Rojo y Negro

Volví a rojo y Negro después de unos años y no cambió mucho.
Vamos por sus más importantes PRO: las porciones son abundantes, el ambiente es mucho más tranquilo que tiempo atrás, te atienden y traen comida rápido. Las pastas y las milanesas son su fuerte.
Su eterno punto flojo es que la comida siempre le falta una pisca más de sabor. Si están pensando que un plato les va a volar la cabeza (que no sea la mila rojo y Negro), no va a pasar. La comida a nivel sabor es correcta y punto.
En fin. Un clásico que vale la pena si andas por la zona y tenes ganas de llenarte el buche.

He ido pocas veces a comer al salón, pero innumerables veces he pedido comida por delivery.
El salón que tienen ahora sobre la calle Crisólogo Larralde es más chico en su PB respecto al que tenían sobre Libertador desde siempre.
La atención en el salón es siempre buena, rápida y atenta.
La comida es normal, no descolla ni desentona. Todos los platos son sacados de un menú de los de antes, donde los platos eran matambre casero con rusa, milanesa a la fugazzeta, peceto con papas, etc. Nada de cosas raras ni sofisticadas. Sumado a esto, ofrecen hamburgesas, lomitos, empanadas, pizzas, tartas. Si no encontrás algo que te convence sugiero cita con un psicólogo.
La calidad es algo promedio. En general hay cosas que están mejor que otras pero todo zafa bien.
Me parece que en el último tiempo se ha puesto un poco caro para lo que ofrece y pierde con algunas otras alternativas de la zona (Chris Mat, Punto Obligado, etc.)
Lo mejor, la rapidez del delivery.
Lo peor, como siempre el delivery nunca viene con el ticket y cambian los precios tan seguido que es imposible controlar los precios de lo que estás pidiendo

Rojo y Negro ha visto celebraciones, ha visto lágrimas, pero por sobre todo ha visto deportistas cansados.
Queda enfrente del Club Ciudad de Buenos Aires, Obras Sanitarias y un Megatlón, además de estar a 4 cuadras de Defensores de Belgrano. Es de esperarse que luego de los partidos, la gente busque comer algo en equipo.
Para esto es ideal, ya que cuenta con 2 salones muy amplios y una terraza donde entran sentadas mas de 20 personas.
Esta bueno para ir a comer en familia o ir con amigos, tienen muchos televisores, donde suelen poner variadas prácticas deportivas (aunque prevalece el futbol, como en todos lados).
El menú es variado, tienen una gran variedad de milanesas y pastas, aunque su carta de carnes sea muy limitada. Entre su gran variedad de milanesas, siempre elijo a la mostaza, a la suiza, champs elyse (con una salsa de espinaca para chuparse los dedos) y la clasicca mila napo. La napo tiene una trammpa, viene sin guarnición, al contrario de todas sus compañeras. Esto, a mi parecer, es una viveza del lugar, que reconoció a la mila napo como el plato preferido de la muchachada, y la sacan sin guarnición para que se pidan porciones de fritas con cheddar y panceta (como hice yo la ultima vez que fui, y lo disfrute mucho).
Y lo que me termina de vender el lugar es la atención. Los mozos te atienden siempre con buena onda, no suelen confundir las órdenes (y eso que he ido co 15 amigos) y si no es hora pico, te traen la comida bastante rápido.

Pasé toda mi infancia comiendo en Rojo y Negro y cada tanto vuelvo. Ha pasado por varios cambios (antes sobre Libertador, ahora a la vuelta en Larralde). Cabe destacar las milanesas, las variantes de papas, los filets. Pedirte un sanguche para llevar y salvar tu noche. Los panqueques de postre, y el flan mixto. Por la proximidad a los clubes de alrededor siempre esta lleno de chicos o de grupos, eso es para tener en cuenta. Los mozos dan muy buena atención. La demora dependerá de lo lleno que esté. Las pastas y las pizzas también son buenas, y tiene delivery por lo que te podes pedir cualquier cosa y comerlo en casa.

Un clásico. Si queres comer algo rápido, barato y no tenes muchas pretensiones en cuanto al sabor, R&N es tu lugar. El menú es variado pero en general la comida es recalentada.

Rojo y Negro es EL clásico de Núñez, ubicado antes sobre Av. Libertador y desde hace unos pocos años con un nuevo local sobre Crisólogo Larralde. El nuevo local tiene una pequeña terraza (climatizada) para comer al aire libre y un espacio con juegos para niños.
El menú es muy variado, diría que más que nada se especializan en minutas y platos tradicionales, casi como comer en casa. Al mediodía ofrecen menú ejecutivo (clásico $ 65 y especial $ 69) que incluye bebida y por $ 10 adicionales también postre.
Tienen delivery en la zona, incluso es posible pedir los platos del menú ejecutivo, lo cual lo hace una excelente opción para almorzar en la oficina.

