Este es uno de los Bonafide más lindos que conozco. Tiene ese toque tan de «jardín» que le da este barrio. Está ubicado en una calle cerrada, lo que le da aún más un toque especial. Como para cerrar el concepto de confitería linda, tiene la vereda empedrada, árboles, enredaderas en el techo de la terraza y flores. ¿Qué mas lindo? La atención siempre es buenísima. La comida es exactamente igual a la del resto de los bonafide. Rescato sus promociones de tostados + jugo de naranja o submarino con torta que hacen que el precio sea bueno. El lugar cuenta con mesas en la vereda, una terraza cubierta de verdes, un ambiente en primer piso y uno –mucho más grande– en segundo piso. Hay sillones para sentarse y sillas de madera oscura. Bien moderno, pero cálido. Algo que reclamo es que las sillas están muy juntas, y cuando vamos en grupo se dificulta un poco. Amo este lugar. Quizá porque siempre venimos con mis amigos, con mi familia, día de semana, o fin de semana. Afuera o adentro. El Bonafide de Ciudad Jardín se adapta a todo. Lo malo es que el pago es sólo en efectivo.