Pasaje Santa Catalina

Hoy en el pasaje Santa Catalina, lugar de notables edificios coloniales, se lleva a cabo un homenaje a los desaparecidos en la dictadura militar. No son simplemente anónimos, todos ellos llevan nombre, apellido y sus rostros se ven a lo largo y a lo ancho del pasaje. Al final nos topamos con el D2, el primer centro de detención clandestino de los tantos que reinaron en la época del horror.

El Pasaje Santa Catalina es el estrecho callejón que se encuentra entre la medianera del Cabildo histórico de la ciudad y la pared lateral derecha de la Catedral. Por un lado da a la plaza San Martín y por el otro al Paseo de las Flores. Es uno de los rincones más céntricos de toda la ciudad. Antiguamente hubo un cementerio y también fue la puerta de acceso al centro de detención D-​2 en los años de plomo. Actualmente, es un lugar de los «recuperados» para la memoria del pueblo. Regularmente (especialmente en vísperas del 24 de marzo) suelen aparecer tendales de carteles con el rostro de muchos desaparecidos locales. Durante los días del juicio a represores por la mega causa La Perla, los rostros que aparecían colgando con carteles informativos eran los de los mismos represores. La puerta de acceso al Museo de la Memoria está a mitad de camino del Paseo. Pegado al Museo estaba el bar del Fundador, que hace un tiempo cambió de dueños y de nombres (ahora es un bar con memorabilia sobre el Papa Francisco). Es algo estrecho y breve pero en los pocos pasos que miden su extensión se condensan momentos muy representativos de las coyunturas históricas de Córdoba.

El pasaje Santa Catalina es uno de los lugares en los que la tristeza y la alegría se encuentran. Está ubicado a un costado de la Catedral y pegado al Cabildo Histórico.
En el caminito adoquinado, se encuentra el Archivo Provincial de la Memoria, ex centro clandestino de detención (D2). En algunos momentos del año, podemos apreciar las fotografías que cuelgan y se entrecruzan a lo largo de todo el pasaje; son las fotografías de los detenidos desaparecidos en aquel lugar, durante la última dictadura militar de nuestro país.
El pasaje es el lugar de la memoria, ya que allí hay una enorme huella digital que recuerda el horror y constantemente es la cede de intervenciones culturales. La más reciente fue la muestra fotográfica «El deseo urgente de América Latina», del fotógrafo Federico del Prado. En esas intervenciones suelen actuar artistas como Las Pérez Correa, Paola Bernal y otros más; siempre de una manera respetuosa y homenajeando a las víctimas del terrorismo de Estado.
El pasaje es una invitación a la memoria, a tener presente la reciente y más triste historia de lo acaecido en los años 70, cuando las fuerzas armadas tomaron el poder y desaparecieron a 30 mil personas.

Entre la imponente Catedral de la ciudad de Córdoba y el Cabildo Histórico, se encuentra escondido el Pasaje Santa Catalina. Camino empedrado, no apto para tacos aguja, espera a turistas y ciudadanos. Entre las paredes que lo enmarcan, el Pasaje conserva la memoria de todos.
Los tiempos en que dicho espacio fue cementerio de los acaudalados de la ciudad ya casi nadie lo recuerda. Sin embargo, fue el antecedente del actual Cementerio San Jerónimo que de manera sorprendente, sobrevive en pleno barrio Alberdi.
Tampoco son muchos los que saben que el Pasaje, con su belleza y su silencio, fue testigo de las ejecuciones y muerte ordenadas por el gobierno de corte paternalista de Rosas.
De la época de la dictadura se hacen eco en todos sus rincones y las oficinas allí instaladas. Y este es el recuerdo al que mayor importancia se le da en la actualidad. De allí la relevancia del Museo de la Memoria y de la Biblioteca.
Un poco de dulzura trae también el recuerdo de haber sido el lugar elegido por los alfajores Chammas para instalar allí su primera fábrica.
De todos modos y no sé si es percepción pura, arrebato de sensibilidad u otras personas comparten el sentimiento: al recorrer el Pasaje aunque uno no conozca lo que resguarda, el aire te envuelve en el silencio y el respeto, la historia te da la mano y te invita a caminar.

Si vivís en Córdoba, seguramente conocés el Pasaje Santa Catalina sin darte cuenta. Si no sos de acá y estás de visita, tenés una excusa para no saber nada de este lugarcito con tanta historia. Yo sé que he pasado mil veces por el lugar sin saber que tenía nombre propia y una historia tan interesante.
Antes de ser lo que es hoy, el pasaje era un centro clandestino de detención. Durante la dictadura, había prisioneros del estado en este lugar. Aproximadamente mil prisioneros estuvieron en el centro clandestino entre 1974 y 1978. Se puede ver todavía prueba de la tortura y tristeza que ocupaban las paredes del centro.
Ahora el pasaje cuenta con un museo y una biblioteca. El museo se llama Museo de la Memoria, y se trata de los desaparecidos y todo lo que pasó durante la dictadura. Es un lugar muy bueno para las personas que quieren saber más de esa época tan fea. Se puede ver también, en la puerta del museo, una obra de arte que es una huella digital hecha de los nombres de los desaparecidos, un recuerdo interesante.
La biblioteca que está en el pasaje es también de la memoria y los desaparecidos. Hay información de todos los prisioneros y desaparecidos que pasaron por el centro clandestino.
Antes de ser un centro clandestino para la dictadura, había una fábrica de alfajores y antes aún, un cementerio.

El Pasaje Santa Catalina es una cuadra llena de historia. Ubicado entre el Cabildo y la Catedral, a lo largo de los siglos de existencia de Córdoba fue un montón de cosas. Primero, cementerio, lugar en el que se condenaba en la época de Rosas, fue el lugar donde se estableció la primera fábrica de alfajores del país (Chammás #respect) y alojó a un centro de la detención durante la dictadura.
Es un camino que muchos cordobeses toman todos los días para acortar distancias, sin percatarse del valor histórico de esos pocos metros. La recorrida al Pasaje Santa Catalina forma parte de una visita guiada organizada por la Municipalidad que parte desde el Cabildo y que va hasta la Manzana Jesuítica.
En el Pasaje Santa Catalina se encuentra el Museo de la Memoria y el Archivo Provincial de la Memoria, ya que allí estaba el Departamento de Informaciones de la Policía de la Provincia de Córdoba (D-​2) que funcionó como centro clandestino de detención desde 1974 hasta 1978. Se trata de dos edificios conservados como estaban en esa época. Además, cuenta con una biblioteca de la memoria. Se los puede recorrer. En la puerta de los mismos están los nombres de los desaparecidos formando una huella digital, que simboliza la identidad perdida.
Además, en el pasaje hay dos casas, una es una dependencia de la Catedral de Córdoba y otra la que solía ser la casa de un gobernador y que hoy es del Arzobispado.