Ølsen

Nice place, nice drinks, BAD SERVICE.
All the servers are «hanging out» and nobody is serving the customers.
Although i was having lunch, I had to get up to grab my drinks from the bar after waiting 30 MINUTES for 2 drinks…
Again: nice place, ok food and HORRIBLE SERVICE.

Nice scandinavian place who is among the most crowded placed for brunch, especially in the weekends. Serves good food and make nice cocktailes so I’ m happy with my visits so far. The prices are quite nice to.

The food was gourmet and very very good! Make sure you make reservation, my family recommended me to go to its brunch but unfortunately we could not make it. Dinner was awesome tho. I recommend the risotto! The décor is very nice, modern, it has a very nice outside patio as well. Service was ahh. They took about 20 min to get us the drinks however, they gave us a discount because of it. Will come back on my next visit to buenos aires to try its brunch!

Este lugar con aires nórdicos es Ideal para brunchear, presenta una propuesta A y B de $ 220 y $ 235 para combinarlos como quieras. Al aire libre o dentro de la galería es hermoso. También tienen un menú diferente para la noche. Además presenta una carta muy interesante de vodkas.

Hace un año tuve un casamiento aquí. El lugar me pareció tan hermoso y la comida estuvo tan buena, que siempre tuve ganas de volver, pero colgué. Finalmemte fui el domingo. Llegué a las 19.07 y me fui a las 19.37. Había 12 personas, repartidas en cuatro mesas. Me senté, pedí dos cervezas y empecé a leer la carta «de la tarde», que constaba de siete opciones, una de ellas era dulce (variedad de tartas y tortas). El mozo pasó varias veces por mi mesa y no me atendió, ni me trajo las bebidas. A las 19.33 se acercó, le pregunté qué tartas/​tortas tenía y me respondió que sólo una. Elegí dos tablas smorrebrod y le recordé las bebidas. A las 19.36, el mozo volvió y me dijo que no tenía tablas, ni blinis, «porque ya se estaban preparando para la noche, donde cambiaban la carta» (!!!). A una carta de seis opciones le faltaban dos. Me fastidié bastante, me levanté y me fui.

Fui con grandes expectativas, en particular por los cocktails. El chico de la barra un genio porque nos preparó un trago fuera de la carta buenisimo, y el Take a Lychee de la carta tambien estaba espectacular.
Se ingresa por el jardín decorado con lucecitas (de noche) y en el fondo se encuentra el resto. El espacio es muy amplio con distintas opciones de mesas –altas, bajas, silloncitos-​). La deco es muy propia del estilo escandinavo. Los baños están ubicados en planta alta y por la deco y nivel del lugar me parecieron bastante lamentables.
Los platos son enormes, pero la comida escasa. No me pareció para nada deslumbrante. Dato a considerar, el pollo es orgánico, esto lo menciono porque no creo que lo sea en la mayoria de los restos de la zona.
Ahora bien, la atencion deja mucho que desear a excepción del bartender.
Nos sentamos en la barra a esperar que nos confirmen mesa, nosotros encontramos mesa antes de que nos avisen… y cuando hicimos el pedido de comida se olvidaron de un plato. A la hora de pagar, nos informaron que no aceptan Amex pero para peor una de las meseras dijo que me había informado cuando ingresamos que solo aceptan Visa y (creo) Master. Cualquiera, porque nunca lo mencionó, ni hablamos del tema… Asi que esa cosa de entrar en conflicto con el cliente me pareció paupérrima. En definitiva pagamos en efectivo, y obvio que se hicieron los … evitando entregar ticket, como suele suceder en cualquier comercio de la república.
Volveria? Sí, solo porque es lindo y porque la barra lo amerita, lo demás … porfa, mejorenlo!

Muy recomendable lugar para almorzar o cenar al aire libre. El menú es de Martitegui y en mi caso los dos platos que pedimos fueron muy buenos. Volvería sin dudas.

