Lo de Pablo

Visité Lo de Pablo hace un tiempo bastante considerable más por una casualidad que por tener decidido concurrir a esta pizzeria de Va. Allende.
Es opinión personal jamás reseño un lugar en una primera visita, razón? Como decia Tusam (aquel mentalista que solia entreternos con trucos cuan Houdini)…: puede fallar (y bue…él se fue de «gira» y el hijo que seguia sus pasos, casi confirma lo de la frase!)…por consiguiente, es mi opinión que a veces al concurrir a un lugar pueden surgir imprevistos que hay que saber entender y no juzgar con un tajante «acá no vuelvo ni gratis».
Es mucho el esfuerzo y el trabajo que implica armar una unidad de negocio, ofrecer un producto atractivo, de calidad, mantener una clara filosofía de que hay que estar en cada detalle… y encima, desde que mucha gente ve Masterchef se creen semidioses críticos de gastronomia y jueces de espacios donde muchas familias viven de un emprendimiento.
Por esa razón, prefiero concurrir mínimo dos veces a un lugar, no prejuzgar, dejarme sorprender o no, apuntar al producto que ofrece y ser objetivo con la propuesta.
Lo de Pablo me significó un muy agradable lugar, donde su dueño es su mejor RR. PP, te vende muy bien su lugar, su oferta, se luce contandote como diseño el lugar, te resulta un anfitrión realmente excelente y que uno (que ese dia regresaba a Córdoba y le llamo la atención la estética del lugar) terminó decidiendo probar su producto: pizza.
Antes de ir al producto en sí, quiero contarles que el lugar tiene una muy buena iluminación, baja, no invasiva y que apunta directamente a la mesa lo que hace lucir a la pizza del lugar como un plato gourmet del mejor restaurant de Córdoba, sumado a crear un clima íntimo ideal (ya sea si estamos solos o muy bien acompañados).
Lo de Pablo cuenta además con un pequeño pero muy agradable patio, ideal para disfrutar del cielo veraniego en estas nochecitas y los fines de semana, un salon previo al patio se convierte en pista bailable con escenario incluido, que condimenta como un plus a disfrutar no solo de una buena pizza sino tambien que alli mismo podemos empezar a quemar las harinas consumidas!
En aquella primera visita luego de estudiar la carta, pedimos una pizza mitad Champignon (masa casera, salsa de tomate, muzzarella, salteado de hongos, orégano y olivas negras) y la recomendación expresa de Pablo, su dueño: Taco (masa casera, salsa de tomates, muzzarella, salteado de pollo, cebolla y pimientos frescos, picante y olivas verdes)…ambas deliciosas, masa a la piedra crocante en los bordes y bien humeda en el cuerpo restante… buena textura y muy buena condimentación.
El picor de la Taco se hizo sentir, marcó su personalidad y reflejó lo que su dueño nos vendió: éste es mi lugar, ésto es lo que te propongo, ojala lo disfrutes… y si, asi fue!
Siempre repito que la atención es un pilar muy importante en un negocio, y en Lo de Pablo es digno de aplaudir y felicitar… además de mostrarnos su creación, nos invitó con un frio Chenin Blanc de Santa Julia (no será un vino de alta gama, pero creanme que mi paladar disfrutó de la dulzura de ésta cepa y del muy lindo gesto que nos ofreció Pablo, como si fuese uno de mis vinos boutique preferidos!!).
Para cerrar ese agradable momento, y como tarjeta de invitación para una próxima visita, recibimos una cookie con su nombre de regalo.
Excelente anfitrión!
Ayer Domingo, decidimos volver al lugar, por cuestión de horario aún el horno no estaba encendido, pero Pablo cuenta con una fiambreria al lado del local y eso hace ofrecer sandwiches que lo podés solicitar como desees… y elegimos el favorito de Mirtha Legrand (Salame Milán, queso y el pan untado con manteca)…perdición absoluta!
Pese a que su anfitrión no se encontraba, sus empleadas nos atendieron divinamente y estuvieron atentas a cada detalle.
La verdad un lugar que se disfruta en plenitud, buen producto, bello lugar, buena variedad de pizzas y excelentes precios… sumado a ese gran pilar que es ser atendido de una manera excelente!
Unilocalers, en Va. Allende tienen que ir a Lo de Pablo!
Fotos en 3…2…1…hasta la próxima!

