No me gustó demasiado. Es decir, zafa, pero es uno de esos lugares medio masivos, con una estructura demasiado grande, por ende no suelo esperar demasiado de este tipo de restaurantes(y ahora puedo confirmarlo). Con el menú te dan la posibilidad de acceder al salad bar(bastante completo, con todo lo que se puede esperar que haya en el mismo –tres o cuatro tipos de hojas verdes, tomates, huevos, enslalada rusa, algún morrón, lentejas, ensaladas de papas, y otros tipos de ensaladas pero nada fuera de lo normal para lo que suelen ofrecer los salad bar promedio). Pero la comida no estuvo del todo bien. La entraña que pedimos era durísima, un chicle incomible realmente. Las costillas de cerdo con salsa de naranja tampoco me convencieron, no estaban muy ricas. Tal vez fue un plato pretencioso para el lugar, no debería haberme movido de unas milanesas con papas fritas y ya. La atención fue correcta, afuera hay juegos para los chicos, tienen wi fi, el ambiente estaba bien cuidado y limpio. Lo más artaactivo del lugar es que está en el medio de un paseo superlindo, luminoso, con un estilo similar al de Cariló(mucha madera, mucha vegetación, callecitas de tierra, etc.). Pero la verdad es que no recomiendo especialmente comer ahí, tal vez se pueda elegir otra de las opciones que tiene este paseo de Canning.