The vodka cocktails here are sooooo good! We came here for dinner and I just loved the décor. We were seated inside which felt like a cozy cabin. The outside seating area is very green with lights strung across the yard. It was hard to find a menu for this restaurant (not sure if it’s seasonal) before arriving. But once we were there and saw the menu, there were many items that I wanted to try. We had the salmon starter, and for my entrée I had the russian ravioli which was in a lamb ragout. I preferred the salmon starter over my lamb, but everything was still very good and different. Did I mention the cocktails were amazing?!

Mi reseña es sobre el menú de almuerzo que ofrecen realmente es una buena opción precio y calidad especialmente en una zona muy competitiva. Cuesta $ 155 incluye entrada, plato principal y bebida. No son platos abundantes pero si muy bien elaborados y sabores particulares muchos combinan salado y dulce. Yo probé unos ravioles de queso cabra con manzana y ciruela acompañado con papás rotas, más una ensalada de remolacha, verdes y naranja. Todo un manjar!
La atención de los mozos deja mucho que desear no tienen onda, no sonríen, son empleados tristes un bajón ésta gente.
El clima y onda es relajado pero muy chic palermitano. Es tranquilo al mediodía y se puede aprovechar el patio y rodearse un poco de verde para cortar el día.

Qué difícil escribir algo de un clásico. Porque empecemos recordando esto, Olsen es desde hace rato un clásico y un imprescindible de la gastronomía porteña (a los púberes les cuento que cuando Martitegui abrió Olsen en Palermo no había nada, todos llegaron atrás de él)
Hace muchísimo que no lo visitaba y hace unos días días fui al brunch del domingo. Caímos sin reserva, cerca del mediodía y de casualidad enganchamos la última mesa disponible. Después que llegamos hubo constantemente gente esperando.
Por supuesto, sigue estando a la altura.
El brunch no tiene tantas opciones como en otros lugares. La panera son 3 o 4 panes en forma de bagel deliciosos, super esponjosos y una vez que leí pastrami casero entre las alternativas no pude pensar en otra cosa, y así fue como brunch mutó en el almuerzo de la foto: sánguche de pastrami con el que tendría hijitos, papas rotas y un impecable Aperol Spritz. Pero también hay salmón gravlax, ensaladas, salchichas caseras, varios tragos refrescantes, etc.
Sobre el ambiente, espacio y onda está todo dicho y las fotos hacen justicia. Las mesas de afuera son las mas buscadas de CABA en días de veintipico de grados.
Relación precio-​calidad: 10 puntos

Olsen es el lugar más lindo para ir a comer en todo el mundo. Bueno, quizás exagero pero al menos está entre mis preferidos. El lugar propone por un lado un restaurant de comida nórdica (noruega?), por otro un bar de tragos especializado en vodka y por último, un espacio hermoso donde relajarse con amigos, donde usualmente va la gente linda de más de 30. Olsen te permite comer a la carta pero los fines de semana ofrece un brunch interesante. Y siempre, siempre, los tragos son impecables. Entre mis preferidos de tragos está LEJOS la batida de gengibre, que es increíble. Para comer, lo ideal es compartir blinis y bocaditos. Es caro, por supuesto, pero lo vale. Ahora, mi «meh» del día es para el brunch. Ofrece la posibilidad de combinar diferentes cosas, pero siempre me deja con la sensación de que es poco y que no es la gran cosa. Rico, sí. Increíble, no tanto. De todos modos, recordemos que a Olsen se va a brunchear para beber en un lugar lindo y relajado. Mi segundo «meh» es para el servicio. Olsen combina mozos super amables y eficientes que te hacen sentir una duquesa noruega y algunos mozos, los menos, que te hacen sentir que estás ahi de prestado. Fuimos el domingo con amigos: la moza tardó para todo (desde traernos la carta, la comida hasta ofrecernos carta de postres), y todo el tiempo dejó muy en claro que nuestros pedidos la molestaban (interrumpíamos su interesante charla con otros mozos). Se equivocó en registrar un trago pero resopló como si fuera culpa nuestra que no aceptamos el trago equivocado. Ojo, la mesa de al lado fue atendida por un chico que recibió aplausos y felicitaciones, así que todo es cuestión de suerte!