LO DE PABLO es una pizzería ubicada Av Av Roque Sáenz Peña 126 al frente del playón polideportivo en el corazón de Villa Allende.
Llegué por casualidad después de visitar y degustar los deliciosos helados del Del Bent, caminando por la avenida para regresar a Córdoba, descubrimos éste llamativo lugar.
Llamó nuestra atención las mesas pintadas con escrituras que hay en la vereda y lo que nos invitó a entrar fue una que decía que allí no escuchaban Arjona.
El dueño estaba en la puerta y cordialmente nos invitó a pasar y conocer sin compromiso.
Nos encantó la decoración con pintura pizarra negra con muchas anotaciones, un salón aparentemente pequeño que se en angostaba y después Salías a un espacio amplio ideal para festejar cumpleaños, un patio chico, pero cómodo que te invita a sentarte en una noche de verano.
Terminamos sentados en la primera mesa junto a la vidriera, pedimos mitad Taco recomendación de la casa (demasiado picante para mi gusto y demasiado de todo) y mitad de Hongos, llegaron rapidísimo, calientes, crocantes y ricas.
El personal muyyy amable y atento como el dueño que estuvo todo el tiempo pendiente que nada faltara.
Al terminar nos convidó un Shot de Santa Julia helado y de regalo una cokie a cada uno.
Antes de irnos nos invitó a pasar algún viernes o sábado que después de la 1 bailan salsa, merengue, etc.
Tendremos que volver?

Despues de tomar un rico helado en delBent, cruzamos para caminar y vimos esta pizzeria. La fachada exterior es lo que mas llama la atencion, tiene luches, y todo esta pintado y decorado como si fueran pizarras llenas de dibujos y frases. Las mesas de afuera que estan en la calle tienen frases divertidas que creo que fue lo que nos invito a quedarnos ahi. Apenas entras el lugar parece chiquito como un bar normal y cuando avanzas notas que el lugar es ENORME! Tiene muchas cosas de madera mesas altas y bajas hechas con cosas recicladas y hasta hay una puerta de ascensor reciclada que me encanto, pasando esta puera hay mas mesas y un escenario, ya que en los viernes hay eventos, y hay un patiecito bastante agradable. El lugar estaba limpio y los baños en condiciones.
El menu no tiene nada fuera de lo comun, pero los precios baratos. Tienen opciones sin tacc que estan buenas tambien. Nosotros pedimos mitad de champiñones y mitad «taco» que nos recomendaron ellos, ambas tenian cosas salteadas y despues las pizzas estaban algo aceitosas pero fuera de eso ricas sin ser algo novedoso.
La atencion fue espectacular, cuando llegamos no habia mucha gente aun, nos recibio el dueño y nos hizo sentir muy bien recibidos, fueron rapidos y la pizza llego en un santiamén, quedamos sorprendidos. Estaban atentos por si necesitabamos algo o si habia algun problema, el cual no hubo. Tardaron un poco en traer la cuenta ya que habia empezado a llenarse un poco mas y no tienen mucho personal pero tampoco una eternidad.
Algo que me encanto, cuando te vas el mismo dueño te despide y te da a cada uno una galletita con el nombre del lugar, una divinura!
Recomiendo el lugar, una mu buena primera impresion!
P.D: Los viernes a la noche tacan bandas y se puede bailar salsa, habra que salir a mover las caderas Unilocalers!

Estábamos de casualidad por el polideportivo de Villa Allende, nos dio hambre y por suerte teníamos una app en el celu que se llama Unilocal,se las recomiendo eh!
Buscamos los lugares cerca para comer y apareció «Lo de Pablo». De solo entrar la decoración del lugar nos pareció muy buena, mucha madera y un tanto oscuro, musica tranqui y atención muy buena desde que cruzamos la puerta.
Nos recomendaron una pizza especial «De tacos» creo que se llamaba, que venía con pimiento, cebolla, pollo y un toque de picante. Estaba muy buena, también pedimos una de champignones.
En cuanto a la pizza no era una locura, pero estaba más que bien, y el precio era acorde, tirando a barato.
Un buen lugar para comer algo y pasar un buen rato

