Voy seguido, especialmente a desayunar, donde me tratan como en casa, saben lo que consumo y me dan espacio para trabajar. A almorzar voy de tanto en tanto, es de normal para arriba y un poco caro. Deberían a esta altura aceptar tarjeta. Hay que ir con poca expectativa, es un sitio chiquito, pero no hay una propuesta similar en 30 cuadras a la redonda, o más. El barrio lo necesitaba.
Agos M.
Rating des Ortes: 2 Monserrat, Buenos Aires, Argentina
La atención de los mozos no es muy buena, es desinteresada y poco profesional, pedí lomo a la pimienta bien cocido y vino crudo después de media hora. Para cocinarlo tardaron media hora más. No tenia sabor y estaba re seco. La ambientación es linda. Precios alto para el tipo de platos. Solo efectivo.
Leo O.
Rating des Ortes: 4 West Hills, Estados Unidos
Muy buen y cálido lugar, chiquito pero cómodo, atención excelente, tanto para desayuno como almuerzo, el mozo catalán muy amable y servicial.
Juan F.
Rating des Ortes: 2 Buenos Aires, Argentina
Cena de jueves: llegamos y el recepcionista tuvo dudas sobre si darnos la única mesa que quedaba en planta baja, y que tenía una silla contra la heladera de las bebidas y la otra contra la puerta de entrada, cada vez que se abría. Pensó en voz alta por un minuto y deslizó la opción de comer en el subsuelo, que le acepté al instante para sacarlo de su dilema de darle una mesa de cuatro a dos personas y perderse así de vender dos cubiertos, aunque el resto del salón estuviera completo, lo que todos sabemos que es peor que una tragedia griega. El wi-fi no funcionaba y el subsuelo –oscuro y vintage contra el ambiente más bodegonesco de planta baja– estaba sin música que el restaurante pone desde una tablet conectada a parlantes, así que nos ofrecieron oficiar de DJs si teníamos canciones en algún celular. Conecté el mío y puse Let’s Dance y Scary Monsters de Bowie enteros y a un volumen amable, y me contenté con el detalle simpático. El segundo disco no llegó al final y desconectaron el aparato para poner jazz de telo al mango encontrado en YouTube, pero para ese momento peleaba contra mi compañera de mesa por llevarme la mayor tajada del flan que compartíamos, y tenía otras preocupaciones en mente. La gran cuestión del subsuelo es que ahí está la cocina. Hay que escuchar los gritos y discusiones normales entre cocineros y mozos, y estos últimos están principalmente abocados a las mesas de planta baja, por lo que los platos listos los trae el cocinero, y algún pedido de bebida, postre o cuenta puede demorar un poco más. Abundantes y ricas las mollejas al verdeo, aunque las papas hervidas apenas estaban para llenarse la panza, unos sorrentinos de calabaza y queso venían con salsa rosa en vez de la mixta que promete el menú, pero estaban bien, y si se quiere pedir cerveza Imperial se paga el precio de tener que pedirla en porrones. El flan del segundo párrafo cumplía, y de entrada comimos muzzarella rebozada con tomate y albahaca, que hacía lo suyo. Son más de $ 450 consumidos sin contar la propina, pero todo se sintió como si te estuvieran haciendo un favor.
Lorena P.
Rating des Ortes: 5 Villa Crespo, Buenos Aires, Argentina
La verdad empezamos buscando donde comer un locro debido a que era 9 de julio. Apareció la opción Planes bistró y ya tenía ganas de conocerlo desde antes. Pasamos previamente a reservar por las dudas. Cuando llegamos, antes de la 13hs, no había nadie pero el lugar es chico y al rato se llenó full full, adentro y afuera. Comimos, obviamente, el menú del día que era empanada de carne cortada a cuchillo y locro. Íbamos a acompañarlo con vino, y el mismo mozo es el que nos hizo la recomendación de cual elegir. Un Malbec muy rico, sin saber demasiado de vinos. Para el postre, pedimos una Copa Planes y un brownie, nos recomendó no pedir la Copa sino el cheesecake, pero parecía más porque faltaba algún ingrediente a la copa que por el postre ofrecido. Las frutas del cheesecake eran de lata, pero aún asi era bastante rico. Habrá salido 200p por cabeza, pero comimos entrada + locrazo + postre + vino… muy razonable.
Rock O.
Rating des Ortes: 5 Dique Luján, Argentina
Abrió hace muy poco, pero promete convertirse en un clásico del barrio. En una zona con pocas propuestas, la ambientación y el clima de cordialidad y comodidad que transmiten tanto sus dueños como el personal, se aprecian muchísimo. Suelo ir bastante seguido, ya que queda cerca de la casa de mi padres y por una excusa u otra; nos damos una vuelta por Planes. La carta no es extensa pero tiene todo lo que uno necesita. He probado el ojo de bife y es perfecto y llegó, en el punto que lo pedí. En otra oportunidad me incline por una tortilla de papas y unas rabas y estaban excelentes. Y la relación del precio y la calidad de la comida es muy buena. Inclusive, la carta de vinos, es economica comparada con otros restaurantes que ofrecen etiquetas similares. Felicitaciones! Eso si… ¿para cuando las tarjetas de credito?
Juan T.
Rating des Ortes: 5 Buenos Aires, Argentina
Excelente propuesta en una zona con pocas opciones de calidad. Lugar con mucha onda, carta variada, platos generosos y muy buena relación de precio.
Santiago G.
Rating des Ortes: 3 Buenos Aires, Argentina
Un lugar muy prometedor, apenas tiene 2 semanas y la comida es realmente muy rica. Posee fallas que se corregirán con el transcurso del tiempo, según nos comento el mozo estaban aún en el lógico proceso de acomodamiento. Justamente el único punto flaco del lugar era el mozo, un señor de pelo canoso a quien claramente no le gustaba su trabajo. Fuimos un grupo de 8 a festejar un cumpleaños y nos atendió exageradamente mal, con actitudes patoteras. 4 personas pedimos lomo al tomillo con papas a la crema y nos trajeron papas fritas. Esto no lo volvía incomible y era un malestar menor, se lo hicimos notar al mozo pero sin ánimo de quejarnos. A esto el señor respondió «Que se yo que dice el menú», lo que nos dejó helados. Obviamente no fue su única reacción del estilo, pero mencionarlas no merece la pena porque temo que esto opaque lo que me pareció el lugar en general Casi al finalizar la cena se nos acerco quien parecía ser el dueño del lugar y nos invitó una copa de champagne para celebrar, ademas de disculparse por el altercado anterior. Me pareció un gesto genial y nos hizo recordar que el lugar no teníà la culpa. En definitiva el lugar me pareció muy bueno, y de verdad espero que les vaya muy bien una vez aceitadas las carencias típicas del inicio de un local gastronómico.