Olsen es un lugar hermoso de día y de noche, no se puede negar, y eso es un gran plus para pasar un rato ahí. Pero (y qué mal que haya un pero)…
Hace un par de años fuimos al brunch de año nuevo, recuerdo que comimos bien y estuvo correcto. Ahora, volvimos a cenar y volvió a estar correcto, pero nada que te vuele la cabeza.
Caímos el 29 de diciembre a las 20.30 sin reserva y, como era de esperar, estaba hasta la manija. Nos sentamos en la barra (era eso o unos sillones bajísimos en donde no entiendo cómo se puede comer) y la chica que te recibe nos dijo «ya les traigo las cartas»… Cri cri cri… Diez minutos después (y sin las cartas), el bartender –buena onda– nos dio la bienvenida y las cartas.
Pedimos de entradas el «salmón gravlax — scon de 7 granos — queso fundido» y los «hígados salteados — endivias — cebolla morada — pan ácido». El salmón estaba muy rico (es difícil que un lugar así la pifie justo en eso), el «scon de 7 granos — queso fundido» era en realidad una especie de volcán de chocolate, pero de queso, un «recipiente» de masa con gusto muy raro (no feo, pero raaaaaro) lleno de queso caliente. Quedaba muy bien con el salmón, eh, linda sorpresa (pero lo del «scon» te lo debo). Los hígados eran de pollo (lo decía en la carta en inglés, en la de español no aclaraba) venían en unas rodajitas de pan blando, medio gomoso (nunca sentí la parte del pan ácido) que hubiera estado tanto mejor si hubiese sido tostado. Pero estaban ricos los hígados, sí.
De principales, yo pedí las «anchoas frescas ahumadas — espuma de papa — hongos» y mi marido la «pizza de salmón (sin masa) — papas — zucchini — queso blanco — eneldo». A los minutos de pedir esto, la moza vuelve y nos dice que no tienen anchoas, que salía con besugo. Le pregunto si salía igual, «fresco y ahumado», fue, preguntó y me dijo que sí. Bueno, me trajeron un lindo filete de pescado, grillado, con una costra entre dulce y salada, pero sin rastros de lo ahumado. La espuma de papa era una especie de puré semilíquido con gusto extraño y los hongos te los debo también, pero venía con una ensaladita de peras y berenjenas que estaba razonablemente bien. Mi marido dijo que la «pizza de salmón», que en realidad eran rodajas de papa hervida con salmón arriba, unas láminas de zucchini invisibles y un aderezo de queso blanco y eneldo, fue –cuanto menos– olvidable.
La versión Olsen de una panera fueron tres especies de bagels de tres tipos distintos, ninguno sobresaliente, pero todos comibles. La moza dijo que el (escasísimo) dip con el que venía era crema con pickles, pero en realidad era una crema batida sin sal y con dos pedacitos ínfimos de algo que de encurtido tenía lo mismo que yo de sueca. En fin.
Entre las entradas y los principales pasaron –fáaaaacil– 40 minutos, en los que ninguno de los mozos que hay nos retiró los platos ni acusó recibo de nuestra presencia ahí en la barra.
Pagamos 830 ARS por estos 4 platos, una limonada y un trago. No me parece una barbaridad, pero tampoco me dan ganas de volver. No comimos mal, pero (otra vez «pero») tampoco hubo nada que nos extasiara. Quizás tenía muchas ganas de que me gustara, tanto como me gusta el lugar. Y bueh.

Olsen había caído en la desidia durante largo tiempo cuando se fue Tailuma (mi camarera cubana favorita de todos los tiempos), en esos momentos iba casi todos los días más que nada por la atención de alta buena onda.
Volví en estos días y parece que algo de su pasado glorioso se recuperó.
Volvi a sentirme un poco cómodo, tal vez con el tiempo vuela a sentirme cómodo completo.
El menú el medio día cuando es bueno, es realmente bueno.
También debo admitir que me prepararon un White Russian que si no fue el mejor que probé en mi vida, le andaba cerca.
Ojalá que sigan por la buena senda y volveré a ser un frecuent eater nuevamente.

Fun inside with a patio outside that would be nice when it’s warm.
Got the smoked salmon with onion soup.
The smoked salmon egg sandwich okay enough.
Onion soup kinda lacked flavor.
Bloody Mary wasn’t that great either but I haven’t found one that I like in BA yet.

