las habitaciones. Super luminoso, muy bien ambientado. No me gustó la musica chill out que pasan de fondo, pero tampoco molesta mucho. Los mozos son muy atentos y amables. Super recomendable, ideal para una cena tranqui en pareja o con amigos.