La Rústica

Qué difícil decir algo bueno de este lugar.
Bueno, en realidad es porque no tiene nada bueno.
Por empezar y para ir al grano, es un antro de mala muerte, donde van a parar todos los rollingas que creen que tienen re clara la idea de «tener noche/​calle».
Siempre todos drogados, por supuesto, si no no pueden entrar al gremio de estos simios incivilizados.
Los baños una porquería, por supuesto. Afuera piden DNI pero adentro hay pibes menores.
Si querés salir una noche y pasarla como el traste en un lugar horrible, sucio y lleno de gente asquerosa y drogada, andá a La Rústica.

Bar ubicado en la zona del abasto, con buen RNR de fondo, alcohol accesible y si vas con ganas de distraerte un poco más te compras un par de fichas para el metegol. No vayas si buscas un ambiente libre de humo.

Este lugar es uno de los que quedan en el abasto, barcito que hace muchísimos años que esta ahí, en las mismas condiciones que el primer dia, para bien o para mal. Este lugar es simplemente y básicamente el lugar para escuchar rock nacional hasta hartarte, el volumen del sonido es extremadamente alto, como para llevar tapones en los oídos, salís de ese lugar aturdido, te chiflan los tímpanos. La decoración del lugar es nula, bien de antro, las paredes a medio revoque. Lo importante de este lugar es la bebida barata, acá se toma cerveza de la peor y vino, encima suele haber dos por uno asi que todavía mas barato, me animo a decir que llega un momento que no escuchas ni la música, el color básico es el negro, mucha ropa negra, tachas y rock para todo el mundo. Al que le gusta este lugar le gusta mucho y al que no no.

Bitácora del caminante… Rock and roll es fiebre
Las noches en córdoba están sumamente abarrotadas de propuestas y diversidad en cuanto a música, teatro exposiciones y bares se refieren, con dos amigas en particular que son amantes al rock nacional pude disfrutar de noches interminables y divertidas, desde hace un tiempo ya que no paso por este mágico lugar, es increíble que un espacio sin demasiada ornamentación, y casi espontaneo por su desarrollo en el tiempo, pueda dar respuesta a la necesidad de escuchar esta música que tanto nos enorgullece, además este lugar da cita a bandas locales y aporta a las opciones más reconocidas de la noche cordobesa, se sitúa además en una zona paradigmática como lo es el abasto donde se encuentran aglomeradas distintas discotecas y lugares de dispersión nocturna, si bien la esta zona no es de las más elegantes de la ciudad está dotada de toda esta magia que la hace interesante y que si la recorremos con mucho cuidado y respeto nada nos puede pasar, sin demasiadas propuestas en cuanto a los tragos y sin cocina este lugar está totalmente capacitado para hacernos pasar una hermosa noche de rock and roll.

Fui un par de veces a este lugar, la mayoría de las veces acarreado por amigos/​as que gustaban de ir. No lo volvería a hacer.
Habría que poner la foto de este lugar en la definición de antro en el diccionario. Poca iluminación, rock nacional al palo toda la noche, muchas veces caripelas con las pupilas en estado dudoso. Qué sé yo, si tenes ganas de una noche así bárbaro pero a algunas personas puede no fascinarles. Por lo general el lugar está repleto, es un clásico de la zona.
Los baños son un desastre pero ya superando el desastre de otros baños de la zona. Intentando decir algunas cosas buenas podemos decir que el metegol es gratis y que la cerveza está muy barata, la última vez que fui, no hace tanto, eran 2×40. Igualmente, una birra que preferible pasar rápido por la garganta y no saborear mucho.
No recomiendo para nada el lugar a menos que quieras hacer una especie de estudio antropológico de las tribus rollingas de ésta época.

Hace bastante tiempo que no voy a La Rústica del Abasto. La última vez que fui quedé encerrada en el baño a raíz de una pelea entre un rolinga y un metalero.
Como la mayoría de los locales nocturnos del abasto, este es uno más de los bares en donde el común denominador de la gente que los frecuenta es el gusto por un género musical, en este cado el rock rolinga.
Pasa que la última noche pasé por ahí, justo tocaba una banda de metal cerca, entonces hubo un choque de «tribus», literalmente, que terminó conmigo encerrada en el baño con dos tipos ensangrentados, peleando. Cabe destacar que el baño, como es de esperar, era muy feo, y por su distribución, no se podían abrir dos puertas a la vez, más bien parecía un juego de estrategia.
En cuanto al lugar, hay un espacio cerrado para tomar algo parado y escuchar música o bailar, y en un costado una especie de galería con unos banquitos y en el fondo un patio.
Ya con casi 30 años, no volvería.