Fan, recontra re mil fan de Olsen.
Ojo, aunque venir aca me dan ganas de ser una modelo Dinamarquesa que pesa 40 kilos y mide 1.90 mts, como para estar a tono, vio?
El ambiente es maravilloso. En invierno te podes sentar adentro y si pegas lugar cerca de la chimenea, es un gol.
La música está super bien, bajita, acompaña. Las luces: tenuas.
Garpa mucho para alguna cita o para cena fancy con amigos.
La comida es excelente. Anoche pedí el pollo asado con ñoquis de semola y ensalada. Buenísimo.
Otra de mis amigas se pidió un risoto de cereales que estaba perfecto. La otra, una bondiola que se deshacía sola.
De postre pedimos un postre no-​sé-​qué de manzana. Yo no soy muy fan de las cosas tan dulces, pero realmente estaba bueno. Cero empalagoso.
Antes de comer, me pedí una caipi de maracuyá. Hands down, la mejor que tomé.
Ah! Los brunches de este lugar son TODO. Vienen armados por pasos y con champagne. Omnomnomnom.
Otra recomendación: Reserva, reserva, reserva! Así te aseguras un lugar y no te pasas un rato largo esperando.
Volvamos mil veces.

Por fin fui al famoso Olsen. Siempre pensé que era mas un bar y que era un lugar muy top lleno de gente, pero bue solo imaginación.
El costo del menú me parece un poco excesivo para realmente el sabor y gusto de la comida. El executive chef es Martitegui, asi que creo eso suma un poquito el costo.
A veces los restaurantes de la zona de Palermo tienen un menú con mucho lujo pero a la hora de los papeles, medio flojo. Para unos mejillones una super explicación.
Será que soy muy fanática de los bodegones y cantinas…
Me habían dicho que la barra de tragos era muy buena, asi que estaba con expectativas. Tienen un menú variado de tragos con vodka Absolut, asi que me pedi un trago de Vodka mandarine y naranja.
Lo tuve que devolver de lo fuerte que era, me lo rebajaron y seguía fuerte.
No era un trago muy elaborado la verdad, muy simple.
No tuve una gran experiencia, espero que la próxima sea mejor!

Es la segunda vez que vengo.
La decoración y el lugar es impecable! En un galpón viejo de Palermo con parque adelante (donde está calefaccionado y hay mesas afuera). Estilo nórdico super cuidado, realmente hermoso. Hoy que hace frío tienen una estufa a leña encendida en el medio del lugar que queda genial! Y la música acompaña.
El GRAN tema (y por eso sólo 3 estrellas) es que llegué 19,30hs a tomar una cervecita de paso y picar alguna pavada, y no tienen NADA! La cocina abre recién 20,30hs y no te dan ni una cazuelita de maní, o 4 aceitunas, o nada! La verdad, cualquiera. Si llegas antes de esa hora (que está abierto) sólo podés tomar algo.
La vez anterior que vine (hace varios meses y era verano) tapeamos y estuvo exquisito. Muy buenas propuestas que salen de lo habitual, super recomendado.
Abran la cocina o tengan algo frío para picar y se llevan un par de estrellas más!

Voy a aclarar algo antes de seguir: fui hace unos años y tal vez algo haya cambiado, aparte de que no termino de recordar el nombre exacto de lo que probé. Dicho esto, tengo buenos recuerdos de este lugar. La cena me había parecido exquisita, con sabores únicos. Habíamos probado una degustación que era un tanto escasa para dos personas. Lo único reprochable era el precio elevado para las porciones no muy abundantes. Pero eso es algo característico de este tipo de lugares chic.
Estéticamente es muy lindo, aunque oscuro (nos costaba ver lo que teníamos en el plato).