Si el 80% de tu menú es pizza, entonces asegurate de que sean las mejores pizzas de la zona o al menos hace el intento. Creo que ese es el punto más flojo de Lo de Pablo. Si bien la masa esa crocante como a mí me gusta la opciones en cuanto a toppings son las que encontras en cualquier lado y el sabor tampoco se destaca. Lo positivo del menú y que rescato es que tiene toda una opción de pizzas sin TACC.
Otro punto a favor es la atención, no sólo de las mozas sino del propio dueño, Pablo, que se asegura de que te sientas cómodo. Ese es su punto fuerte: la hospitalidad y hacerte sentir como en casa.
Sobre la estética del local, la fachada pintada de negro con frases escritas tipo pizarra no coinciden con el estilo de bar más tradicional que hay adentro.
Los precios son razonables.
En resumen, es un lindo bar para ir de cervezas con amigos en donde lo que vas a recordar de la noche es la charla y la compañía más que la comida.

Lo de Pablo llama llama la atención, de entrada, por la estética de su fachada, que es muy similar a la de varios lugares de Córdoba capital, negro pizarra, frases motivacionales (?) y etc.
Apenas entrar, hay un salón con mesitas y onda de bar tradicional, que no dice mucho, pero pasando por un pasillo, la visual cambia y es muy llamativa, creo que ganarían poniendo la decoración linda en el lugar que se ve desde la calle, pero bueno.
También tienen un patio, pero estaba ocupado cuando fuimos, así que no lo conozco.
La atención es neutra, no destaca en ningún aspecto, aunque tuvimos que esperar bastante para pedir la cuenta al final, porque el resto de mesas se desocupó y la moza nunca más pasó a ver si necesitábamos algo o si estábamos vivos.
Comimos pizzas, no son buenas, la masa es aburrida y no parece casera y los toppings son escasos, pedimos una que nos recomendó la moza, de «taco» y tenía apenas restos de pollo, un par de pimientos y no mucho más. Los hongos de la de hongos eran de lata, eso da una pauta sobre la calidad.
En resumen, es un lugar agradable y lindo para tomar una cerveza y comer algo sin muchas pretensiones.
Se puede estacionar sin dramas en las inmediaciones

Virus cantaba «hay que salir del agujero interior» así que obedecimos y nos fuimos una noche a cenar (nunca a hacer una losa o esas cosas, siempre comer) a Villa Allende, por la zona del Polideportivo. Encontramos esta pizzería que parecía bonita y entramos a probar suerte.
El local tiene mesas al frente y al fondo, que es a donde pasamos. Tiene una zona como de quincho, patiecito, escenario y eso, pero ahora estaba desarmado y sólo había un par de mesas.
Nos acomodamos y llegó una moza con la carta al toque, que nos ayudó a acomodarnos y nos fue explicando ciertas cosas que había. Nos trajo las bebidas, pedimos unas pizzas y, desde el sector comepasto (?), encargamos unos sanguchitos con pan de campo, que nos adaptaron de la carta y sonaban riquísimos.
A los quince minutos llegaron las pizzas y cinco minutos después el sandwich. Todo recién hecho, bien casero y en porciones generosas. La pizza de rúcula tenía hojas bien frescas, que es un detalle que suma un montón al sabor y los champignones estaban preparados perfectos. El sandwich de pan de campo era, parafraseando a nuestro embajador, «una estupidez de rico». Bien grande, los sabores equilibrados, en una presentación práctica y super llenador. Gol de mitad de cancha.
Mientras comíamos llegó Pablo, el dueño, y nos contó que todo empezó como un almacén donde venía mucha gente a comer sus sandwichs, y que un día se animó, alquiló el local del lado y abrió el restaurant. Además, en la parte de atrás empezó a llevar bandas de b*chata y esas cosas que suenan horribles pero a la gente le gusta, a dar clases gratis y armar como fiestas tropicales, y pegó un montón. Se notaba que le apasionaba mucho lo que hacía, y estaba muy atento a que estén todos bien en el lugar así que +1.
Un día de estos voy a volver, de día, para ver cómo es el lugar en su faceta de cafetería, pero, de noche y para comer unas ricas pizzas, es el lugar ideal en la Villa.