Lelé

Caímos acá a almorzar con un amigo, lo primero que vimos fueron todas las opciones para llevar que tienen, tartas, sandwiches, hasta pan casero y algunas cositas dulces.
El lugar es muy lindo, la decoración es bastante simple pero simpática, es muy luminoso.
El salón para sentarse a almorzar está en la planta alta. Cuando nos ubicamos el mozo llego con las cartas y nos comentó el menú ejecutivo del día que además del plato incluye una bebida sin alcohol y un té o café por $ 120, más caro que en otros lugares.
Cuando fuimos las opciones de los platos eran un omelette relleno con pollo, jamón y brócoli con papas rústicas que mi amigo me dijo que estaba muy bueno, y una ensalada de hojas verdes, albahaca, zanahoria, tomate, repollo, palta, aceitunas negras y arroz yamaní aderezada con una vinagreta, estaba deliciosa y toda la verdura estaba súper súper fresca, muy rica.
El café también estaba bueno.
Además de todo esto ofrecen tartas que tenían un pintón, sandwiches de muchas variedades y otro tanto de ensaladas, también tienen wraps.
Cosas dulces tienen de la pasteleria tradicional Argentina, además de sus combos de desayunos y meriendas.
Si querés tomar algo diferente también tienen jugos naturales o limonada.
La atención fue buena, el mozo estuvo atento si necesitábamos algo, era buena onda.
El tema con Lelé son los precios que por la zona se encuentran cosas a mucho menor costo, pero acá suma el lugar y la onda de la comida un poco más natural o liviana.
Me gustó, yo seguro si ando por la zona vuelvo.

Lele es como una casita de los sueños. Laaaaastima qué esta carito. La comida genial, hecha por el mismísimo dueño, tiene sabores únicos y presentaciones re grosas. Que rico, pero que caro! Serían cinco si no fuera por eso. Definitivamente un lugar para conocer, al menos una vez. La variedad de la comida es especial para veggies, tienen tartas, ensaladas gigaaaantes y sanguches muy originales. Probé uno mediano qué pensé iba a ser mini y no, me trajeron dos ultra llenadores qué tenían salsa de calabaza. Riquísimo!

Fuí un día al mediodía, caminé varias cuadras para llegar por las buenas reseñas que tenía, llegué, pedí un sanguche de pollo con palta, me senté arriba, esperé un rato.
Para empezar, el lugar tiene un estilo petit café naïf que si bien está muy logrado, no sorprende para nada. Me pasó lo mismo con la comida; es decir, todo es muy prolijo, muy bonito, el pan es casero, el sanguche está bien cocinado, calentito, muy lindo todo. Pero el sabor es bastante predecible, no sorprende para nada, le falta –como al lugar– su toque distintivo, su magia propia. Para ser concreto, la comida es muy rica, pero bastate sosa.
Además de esto, como todos mencionan, los precios son bastante complicaditos.

Muy rica la comida. El lugar es muy lindo y limpio. Pero los precios son de los más altos del barrio. Y para peor no sé qué pasa últimamente pero hace más de un mes que no atienden el teléfono de delivery (al menos en mi caso). Pero más allá de todo eso, creo que todos deberían probar su Sandwich de pollo y palta. Es un golazo

Hermosa Lelé ¿Por qué eres tan cara?
Es un lugar muy lindo, pulcro al infinito, con cosas muy ricas para comer, pancitos deliciosos y ahora descubrí que tiene unos menú al mediodía que están a la altura. la verdad es que las recomendaciones que recibí no eran exageradas.
El único contra que vi, eran los precios, nos sentamos a almozar y el menú rezaba milanesas de peceto, con hojas de espinaca y puré de calabaza, delicioso, generoso, pero con una coca nos costó 110 pesos. Está bien, pero es bastante más que el menú ejecutivo «estandar», y no tenía entrada ni postre.
La gaseosa vale 25 pesos, pero si estás con ganas de tomar un juguito natural, andá pensando en un $ 50, que también me pareció mucho.
Está bien, no es para todos los días, y sin dudas volveré.

