Lolea

Fui a comer un viernes al mediodía, siempre está lleno. No es un buen lugar para ir en grupo porque es muy dificil conseguir varios lugares juntos.
Comimos un plato con salmón y soufflé de espinaca y otro que era bondiola con pure de batatas, no se como hicieron pero la bondiola estaba bastante dura, una decepción, decía que venía con zanahorias glaseadas, un chiste, tenía 3 rebanadas.
Al sentarnos tuvimos que pedir que nos calienten los platos porque estaban apenas calientes.
Tomé un agua saborizada que hacen ellos de maracuyá y ananá, no me mató, para la misma onda de comida prefiero Fresco mil veces.
El lugar es lindo, tiene onda, pero tal vez para take away de ensaladas va, para platos mas complejos no lo recomiendo.
Punto positivo, aceptan tarjeta. Me comentaron que el café es muy bueno.

La opción de café + broschetta es la mejor de la zona. 60 pesos por un buena café más la de salmón, me la sube todos los dias

No vuelvo más… Quise darle una nueva oportunidad a este lugar pero para mí es un no y no lo recomiendo.
Mi primera oportunidad en Lolea fue para almuerzo y fue horrible, mi segunda visita fue para desayuno al paso y también fue horrenda. Pedí un yogurt con salsa de frutos rojos y granola. Era literalmente tan ácido que luego de probarlo lo compartí en la oficina validando que efectivamente estaba en mal estado. Todos coincidieron que debía tirarlo, era literalmente horrible de comer.
El servicio es atento, el lugar es muy lindo y alternativa a lugares por la zona, pero a nivel calidad de lo que venden no es nada bueno.

Lolea está muy bien. Me gustan estos conceptos de fast good que están proliferando por toda la ciudad.
El lugar tiene todos los condimentos que podés esperar de este tipo de propuestas, un ambiente amplio y luminoso con buena arquitectura y decoración moderna. Mesas altas comunitarias. Un estilo bastante industrial.
Entrás y te esperan un par de displays con comidas frías y calientes (ensaladas, sandwiches, etc.) sumado a jugos preparados en el momento, postres y alguna otra cosa que me puedo estar olvidando. Además tienen una mesa donde se despliegan budines, muffins y alguna otra cosa más de pastelería/​panadería.
En mi caso me pedí una ensalada que estaba muy bien y un jugo en base a zanahoría que estaba maso.
Los precios no son baratos, pero me parece que la relación calidad/​precio/​experiencia están bien.
Una buena opción para comer sano en el centro

Sin dudas, mi lugar preferido para almorzar en microcentro, laburo a una cuadra y cuando tengo ganas de comer algo rico, elijo Lolea.
No es barato, no es para todos los días, un menú está alrededor de 120 $ (febrero 2016), pero lo vale.
Los sandwichs son riquísimos y super frescos, tienen una atención rápida y esmerada, bien estilo microcentro, agarrás, pagás y te vas, o te sentás en las mesas compartidas que tienen mucha luz natural y son re cómodas.
Es una buena opción para comer sano y natural, y no caer en las cadenas tipo Green Eat.
Un punto para mejorar son los jugos, que para mi, son un poco desabridos.
Aceptan tarjeta de crédito y débito, remarco ésto porque en el centro muy pocos lugares lo hacen.
Conclusión: si están por el centro, vayan a conocer Lolea :)

La comida no es la más rica que probé pero está bien para salir del apuro de las corridas del centro y comer algo sano y original. Hay platos que son más ricos que otros y una persona que come mucho tal vez se quede con hambre o tenga que pedir más de una cosa. La decoración, la presentación y la atención del lugar se lleva todos los puntos al igual que la calidad de los productos. Es muy pintoresco poder comer viendo a través de la ventana a la gente que pasa.

Siempre fui fan de sus ensaladas y woks. Pero ayer decidí innovar y probé un Sandwich. Elegí el de pollo, pasta de palta, cream cheese, rucula y tomates secos, fue RIQUÍSIMO! El tamaño fue tipo baguetin con muchos pedacitos de pechuga de pollo, su precio fue $ 85.

El wok de pollo de Lolea es lo mejor que le puede pasar al país. Es una buena porción, y sobre todo es muy rico. Particularmente, nunca comí en el local… al mediodía se llena, pero es un ambiente copado. Las Ensaladas son muy ricas, en especial la bistro.

Me resulta extraño que Lolea tenga una calificación tan baja, ya que es un lugar con café rico, mucha iluminación natural y amplias mesas comunitarias para trabajar o estudiar.
No puedo hablar demasiado de sus opciones de almuerzo, pero el café es Illy y saben prepararlo. Para merendar, siempre elijo el pain au chocolat. No es el mejor que probé en la vida pero cumple.
Quizá lo mejor de Lolea es lo bien que se presta para leer o llevar la compu. Van a ver pocos grupos de amigos y mucha gente con la notebook, haciendo uso de sus múltiples enchufes y buen wifi. Son mesas alargadas y comunitarias, incluyendo la que recorre el ventanal hacia Av Corrientes.

