Terrazas del Uritorco

Fuimos en una época de pocas lluvias y estaba todo muy seco, una lastima porque el paisaje parecía el lejano oeste.
Pero en realidad el hotel en si, el lugar es fantástico, es para internarse y no hace falta salir, en todo caso a hacer una comprita en el súper y cocinas en la cabaña porque es muy completa, la vista hacia el cerro uritorco es imponente, y no sabemos si será la energía del lugar, nuestra sugestión, el entorno y nuestro cansancio pero realmente cargamos las pilas.
La habitación tiene heladera, cocina, antebaño y una ducha con y acusó con agua ozonizada, y es muy muy relajarte, no hay que pasar de largo porque puede relajarte demasiado y no vas a querer salir.
El desayuno es muy abundante, con panes caseros, dulce de leche del mas rico, cereales, jugo, la atención es muy buena, y te aconsejan en todo.
Un detalle, el Spa esta al lado de la pileta y funciona todo el año, excelente!

Una escapada de fin de semanas no es suficiente para aprovechar todo lo que ofrece este lugar. Con vista al cerro Uritorco, este hotel se ubica en uno de los lugares mas privilegiados de Capilla del Monte.
Fuimos un finde y nos alojamos en una de sus bellos departamentos, la habitación matrimonial súper amplia, su ambientación una mezcla de rústico y chic con grandes ventanales con vista a las sierras. La cocina pequeña integrada con el living, el cual tenia dos camitas bien dispuestas de manera tal que te podías acostar a leer con la puesta de sol de frente o tirarte a ver un poco de tele. El baño necesita un párrafo aparte, divido entres en ante baño y baño y un espacio amplio y aparte para la ducha e hidromasaje con ozonizador sales naturales. El piso de piedras, con repisitas con velas y una super puerta ventana con vista al Uritorco y ese aroma tan característicos de los spas que te producen más que serenidad.
Ese finde aprovechamos a probar la variedad de masajes que ofrece el spa (eran más de tres clases). En una casita cerca de la pileta se encuentra el apacible spa con una gran fuente de agua en medio de grandes ventanales donde la energía del sol se dejaba filtrar en su medida justa. Luego pequeños cuartos individuales con deliciosos, aromas y música zen.
Si vas, te reto a no quedarte dormido en medio de la sesión…¡imposible!