Fabián Báez – Decoración e iluminación

Es un local que por fuera no te llama mucho la atención. En una de mis búsquedas de lugares para comprar muebles, este estaba en mi lista, porque parecía interesante.
Parecía como viejo, como que tenia cosas antiguas. Pero cuando entras podes observar miles de muebles, mesas y muebles muy lindos.
Aunque no son mi estilo, porque parecen vintage antiguos, me gusto mucho el lugar.
Es un poco incomodo adentro, esta como todo amontonado, no me gusto mucho la disposición de las cosas, pero igual te llama la atención muchos elementos de decoración como ese tipo de telas para sillones, tiras angostas con tramas. O estatuas de diversos materiales, almohadones muy lindos, de colores fuertes.
Lo que si, los precios son bastantes altos, hay veces que tienen promociones, o descuentos, pero de objetos no muy lindos. Son como que utilizan esas cosas como para que entres a ver.
Reciben tarjeta de crédito, pero igual, así mismo es bastante caro.
Si te gustan los muebles de madera, es un lindo lugar para comprar.
La atención no me pareció ni bien ni mal. Yo estuve mirando un largo rato y la persona que estaba en el local no me dijo ni hola.

Sobre la Castro Barros, zona de mueblerías, podés pasar sin darte cuenta frente a este negocio, que por fuera es uno más, mientras que por dentro es increíble.
Todo te sorprende allí adentro, desde los muebles hermosos que tiene, el importante tamaño del local (el cual por fuera no parece grande), hasta los precios que, para la mayoría, son inalcanzables.
Por fuera es sólo un lindo negocio de decoración, pintado de color tierra con vidrieras que no llaman mucho la atención. En la entrada tiene unas macetas grandes con cactus y apenas te asomas a la puerta, empiezan a desbordar los muebles.
Adentro todo está amontonado, las cosas apiladas, apenas hay lugar para caminar. El local mantiene la estructura de la casa que debió ser ya que, pese a que se quitaron puertas y paredes, a medida que vas circulando te das cuenta que vas como cambiando de ambientes.
Hay mesas, sillas, sillones, repisas, lámparas, adornos, antiguos y restaurados, de todos los tamaños y colores, y con un estilo moderno. Todas las cosas son bellísimas y todo tiene su precio, que te deja helada.
La gente que atiende no te habla a menos que vos solicites su atención (por lo menos esa fue mi experiencia), e incluso con mi tía, mi mamá y mi hija probamos todos los sillones y sillas y no nos dijeron nada. Eso me llamó mucho la atención, sobre todo teniendo en cuenta que estábamos con un menor.