Laurak Bat

Llegamos a este restaurant Vasco por una recomendación y sinceramente fue un placer al paladar.
La ambientación del restaurant es muy linda y la atención es excelente.
La comida increíble. Fuimos un sábado al mediodía y el salón tenía muy pocas mesas ocupadas. En la mesa de al lado nuestro, una pareja mayor de origen vasco le contaba la historia de su familia a sus hijos. Estar sentada en ese lugar, degustando esos platos de comida y con la historia y las descripciones que hacían de cada lugar transformaba ese momento en algo único, parecía salido de un libro.
Arrancamos con unas croquetas de papas, queso y jamón que fueron las mejores que comí en mi vida, con solo describirlas se me hace agua la boca. Excelentes.
De entrada también pedimos unas gambas al ajillo, que si bien venían en una cazuela mini, la porción era abundante. Estaban muy buenas con una importante cantidad de ajo.
De plato principal, pedimos media porción de arroz con mariscos que traía una cantidad justa de mariscos, y la cocción del arroz era perfecta. Muy bien condimentado.
Un lugar para volver varias veces.
El precio es un poco elevado para los lugares que acostumbramos recomendar, pero tenía el 20% de descuento con Club La Nación, por lo que quedó en un precio normal en relación con lo que comimos.
Como punto a mejorar pondríà la panera, que traía unos panes blancos y negros medio pelo y unas tostaditas con aceite de oliva que estaban buenas. Si el pan hubiese sido de mejor calidad, mojado en el aceite de las gambas hubiese sido perfecto.

Laurak Baaaaaaaaat… lentamente guarda en su valija griBUENO BASTA.
Todas cosas lindas voy a decir de este lugar, porque la experiencia que tuve fue excelente.
Hacía rato veníamos hablando con mis amigos de ir, ya que uno es bastante asiduo del lugar. Siempre mencionaba que los platos de ahí era excelentes, y que teníamos que ir. Por distintos motivos el encuentro se pospuso, hasta la semana pasada…
Pero que es Laurak Bat y en que idioma estás hablando Sergio?!
Laurak Bat es un Centro Vasco con mucha historia y muy concurrido. El restaurant es un clásico de la cocina vasca en el que se encuentran unos platos riquísimos, con una base muy fuerte en pescados y mariscos.
Cuando llegamos, desde afuera no parece ser más que la entrada a un edificio antiguo. Unas puertas grandes abiertas de par en par llevan al lobby del edificio, dónde se encuentra el ascensor, y escaleras. Pero si se sigue avanzando, entrás como a un mundo escondido, que es el restaurant.
El Lugar
Particularmente la estética de Laurak Bat me parece hermosa. Nada desmpapanante, decoración clásica, madera, colores sobrios y de invierno, pero que no dejan de dar una sensación de confort. Todo bien mantenido, y limpio.
Uno de los detalles más reconocidos, es el árbol que alberga en el medio del lugar. El retoño de Roble de Guernica, tiene una historia hermosa, que en lugar de contarselas por acá, les recomiendo que le pregunten a los mozos del lugar. El Roble está cubierto dentro de unos paneles de vidrio, y se elevan hasta cruzar el techo del restaurant (no sé hasta dónde llegará). El salón es grande, no gigante, pero muy cómodo. Teniendo en cuenta que suele haber bastante gente, es normal que haya que reservar para tener una mesa.
La ingesta
OHH LA INGESTA. Si no sos muy fana de los bichos de mar, este quizás no sea tu lugar. Ahora, si lo sos, por favor, que bien la vas a pasar acá. La carta es muy variada, con algunos platos que reconocí al instante, y otros más típicos de la comida vasca que tuve que consultar.
Arrancamos con una entrada de chipirones en su tinta, y gambas al ajillo. En la espera nos trajeron pan y grisines, con un quesito untable, que fueron correctos. Esperamos un poco y llegó la entrada. Ambos platos era la 1era vez que probaba, los chipirones estaban increíbles, le pusimos bastante limón y tomó un gusto riquísimo. Clave el pancito para dsps entrarle a la tinta. Las gambas al ajillo… pffffffff… por favor. POR FAVOR. Pinche una, y ni bien la probé, no pude creer lo rico, lo bien condimentada que estaban, lo tiernas. De verdad es un obligado del lugar.
Plato principal fue un pacú también al ajillo y una tortilla española. La porción del pacú no era muy grande pero la pudimos compartir bien, riquísimo también. La tortilla era enorme, con chorizo colorado, y babe adentro. que locura, que hago acá escribiendo esta reseña y no comiendo esa tortilla con esas gambas.
Postre? Mafale.
Pedimos 3 postres, uno más bueno que el otro. Una natilla, unos panqueques con dulce de leche, y unas peras al malbec. La natilla muy bien, los panqueques gigantes (vinieron 2) y la pera al malbec básicamente te vuela la cabeza. El combo de esa pera con la bocha de helado que trae es una gloria enplatada.
A destacar dos cosas:
La atención es EXCELENTE! Los mozos son lo más, vieja escuela y una buena onda tremenda. Saben lo que hacen, conocen los tiempos, un diez.
El lugar puede ser un poco caro, pero aceptan Club La Nación y Clarín 365, que a nosotros nos sirvió mucho.
Con toda esa comida, más dos vinos y gaseosas, gastamos alrededor de $ 250 cada uno, propina incluída (Oct. 2015).
Recomiendo Laurak Bat desde cualquier perspectiva, vayan, coman despacio, hablen con el mozo, disfruten el buen clima, y sean felices.

Fuimos un domingo al mediodía. Se come muy bien. Pedimos un arroz especial para compartir, que es muy recomendable. Traten de reservar antes si es una fecha especial, ejemplo día de la madre. El árbol queda muy bien en el ambiente, además de su historia.

Es un restaurante tradicionalísimo de Buenos Aires, pero a diferencia de otros, no se quedó en el tiempo con la decoración sino que supo aggiornar lo antiguo.
Tiene un piso en damero hermoso y está siempre impecable y bien iluminado. Si no les gusta la comida vasca igual tiene que ir porque aparte de ser muy agradable conserva en su interior un árbol retoño del roble de Guernica, un árbol que está justamente en Guernica (en el País vasco, no en en el Gran Buenos Aires) y que simboliza la libertad de los vascos. El árbol sale al exterior por el techo pero en el salón está vidriado. La verdad que queda muy lindo y la historia es muy emocionante. Y aparte ¿qué otro restaurante conocen con un árbol histórico adentro?
La atención es muy buena, bien de bodegón con mozos de oficio. Los platos son excelentes todos, harán felices a muchos gordos. Recomiendo las gambas rebozadas, la tortilla a la española y el pollo al ajillo con papas españolas. De postre pueden pedir natillas o peras al azafrán.