Panadería tradicional del barrio. Muy bien surtida y constantemente renovada demostrando que tanto los clientes como los dueños la siguen minando. Me encantan sus facturas y su crema pastelera. Quizá no haya mucha variedad de churros pero en lo que refiere a sabor no tiene nada que envidiar. Ideal para el desayuno, el mate o para romper esa frustrante dieta