Fusco Bar

Fui a Fusco con la mejor de las expectativas dado las reseñas anteriores, evidentemente fueron muy altas porque no fue lo que esperaba.
Había 3 menús, 2 de pastas y uno con carne. Elegí costeleta de cerdo con verduras al horno, nada especial ni diferente a lo que uno puede hacer en su casa de una corrida y sin ser un gran cocinero. Otro de los platos era ñoquis con salsa roja y 3 pedazos mínimos de carne tampoco fue nada fuera de lo común, muy lejos de ser pastas caseras.
El postre era un flan de caja con dulce de leche.
Para menú ejecutivo, frente a hospital no estaba mal, pero no lleno ni un poco mis expectativas.
Abren de Lunes a Viernes solo al mediodia y no hacen rserva
El menú sale $ 80

Estuvimos cenando la otra noche en Fusco. El lugar es lindo, bien ambientado, tanto en el patio como en el deck. Si o si hay que reservar o ir bien temprano para conseguir mesa.
Nosotros fuimos sin reserva y habia una mesa disponible en el deck, lo unico malo de este lugar es el ruido de la calle, que tiene bastante transito un viernes por la noche. Posiblemente en el patio el ruido sea menor.
La comida es buena y la carta se renueva seguido, asi que se pueden probar platos distintos en cada visita.
Los precios no son tan altos y las porciones son bien abundantes, asi que realmente para recomendar.

El sábado pasado fuimos con unas compañeras de trabajo a cenar a este lugar.
Nos dieron un premio en el trabajo, unos vauchers para comer en este resto.
Tenes que hacer reserva si o si, porque sino es difícil conseguir lugar.
Llamé, hice la reserva y nos dieron a elegir si preferíamos patio o el deck, elegimos el deck, un lugar abierto pero techado.
Te sostienen la reserva sólo 15 minutos, asi que atentas las que llegan tarde siempre!
Tiene una cata que se renueva casi todas las semanas. La cocina es de autor, con platos gourment muy elaborados.
Nos pedimos unas brusquetas para compartir entre dos y estaban buenísimas. Una muy buena entrada. Antes nos habían traído una pastita para comer con pancitos calientes o con grisines, tambien deliciosos.
De plato principal pedí risotto con remolacha y queso gorgonzola. El plato es muy abundante, no lo pude terminar.
Unas amigas se pidieron pasta que venía con pesto y otras cosas más, muy rica.
De postre, yo no comí nada pero mis amigas se pidieron un tiramisú, una porción bastante grande que dicen que estaba buenísima.
Los precios estan bien, los esperados con un tipo de cocina así.
La atención fue muy buen, a los chicos muy piolas. El lugar esta muy bien montado, el patio es re lindo.
Recomendado!!!

Que buen lugar!!! Solía ser el restaurante donde pediamos comida cuando trabajaba en Fortune International. No hacía falta ni que y te movieras del lugar porque te lo traían al trabajo, aunque muchas veces nos escapabamos para salir un rato de la pecera, tomar un poco de aire fresco, ver gente y despejarse.
La comida exquisita, casera (eso lo hace aún más rico), fresca, osea comida del dia. El menú era super tentador todos los días, con las chicas del trabajo generalmente pediamos diferentes tartas todos los días o de vez en cuando una ensaladita, no queriamos llenarnos muchos con un buen pedazo de carne porque sino despues se complicaba para seguir trabajando, por ende preferimos algo livianito.
Los precios recuerdo que eran super accesibles y acordes a la calidad de la comida.
El lugar tiene mucha onda, esta buenisimo, y las veces que fuimos a comer ahí nos atendieron super bien, los empleados son muy amables.
Muchas veces elegimos fusco para hacer after office y lo mas rico que tenía era ese famoso mini trago que nos ofrecían, lo cual nos permitia comenzar la cena bien relajados.
Si estas en zona norte te recomiendo que no dejes de pasar por fusco. ahh un detalle complicadisimo estacionar por ahi.

Este es un restaurante muy bien ubicado porque está al frente del Sanatorio Allende del Cerro, y creo que es el único tan próximo al nosocomio.
La decoración del lugar es muy bonita y la gente que trabaja allí es amable.
Fui una sola vez a la salida de la clínica y, si bien la carta ofrecía una importante variedad de comida, me pedí una pizza que no me gustó porque la prepiza parecía de las compradas en el super. Además, yo pedí la especial, que tenía el jamón cortado en cubitos y a mí me gusta en fetas. Mi hija pidió un tostado, que estaba hecho con pan lactal. Es difícil que un tostado este feo. En tanto mi papá pidió el menú del día que era una carne con papas y que se lo comió todo. De todas formas mi papá no es muy confiable ya que no le hace asco a nada.
Lo que no me gustó fue que tenía dos ambientes chicos: uno cerrado donde no se podía fumar y otro cerraron con toldos donde si se podía fumar. El lugar es muy chico y había mucha gente, por lo que no pude elegir entre zona de fumadores o no fumadores, y me tocó esta última pese a que estaba con mi bebé. Si bien el lugar es abierto, las lonas forman una carpa totalmente cerrada por lo que el humo se mantenía allí.
De todas formas, si estas en el Sanatorio y querés comer no tenés muchas opciones: es Fusco o el bar de la clínica que tiene poca variedad, es caro y atención es malísima.

No podes dejar de pasar por Fusco si estas en Cordoba (esta en mi top 10).
Un lugar super cálido en la zona norte de la capital. Lo que me gusta de Fusco es que cada un mes cambian la carta completa. Desde chiquito mis viejos me enseñaron a probar cosas nuevas y qué mejor que sentarte en un lugar sin saber que vas a comer. Cualquier cosa que pidas va a ser buena, tienen un equipo de excelentes chefs que innovan siempre y no dejan de sorprender.
El servicio es muy bueno y los precios adecuados a la calidad de la comida.
Hay lugar para estacionar siempre y el cuida autos es muy piola, no tiene precio fijo.
*nota: si van y tienen el tiramisu en la cata, pidanlo. También avisenme que voy corriendo! Una delicia!

Fusco Bar se convirtió en mi lugar preferido para comer en Córdoba y es un favorito de muchos de la zona noroeste de la ciudad.
La clave de Fusco está en su carta. Todos los meses, el chef crea un menú nuevo con productos de estación. Algunos platos se mantienen (como el imperdible carpaccio de ternera, un must del lugar) y otros van rotando para adecuarse al mes en cuestión.
La estructura del menú no varía: cinco entradas, cuatro ensaladas, cinco platos principales y tres postres. Lo complicado es elegir ya que todo tiene una pinta increíble en el papel por lo que lo mejor es ir en grupo, pedir varias opciones de cada paso y compartir. Sí, es un poco complicado pasarse los platos de una punta a la otra de la mesa, pero vale la pena.
Sin embargo, la magia de Fusco empieza antes de llegar a la carta y está en el mini trago del día que los mozos te ofrecen al llegar en un vaso de shot y que podés pedir para disfrutar durante la cena. Consejo: si te enamorás de uno, pedí la receta porque puede pasar mucho tiempo hasta que lo vuelvan a hacer. Además del traguito del día, Fusco tiene una buena carta de coctelería de autor y tradicional y variedad de vinos.
Los días de semana al mediodía hay menúes ejecutivos, ensaladas y tartas con mucha onda.