L’epi

Dios inventó la manteca y el diablo las calorias. L’epi hace honor a lo primero.
Lo que tiene de bueno es que no tiene nada de malo. Faltaria que vendan café o chocolate y te quedás ahi probando todo.
De panes todos son perfectos, las brioches son muy esponjosas de miga soñada. La baguette y el pan de campo se nota la base de masa madre. ideal para hacer bruschetas o ruquisimas tostadas
las cosas duces… desde los sable con azucar hasta las medialunas con almendras. Los pain au chocolat estan bien. prefiero los de starbucks per sirven para un té.
por ultimos los macarrones de chocolate… OMG… empezas y no parás.
Piola: tienen débito y hemos canjeado varias veces regalos de The Box

Nunca me habia dado cuenta lo cerca que estaba L’epi de casa, el paraíso de la harina esta escondido en la calle Roseti de Villa Ortúzar.
Variedad de pan fresco, pan de campo, brioche, ciabatta, croissant hasta macarrones. Además podes encontrar aceite de oliva y productos en conserva.

Es muy difícil escribir una reseña de negocios o productos tan reseñados y populares. Quizás esta reseña no aporte nada nuevo, pero sus panes y productos lo merecen.
Pocas veces se come un pan tan delicioso y con una corteza tan bien lograda como el de L’epi.
Se nota que el leudado con masa madre hace la diferencia.
Hoy en día que las panaderías dejaron de ser esos lugares de artesanías pastelera para convertirse en lugares «fordianos» de armado en serie, L’epi cobra una dimensión sideral.
Horno a leña y leudado con masa madre transforma sus panificados en pequeñas obras de arte culinario. Sin lugar a dudas es un lugar para recomendar y no dejar de probar. Baguettes, focaccias y «pain au chocolat» son sus armas secretas. En cualquiera de sus sucursales L’epi es sinónimo de buen pan

La felicidad está acá chicos, no la busquen más. Sí, la ubicación no es la mejor, pero cuando te enterás que los panaderos Bruno y Olivier eligieron el lugar especialmente por el horno, suponés que estos franceces saben lo que hacen y te aguantás el tomarte un colectivo y caminar unas cuadras para comprar unos pancitos. (El horno susodicho tiene 100 años y para probarlo quemaron 1.500 Kg. de leña durante 15 días, ¡locura!). Bueno lo importante: no vas a probar un pain au chocolat mejor que el de L’epi, hay algunas buenas y aceptables opciones en la ciudad, pero este es la mejor por lejos. Excelente es poco. Además la croissant aux amandes es super sabrosa. Sin embargo, yo me vuelvo loco con unas masitas de manteca que son la gloria, se te diseulven en la boca, no tengo idea del nombre. No probé muchas opciones de pancitos saborizados, pero lo que sí son tremendos. Las opciones son esas y algunas pocas más (algunas veces tienen una torta de chocolate) y todas valen la pena. Hay que ir pensando en un poco más de dinero que una panadería normal, pero vale la pena todo, llegar hasta ahí, gastar un poco más y volverte saboreando alguna cosa.

Una panaderia francesa en el medio de villa ortuzar.
Varierdad de panes y no tanta de cosas dulces… peto todas deliciosas.
Vale la pena probar todo lo que venden porque es delicioso

Adoro esta panadería. Si bien no tienen una gran variedad de cosas dulces, en cuanto a los basicos de la pastelería francesa, están las croissant y las d’amande que son maravillosas.
Y hay panes de todo tipo, entre los que a mi me encantan los saborizados.
Escondida en Villa Ortuzar, la panadería es un lugar muy lindo, con mostradores de madera y con todos los productos a la vista, para que puedas seleccionarlos y tentarte.
Siempre que voy a L’epi me voy con más cosas de las que pensaba comprar y, por lo general, es algo para comer en el camino.

Aguanten los carbohidratos! Si esta frase te llamó la atención tenés que pasar por L’epi. Es el paraíso francés de la baguette en Villa Ortúzar de Buenos Aires.
Las madeleines son un placer aireado y liviano (a pesar de ser una bomba de manteca) que sirven para acompañar un café y sentirte un poquitito parisino. Los pan au chocolat también poseen altos grados de adicción, las focaccias de aceitunas, panes integrales y panes tipo zeppelin sirven para acompañar cualquier picada y subirle varios niveles. Lo mejor de todo es que ofrecen productos súper frescos, a un precio accesible y hechos por franceses de verdad.
Poseen tarjetas de crédito y débito (solo Visa) siempre tienen todos los productos en stock y rebajan precios antes del cierre.
Al mudarme cerca de L’epi sabía que iba a convertirme en habitué.

