Amo La Cripta. Es una sala de ensayo por agronomía frecuentada, sobre todo, por bandas heavy metal. Sin embargo, durante varios años de mi juventud nos aceptaron a mí y a mis amigos con nuestras tendencias punk. Nadie nunca nos molestó, las salas siempre estuvieron a tiempo, nunca tuvimos un altercado con nadie e incluso nos ayudaron a grabar un demo. Lo mejor de la Cripta, a mi entender, es la onda que se respira. Más allá de que todas las salas tienen aire acondicionado y hace unos años renovaron todo y lo dejaron super nuevito. No creo que sea el lugar que elegiría un SÚPER profesional pero al mismo tiempo, entiendo que lo que tienen es más que decente. Los precios son más que correctos y la onda se zarpa, siempre hay buena. Súper pero súper recomendables.