Un lugar definitivamente lindo, donde te dan ganas de entrar, con un gran ventanal que da a la Avenida Corrientes, mesas con taburetes y una heladera llena de opciones tentadoras para el almuerzo. El problema con este lugar es principalmente que los precios son muy caros en relación con la calidad: si voy a gastar $ 100 en un almuerzo de una ensalada, debería ser la mejor que probé en mi vida. Y en Lolea no lo son, sus productos entran por los ojos pero el sabor es regular. Tampoco destaca en la atención. Vayan a probar, disfruten del local, pero sin muchas expectativas.

La verdad, me llamaba la atención algunos malos reviews de este lugar.
El año pasado iba bastante y me encantaban sus sandwiches y ensaladas. Frescos, sabrosos, bien preparados y condimentados.
Sin embargo, hoy volví a pasar por allí después de algo más de 6 meses y la experiencia fue una completa decepción.
La ensalada de pasta, que solía ser una de mis preferidas, era completamente insulsa: La pasta en sí estaba hervida sin sal y no a punto, el pesto de tomates no tenía sabor a nada, lo mismo que el aderezo que supuestamente era con aceite de oliva, los tomates cherry eran dos y las nueces había que buscarlas…
Tal vez fue simplemente un mal día, pero siendo que ya no frecuento tanto la zona, no voy a volver a probar, especialmente teniendo muy cerca a Green Eat que, si bien a nivel local no es tan bonito, sí es mucho más parejo en la calidad de las comidas.

Veo reseñas muy dispares y vengo a dejar mis dos centavos. Yo amé.
El local es LINDÍSIMO, más en la zona donde está ubicado. Me refirió a cafés de Australia o Londres (AH REEE SNOOOB EL PIBE) pero posta. No pude probar nada para comer, tuve una reunión de negocios y la verdad que solo nos tomamos un café.
Pero había muffins, cookies, brownies, medialunas en la parte cafetería y en la parte almuerzo mucho sandwich y ensaladas. Parecían medio chicas y caras, pero no puedo hablar de la calidad.
El café me gustó mucho! Y no me pareció caro. Y la verdad que las mesas amplias y comunitarias te dejan laburar re tranqui o charlar si estás con alguien.
Odio el centro. Con pasión. Con pasión de sábado.
Pero si voy, agendaría todas las reuniones de laburo aca. O en el Buen libro.

Es un lugar con una estética muy cuidada.
Definitivamente entra por los ojos, hay una heladerita con yogur, mousse, postrecitos super tentadores y una mesita con pastelería.
Obviamente vi tooodo ese hermoso display de dulces y caí en la trampa del muffin y el brownie.
Para acompañar me pedí un capuccino.
Terrible error… el muffin no es un muffin, se podría decir que es una masa de manteca con arándanos de dudoso estado.
El brownie no tiene gusto a brownie, menos gusto rico… y el capuccino es completamente desabrido.
Pensé en darle una chance para el almuerzo pero viendo los precios decidí mejor no volver.

Segunda vez que voy y no hay caso che.
A nivel local, está bárbaro. Me encantaría tener un comedor decorado como Lolea. Pero no es suficiente con eso, cuando el capuccino que comprás «zafa» y cuando el muffin de arándanos que tiene una pinta tremenda termina teniendo sabor raro.
Y ni hablar del brownie con sabor a cebolla.
En un principio fuimos a almorzar, pero nos espantó la relación calidad/​precio. Sánguches a precio dolar blue, que no dudo que sean ricos, pero me parece que estoy pagando el branding y la envoltura.
La pastelería entró por los ojos, pero la realidad es que no vuelvo a pisar ese lugar. Salí muy decepcionada.
Por otro lado, la atención fue muy agradable, una lástima que la calidad no acompañe. Mis felicitaciones al diseñador que se encargó de la imagen corporativa porque es un golazo.

Acabo de conocer Loelea y ya perfila que será uno de mis lugares favoritos para almorzar en Microcentro.
Ofrece básicamente lo mismo que muchos de la zona, pero con variantes atractivas y todas muy tentadoras.
Tienen por ejemplo un sánguche de brie, cebollas caramelizadas, nueces y rúcula y otro con lomito ahumado, queso y mostaza de dijon.
Una ensalada de cous cous, salmón, verdes y mayonesa de wasabi y la Thai Chiken que trae pollo, lechuga, zanahoria, mango, repollo, cilantro y aderezo thai.
Yo arranqué probando el quiche de queso de cabra y cebollas caramelizadas que estaba genial.
También hay limonadas y postres como lemon pie, ensalada de frutas, mousse de chocolate y apple crumble.
En una mesa aparte están las opciones de pastelería, muffins con mucha pinta, scons, brownies, cookies y medialunas. El café que usan es Illy.
Con una onda medio neoyorquina, es un local lindo. Tiene varias mesas altas comunitarias y una barra de frente a la Avenida Corrientes con algunos diarios y revistas ojear. Estuvo siempre lleno desde que llegué e incluso algunas personas tuvieron que esperar a que se libere algún lugar.
Aceptan tarjetas de crédito, precios acorde a lo que ofrecen y la wifi anda bien.
Seguro vovleré seguido. Si me ven saluden (?)