Ubicado en el corazón de Palermo cheto, ølsen se caracteriza por su ambiente minimalista pero chic y por pasar rock nacional. Los bares de palermo sulen poner punchi insoportable que te destroza la cabeza, por eso me sorprendió escuchar Charly García cuando entré. El local tiene una hermosa barra de mármol, un hogar a leña en el medio del salón y unos hermoso sillones para sentarse y disfrutar. La luz es tenue pero por suerte se puede ver.
Pero lo fundamental, son los tragos.
Fui a este bar porque me dijeron que tienen de los mejores vodkas del país, pero me quedé con los tragos. Probé un trago con lichis y menta (y créanme, no soy de ir a un bar aleatorio y pedir tragos con lichi y menta XD) y es ALUCINANTE.
Volví varias veces solo por ese trago.
Super re comendable.
Pero vayan a principio de mes y habiendo cobrado aguinaldo XD

El «OK, no decepciona» le queda perfecto a Olsen, ya que cumple como una muy buena opción de Brunch (a precios sorprendentemente competitivos) en un ambiente muy tranquilo y relajante.
Pero yo no fui por el Brunch, sino por el smorrebrod o «sándwiches abiertos», típica comida danesa. Para mi decepción, veo que Olsen sirve una versión mini, con variedades muy ricas pero que se parecen más a unas bruschettas que al smorrebrod. Por suerte, esta decepción la compensó el buen Brunch y ambiente que ya mencioné.
Veo que muchos se quejan de la atención, pero en mi caso, fue correcta y bastante eficiente.
Para un Brunch dominguero y soleado, Olsen es una gran opción. Asegúrense de elegir las mesas del jardín o cerca del ventanal.

TIENEN QUE MEJORAR LA ATENCION. Si nos hubieran atendido bien, en lugar de un «Normal — OK» seria un «Si Soy un admirador!».
EL lugar ME ENCANTA. Porton de madera un jardin amplio con mesas y sillones con mucho verde y un salon completamente vidriado. Una decoracion nordica para morirse. Todo super prolijo.
Eramos unas cuantas asi que fuimos con reserva. No es necesario, pero les recomiendo.
Los domingos hay carta especial de brunch. Esta diseñada para que peudas combidar tres cosas dentro de dos opciones. Una es ams desayuno: tostadas o medialunas, mermeladas, yogur, frutas, huevos o papas. La otra es mas power: salmon o pastrami, papas o huevos, mas papas o verdes. Estoy simplificando.
Despues hay un menu de algunas cosas dulces.
Con tu brunch te ofrecen gaseosa, tragos, champagne, campari.
La verdad esta bien diseñado.
Todo estaba bueno. Las papas Olsen son muy buenas.
Buenas porciones.
El tema fue la atencion. hay mucho personal y son todos bastante simpaticos, pero estan muy desorganizados. Eramos 6, pedimos todo junto. Lo mio llego como 15 minutos antes que lo de las demas. Espantoso porque cuando las chicas empezaron a comer yo estaba terminando.
Se olvidaron de los tragos y si no los hubieramos reclamado casi llegando al final, no los hubieran traido. No estuvieron muy atentos y costo que trajeran la cuenta.
El precio esta bien. En promedio se gastan $ 200.
Volveremos.

Pedí el salmón con algunas dudas de esté curado con demasiada sal. Para mi sorpresa y agrado, el salmón tenía el punto justo de curación y estaba muy bien acompañado con vegetales.
Premio Analia para las papas Ølsen. Crujientes por fuera, casi Bravas y muy tiernas por dentro. La combinación perfecta para los fundamentalistas de las papas.
Si sos una planta de interior como yo, pero te gusta sentir un poco de sol en la cara casi de reflejo, la estructura de Ølsen es ideal. Es un lugar con un patio interno pero si elegís sentarte adentro de la estructura, la gran puerta de vidrio que tienen te permite estar en contacto con el exterior, sentir el sol en la cara y la brisa matutina sin estar tan expuesto.
Recomiendo por el ambiente y las papas ølsen. Es un lugar ideal para comer rico y relajarte estando afuera sin estarlo realmente.