Acá veo que somos todos muy fanáticos del pan, de la pastelería, y de todo lo que contenga las bellas harinas que tanta felicidad proporcionan. Por que, qué sería de nosotros sin el pan para mojar la salsa de las pastas domingueras? Todos sabemos también que comer el chorizo al plato no tiene gracia y es cien veces mejor si nos hacemos un choripan. Y ni hablar del sanguchito de jamón y queso en pan de baguette. Sin embargo, debo mencionar que en materia «fanatismo y afición» hay un pueblo que nos supera, y es el francés. Los señores viven a base de pan y queso. Sus panaderías están siempre todas llenas, con colas que llegan a la calle y cada cliente sale del local con una bolsa que contiene minimamente cinco baguettes. Bruno y Olivier no son la excepción.
Nacidos ambos en París y amantes de la panadería y pastelería, fundaron su hermosa panadería L’ epi en Buenos Aires. Los productos son todos excelentes. Yo amo unas masitas que no sé cual es el nombre que llevan (y tampoco aparecen en su página de internet) pero son riquísimas para acompañar la hora del té. Tampoco conozco los ingredientes pero puedo asegurar en un 90% que tienen cantidades industriales de manteca que se sienten cuando mordés el primer bocado. Por arriba tienen azúcar espolvoreada. También muy ricas son las focaccias con aceitunas para acompañar alguna entradita gourmet.
Ambos son muy amables, y Bruno es un encanto

¿Quién es feliz cuando come? o/
¿Quién se alimentaría exclusivamente a base de hidratos de carbono si pudiera? o/​
¿Quién adora desayunar una rica tostada de un rico pan untada con una buena manteca y un poquito de azúcar espolvoreada? o/​
Si sus respuestas fueron afirmativas a las previas preguntas, entonces L’epi es una panadería de parada obligatoria. Local fundado por Bruno y Olivier, los cocineros franceses que preparan sus platos en el Canal Gourmet y que nunca van a abandonar su acento afrancesado, es una fiesta de harinas elaboradas maravillosamente. El pain au chocolat, la focaccia, las baguettes [¿se acuerdan de Ratatouille, la película de la adorable rata cocinera? Bueno, en esa película, una de las protagonistas dice que un buen pan no se distingue ni por su olor ni por su color, sino por el sonido que hace cuando se lo rompe. Y, ay, el sonido de la baguette de L’epi es irreproducible]. son de una calidad incomparable. Si justo en el momento de la visita al local está Bruno –un poco más argentinizado que Olivier-​, pregunten si pueden pasar a la trastienda: cocina y horno de panaderos como no verán con facilidad. Los precios no son baratos pero, lo cierto es que tampoco encontrarán un pan de semejante calidad en otro lugar.

Conocí Lépi a fines del año 2005.
Mi cuñada trabajaba en hoteleria y ellos proveían de panes al hotel.
La casualidad hizo que abrieran la Boulangerie a metros de la casa de un amigo que visitaba semanalmente,
asique las visitas eran semanales.
Luego ellos lanzan su programa, y los clientes, nos fuimos multiplicando.
Con una estructura típica de panederia tradicional argentina con el mostrador y atención al publico al frente del loca, en el medio la manufactura y al fondo, el horno, este horno que hace pan desde el 1911 transformándose en uno de los mas antiguos de esta capital.
Comencemos a hablar de los productos:
Viennoiserie: categoría que se le da a todo tipo de bollos de masa tipo «brioche».
Acá, siento alegría en confesar que soy fanático absoluto del Croissant y Croissant aux Amandes, una croissant con un fileteado de almendras y azúcar impalpables, que yo prefiero apenas húmedas.
Los panes: Panadería de fermentación natural, este proceso que caracteriza a la Bolangerie de Bruno y Olivier.
Recomiendo totalmente Pan de Nuez y Pasas de Uva, compuesto por harina de trigo y centeno, agua, sal, masa fermentada naturalmente, nueces y pasas.
En el local venden las tostadas hechas o podes comprar el pan, cortarlo en rodajas finas, frizarlo y cada vez que lo necesites, solamente calentas en el horno.
Con quesos, para picadas, explota.
El pan con queso, no se como se llama, pero tienen el tamaño de un sandwich.
Con hebras de queso parmesano, es una obra maestra.