Mascotas Porteñas

Hace varios años que tengo una gata: Ramona. Cuando la adopté ya tenía seis meses y traía consigo una otits que estaban tratando de curarle en el hogar al que la llevaron cuando la encontraron en la calle. La veterinaria que la trataba me quedaba realmente lejos por lo que decidí llevarla a esta veterinaria para continuar con el tratamiento. Lamentablemente la otitis de Ramona nunca se la pudimos curar definitivamente, pero al menos logramos que no sufra tanto las consecuencias.
La atención siempre fue impecable. El veterinario, Yamil, es un genio. Y no sólo es espectacular desde lo profesional, sino también desde lo humano. Mi gata entraba en pánico cada vez que la llevaba, y sin embargo él le dedico siempre todo el tiempo del mundo. También lo he visto atender al perro de una de mis amigas, que está muy viejito y tiene una enfermedad crónica, y mil veces fue a domicilio a verlo. Un lujo–