Si hay algo que me gusta cuando salgo a cenar afuera, es elegir sabores de otros paíse. Olsen es uno de los pocos –no sé si el único– que ofrece comida escandinava.
El lugar es muy grande y hermoso, estética impecable. Hay muchas mesas, con la posibilidad de armar alguna para grupos grandes. Pero el ambiente es más apropiado para algo íntimo: luces tenues, música baja, buen espacio entre las mesas y aspecto elegante.
Como todo restaurante de categoría, es caro (pero accesibe como algo ocasional). Los precios de los platos están dentro de los valores promedios, pero si le sumás entrada y tragos la cuenta crece bastante.
El menú ofrece 4 entradas para compartir, algunas individuales y unos pocos platos principales. La carta de bebida ofrece lo clásico: agua, gaseosa y cerveza. Tienen una carta de vinos con varias opciones y, lo que distingue de los demás, una carta de vodkas con 55 variedades.
La comida: el servicio de mesa incluye tres bagels y un dip para untar. Los bagels estaban durísimos, costaba cortarlos hasta con cuchillo. De entrada pedimos una que (creo que se llama 4+6) son 6 croquetas de maiz (calientes) y 4 opciones para acompañar: crema ácida, salmón ahumado, caviar negro y trucha ahumada. Está bien como entrada para compartir. Como plato principal pedimos la bondiola olsen (bondiola con una especie de mermelada de frutos rojos y puré de papa) y las anchoas (acompañadas con una salsa agridulce, ensalada de hongos y un puré de papa que todavía no puedo creer la textura y lo cremoso que era). Ambos eran ricos, pero para nada abundantes. Una persona normal necesita una entrada antes, sino se queda con hambre. Una persona de buen comer, sí, se queda con hambre. Te traen la comida bastante rápido, no tuvimso que esperar mucho.
La bebida: pedimos 3 tragos; uno con mango, pimienta y salsa tabasco que no recuerdo el nombre, appleson y pink flamingo. Los dos primeros eran bastante dulces, pero un poco fuertes. El tercero era dulce y casi no se le sentía el alcohol. Muy ricos los tres.
La atención: los mozos se limitan a traerte la carta y la comida. No derrochan –para nada– amabilidad y simpatía. Si bien no soy una comensal muy exigente, se esperaría que en un restaurant de tal categoría sean un poco más atentos. Para que te traigan la cuenta tenés que hacer el ridículo agitando las manos como una loca.
Me saqué las ganas de probar comida escandinava así que a Olsen no volveré. Al que le intriga probar sabores atípicos, está bien para ir una vez y probar, pero nada más.

Shameful service. Cockroaches. Food poisoning. Need I say more?

** THIS REVIEW IS 2,5 STARS**
You should know I’m a Scandinavian freak. I love everything Scandinavian. I’m learning Swedish, I visited all of the countries (except Iceland) — so yeah, seeing a Scandinavian brunch just a few blocks from my hotel was like getting all my dreams to come true.
My friend and I walked to the venue around 11 am on a Sunday morning. That’s when you realize how Buenos Aires is a bohemian city rather than a daytime one. Streets were completely empty and the restaurant had only 6 customers.
Even though it was completely empty, upon arrival the hostess asked if we had a reservation and when we said no she insisted that the only available table in the restaurant was a couch. I thought she was joking, but she wasn’t.
We sat down on the very uncomfortable couch, while all the tables around us where just there, empty and waiting for a customer to sit on them.
The menus for breakfast go from 70 to 190 pesos per person. I choose one that had an Aperol Spritz, because it ain’t brunch without some sparkling beverage.
The only thing you can say was a little bit Scandinavian in that menu was the smoked salmon, everything else was ok. Regular bread instead of smørrebrød, the iogurt was not edible, and the waffles were pretty old.
Do I need to mention that service was terrible? If it was only the hostess it would be fine but the waiter was working as if he was being tortured. When the food arrived we had no cutlery, and they would be chatting giving their back at us.
I can give five stars to the décor and ambience. The restaurant is beautiful, and having a dinner date there should be great.