Como lo describieron otros Unilocalers, Rojo y Negro es el lugar obligado cuando uno sale de los clubes que están por la zona de Avenida Libertador o después de trabajar/​entrenar en el Cenard.
Fui en varias oportunidades, sobre todo en salidas de grupos, y la experiencia depende del mozo que te toque y es directamente proporcional a la cantidad de gente que le toque atender: A mayor cantidad de personas, mayor malaonda, y mayores problemas.
En cuanto a la comida, es típica de bodegón y mayormente se basa en pizzas, empanadas, pastas (muy buenas), milanesas con alguna salsa (platos destacados), sánguches, carnes y pollos con guarniciones. Pero la guarnición por excelencia son las papas en todas sus variantes: fritas, noisette, españolas, rejilla.
Hay que admitir que a pesar de estar siempre concurrido, los platos salen rápido, sobre todo las pastas y milanesas. Ni hablar si es del menú ejecutivo: En menos de 40 minutos te sentaste, ordenaste, comiste, pagaste y te fuiste.

Si uno busca buena atención, platos abundantes y a tiempo, este es el sitio. Una carta variada con toques de bodegón; excelentes pastas caseras, clásicas milanesas y carnes siempre a punto. Precios accesibles en una ubicación privilegiada. Asiduos visitantes provenienen de clubes aledaños, le dan un clima familiar. No apto para parejas de menos de 6 meses ! Dos pisos, aire acondicionado y leds en mute permiten una cena de charla animada entre amigos o familia. Una ex hamburguesería convertida en un restaurant como se debe, con mozos memoriosos que jamás olvidan el pedido. Carta de vinos interesantes, y postres para golosos. Imperdiblee rabas! Personas en dieta, abstenerse. Múltiples medios de pago!

El antes ubicado sobre Libertador restaurante ‘Rojo y Negro’ es el lugar obligado cuando salís del club. Es un lugar para ir de a muchos a comer mucho (y rico)
El menú tiene de todo, lo típico porteño, milanesas, carnes, pizzas, pastas, pero lo que se come por excelencia aquí son las hamburguesas y lomitos. El completo o el rojo y negro van como piña. Y obvio, infaltables, las papas fritas. El plato de papas es enorme y siempre calentito. Pueden ser comunes, rejilla o españolas, con queso derretido, provenzal o panceta crocante. Brutal. Aunque también están las simples, sin nada.
Hace un tiempito se mudaron a este local en Crisólogo Larralde, un lugar un poco más arregladito. La esencia es la misma, pero el bardo del de Libertador se extraña un poco.
Super recomendable

Antes era un bodegón y ahora lo restauraron, pero sigue teniendo una decoración un tanto austera y conserva la antigua carta de bodegón, por ejemplo lo que siempre me pido: Suprema a la Marilan. Las pastas son caseras y son buenísmas. Te cobran la panera (medio raro), la comida es super abundante y es muy rica. Los mozos son los mismos de siempre, esos que no necesitan tomar nota del pedido. No es muy caro y es un ambiente familiar. Si buscás algo romántico Rojo y Negro no es el lugar dado que está súper iluminado y hay dos tvs en canales de noticias. Arriba tiene un salón techado y al lado una especie de terraza y en ambos espacios se puede comer. Está bastante lleno de gente y generalmente hay que esperar. Si querés revivir los años 80tas y 90tas, Rojo y Negro es el lugar.

Teminar de hacer deporte, o de entrenar, y que todos los bares del club esten cerrados o por cerrar, entonces la solucion es Rojo y Negro.
A metros de Av. del Libertador, Rojo y Negro es un restaurante donde se pueden encontrar todo tipo de comidas, y todas muy ricas y como si estuvieran hechas en casa.
La especialidad son las milanesas y supremas (la suprema florentina o la champs elysees son las mejores), pero las ensaladas, las hamburguesas, las pizzas, todo es recomendable
Tiene dos plantas en la superior con balcon que durante epocas de baja temperatura se cierra y se calefacciona, porque el espacio es siempre necesario, siempre esta lleno, pero vale la pena esperar.
Los platos vienen siempre rapido, los mozos son todos atentos, y profesionales por lo que la atencion es espectacular.
El ambiente es muy familiar, todos grupos de gente joven o familias que buscan una opcion rapida y barata para almorzar o cenar