Smile

Smile supo hacerme zafar de preparar el almuerzo repetidas veces durante mis años viviendo en Nuñez. En realidad al principio pasaba por la puerta y lo miraba con desconfianza, parecía medio sucio, de esos lugares donde absolutamente todo está lleno de aceite. Pero como siempre siempre estaba lleno supuse que no podía ser tan malo y un día decidí entrar. Y me arrepentí de que mis prejuicios me impidieron conocerlo antes!
En esta rotisería china vegetariana no sólo venden los típicos salteados aceitosos –aunque bastante ricos– sino que se animan con otras opciones: milanesas de soja, de quínoa, de berenjena, tartas, empanadas de verduras, ensaladas y hasta postres.
Todo es muy rico y el precio es baratísimo. En serio, si te gustan las milanesas de soja por ejemplo, sabés que en el supermercado las de marca decente salen una fortuna, ni hablar en las dietéticas! Acá, como todo te lo cobran por peso, te termina saliendo una ganga.

De todas las rotiserías chinas que venden comida al peso que han proliferado en los últimos años esta es mi preferida. Venden comidas que en otros nunca he visto. Es todo vegetariano, nada de carne, pero hay opciones deliciosas que la emulan muy bien.
Mis platos favoritos son:
— Las empanadas de berenjena, deliciosas con pedazos grandes de berenjena cocinadas en su punto justo y salsa de tomate.
— El pan relleno, tostado arriba y abajo y relleno de mucha cebolla y zanahoria
— El «pollo» salteado con mani, crocante y tierno al mismo tiempo
— Las batatas caramelizadas, super dulces y sabrosas
— La torta de manzana, es generosa, con mucha manzana y con alguna especia que no logro identificar.
También tienen budin de zanahoria y de banana (pero el que hago yo es más rico), muchas clases de tartas y empanadas y un salad bar muy variado.
Siempre está lleno de gente y también se pueden comprar salsas envasadas y galletitas de la fortuna.
En una época cada tanta plata gastada te daban un cuponcito y juntando varios podías cambiarlos por maneki nekos u otras chucherías.