Penal Devoto

La última cárcel de Capital Federal se encuentra bien metida en el medio de Villa Devoto. El Penal de Devoto es histórico, ahí estuvieron presos desde Silvio Soldán hasta Enrique Symns y los pocos que pudieron escapar de sus rejas a través de los túneles secretos que hay debajo argumentan haber encontrado restos de esqueletos, saldo de alguna de las sucesivas dictaduras del siglo pasado.
La cárcel es horrenda. La única vez que tuve la chance de entrar confirmé esos rumores de que la fachada se está viniendo abajo. Paredes podridas, un olor nauseabundo en cada rincón y gritos constantes.
Los que fuimos a San Remo Gym estamos acostumbrados a las puteadas de los presos que se asoman por la ventana para quedarse colgados mirando un partido de Lamadrid (la cancha está pegada).
Ojalá se cumpla el sueño de que la tiren abajo.

A Villa Devoto se lo puede conocer por varias cosas y una de ellas es el Penal.
Es la única cárcel que queda en la Ciudad de Buenos Aires y pese a la insistencia y reclamo de los vecinos sigue qui firme, y creemos que seguirá así al menos hasta que desde las más altas esferas se dignen a movilizarla o la edificación ceda.
En un tiempo hubo una fuerte proyecto de cambiarlo de ámbito y convertirlo en un shopping pero esto fracaso y seguimos conviviendo con una construcción vieja, arruinada y suspendida en el tiempo.
Lo más importante seria la restauración de la misma, dado que si bien sus vecino deben convivir con ella, al menos poder hacer más agradable la vista y no sentir que es un edificio a punto del derrumbe.
Este penal data desde 1927, donde solo era para contravenciones y años más tardes se convirtió en Penal Federal. Como datos de color podemos decir que es parte de la historia ya que aquí se dio el motín de 1978 (histórico en el país porque murieron unos 60 reclusos) pero a su vez otros datos es que en ella funciona la única sinagoga dentro de una unidad penitenciaria en la Argentina y ademas esta cuenta con convenio con la universidad de Buenos Aires, lo que hace que algunos de sus reclusos cursen como «alumnos regular» de la universidad.