Lelé es un lugar ideal para los que nos gusta almorzar algo rico y tenemos poco tiempo. Siempre tienen buenas opciones de plato del día, además de sándwiches, tartas y ensaladas. Ponen música tranquila, que invita a bajar un cambio y disfrutar de la comida. La relación precio calidad es buenísima y los chicos y chicas que atienden soy muy amables.

Un lugar lindisimo para venir a merendar/​desayunar/​comer algo. Todo casero y preparado acá, así que podes sentir los ricos olores de la comida recién hecha. Los sanguches y más tartas son amor puro.
Súper tranquilo para venir solo y leer algo, o para venir en pareja o con un grupito de amigos. Abajo tiene unas mesas, y como tiene grandes espacios vidriados podes ver la vereda y lo que pasa afuera. Arriba no me senté, pero vi y es más amplio y también tiene grandes ventanas y buena luz natural.
lelecafe123 la clave del WiFi. Un lugar para instagramear.

Ofrece menú diario, una carta simple y sánguches, tartas y ensaladas, todo bastante sano. También tienen algo de pastelería, todo con buena pinta.
¿Lo bueno? La comida es rica, fresca, sin exceso de aceites, frituras o chatarra, todo tiene lindo color, huele rico y está bien servido.
El local es pequeño pero lindo y cómodo, la decoración es agradable y simpática. La atención, buena también.
¿Lo malo? A veces se van de mambo un poco en los precios. Cincuenta pesos por medio sánguche con fetas de anquito, berenjena y queso cheddar me parece mucho, estaba delicioso, pero el precio es excesivo.
Recomiendo ir a comer el menú, que está en mejor precio, es rico y viene con una latita de gaseosa.

Lele «pequeños placeres» como afirma la el logo identificatorio de este petit restó, es un espacio agradable donde lo rico se mezcla con lo estético, y la buena cocina con atención agradable.
La ambientación es clara y lineal, predomina la madera, los colores pastel y la fusión de estilos.
Algo que caracteriza a este lugar es el packaging perfecto con el que cada producto es presentado, sobre todo si compras para llevar o solicitas delivery.
La elaboración es artesanal y utiliza ingredientes sanos y naturales, como algarroba, semillas y harina integral para la fabricación de sus panes y cookies que podes llevarte calentitos a tu casa o disfrutarlos en los desayunos o meriendas que sirven in situ.
Las tartas son de las mas ricas que he probado en la ciudad, caras pero con buenos y abundantes rellenos que cubren la masa casera y crocante, recomiendo la de pollo al puerro con vegetales, un manjar.
Durante la semana, Lele realiza menúes ejecutivos que sirve ahora también por la noche, y que incluye platos como bondiolas horneadas con papas y calabazas con infusión de pimientos, woks de pollo especiado, o pechuga grille con esparragos y papas bravas entre otros.
La carta se completa con licuados multifrutales, quesadillas y wraps, pizzas y lomitos de carne, pollo o cerdo.
Una perlita en Nueva Córdoba que tenes que visitar.

Sehr nettes Café mit angenehmer Atmosphäre und gutem Essen
Leckere Tortas (con jamón y queso, espinaca y ricotta etc.), gute frische Limonade, Mittagsgerichte.
Sitzbereich im ersten Stock ist sehr nett, Personal freundlich und hilfreich, wenn auch nicht die Schnellsten.

Los balcones de Lelé.
Lo mas lindo de este local es su decoración y sus detalles. Es un lugar que transmite belleza y delicadeza.
En Lelé hay desayunos y meriendas para todos: combos con tortas, medialunas, revueltos, galletas, tartas, pan, criollitos, tostadas, café, te, licuados y jugos. Sus galletas son de lo mas rico que probé en Córdoba. Siempre buscan variar gustos, colores y tamaños. La ultima vez que fui había de limón, coco, chocolate negro y chocolate blanco.
Pero en Lelé no solo se puede desayunar y tomar el té. También hay menús ejecutivos para el medio día.
Cada plato se nota que esta hecho con entusiasmo y trabajo.
El precio varía mucho dependiendo lo que consumas. Pero en general, los precios están bien.
En Lelé también podes comprar y llevar.
Yo personalmente recomiendo ir a tomar el té arriba en una mesa que de a alguno de sus lindos balcones.