Este restaurant es uno de mis favoritos de Baires. Lo que si, mi recomendación es siempre ir con reserva previa para no tener sorpresas, porque siempre que he ido a comer, está lleno.
Entre mis favoritos, el rissotto 7 cereales, con huevo pochado y setas es una de mis opciones de cabecera. La última vez que fui, probamos de entrada el 3+3, una selección de 3 tipos de canapés (vienen 6 unidades para dos personas) de salmón ahumado con alcaparras, carne y pera con queso, los que vienen acompañados con 3 variedades de vodka. Entretenidos.
En cuanto a la atención, si bien concuerdo con otros Unilocalers en que es un poco fría, este viernes que fui fueron súper amables. La cosa fue como así: pedimos dos shots de vodkas excentricos. Llega mi shot, le saco una foto y al ir a guardar el celular, le pego a la punta del vaso y se derrama todo el vodka en la mesa. Al pedir otro para reponer ese, nos dicen que dado que el anterior se nos volteó no lo van a cobrar. Fue un gesto súper amable porque, verdaderamente, no tenían porqué hacerlo. Buena onda ahí.

Definitivamente uno de mis favoritos.
Siempre fui al medio día, donde el menú cambia regularmente, y me gusta sorprenderme con los nuevos platos.
Se elige entre 3 o 4 entradas y platos principales con el acompañamiento de papas (riquísimas) o ensalada.
Los postres también van cambiando.

First thing about this place is the design. Amazing place to walk into. You come in through a closed gate which opens into a nice outdoor area with a large warehouse style building.
The salmon entrée was awesome. The butter served with it was amazing, as was the cheese butter dip stuff with the free bread. In terms of mains themselves it was ok, but nothing amazing — fish dumplings were a bit heavy, chicken bit dry. Vodkas quite good here with a large selection.
They only accept cash and Visa — MasterCard is not accepted.

Excellent brunch. Stellar service, a beautifully designed space, and fantastic food and drink.
The lawn as you enter has trees, luxurious seating, and a modern sculpture and is a gorgeous way to enter the restaurant. I ate outside on a lovely afternoon, but the inside looked beautiful, with soaring ceilings and big windows.
Brunch itself was a great deal, price-​wise, and of very high quality. The bagels, freshly baked, were top notch (and i live in NYC and am very particular about such matters). I had a vodka drink with honey and it was subtle and not too sweet. For the meal, i had watermelon salad (with blue cheese sprinkled and olives), salmon ceviche with poached egg, and the house potatoes. Everything was delicious, especially the salmon and egg when mixed together. The service was professional, prompt, and attentive, and all in all the stroll out on the lawn was a terrific ending as well.
I suspect that dinner is much pricier, but compared to similar quality restaurants in the US still quite a bargain. Olsen is definitely worth a visit while in Buenos Aires.

Este era uno de los lugares que tenía en mi lista de pendientes, y bueno finalmente ayer lo conocí. Y creo que… me enamoré.
Con una estética que remite directamente a lo escandinavo, tiene un hogar a leña perfecto para el invierno porteño y un patio con mesas y mucho verde ideal para la época estival.
Es un bar minimalista, con todos los detalles pensandos, mucho vidrio, madera, materiales nobles y colores neutros. Lo que más me gusta es el gran espacio verde entre la calle y las mesas lo que hace que el sonido quede acolchonado por los árboles, generando un clima más que tranquilo como para tomar un trago y descansar un poco de la vorágine cotidiana de ruidos e imágenes.
Esta vez no probé la comida en sí pero pedimos un tapeo que venía con una degustación de vodkas. Sí vodkas! Jejeje.
Muy recomendada la degustación… están los vodkas secos que bueno claramente son muy fuertes y también hay unos dulces que sorprenden. Viene con un tapeo con pares de salmón, carne, camarones, agridulces muy pero muy buenos realmente. Nosotros nos sentamos en la barra y hablamos con los chicos muy buena onda.
Los precios no son baratos pero si da para darse un gustito de vez en cuando. Ojo, tampoco son imposibles.
Lo único que me llamó la atención… y atenti si te tomaste un par de vodkas… es que hay una especie de espejo de agua que pasa desapercibido en la entrada y que si estás un poco alegre podés terminar metiendo la pata! Así que cuidado con lo que beben!!! Yo por suerte esta vez escapé a mi torpeza y no me caí ;)

Great place, didn’t expect the environment off a street. Nicely maintained garden with quite environment. The staff was well educated and speaks English. Friendly environment and great time to spend a Sunday afternoon for brunch. Food complements the environment. Vegetarian friendly place. Definitely would recommend to stop by if you are in buenos aires.