Amé esta plaza desde la primera vez que fui. No es grande, pero tampoco demasiado chica. Cuenta con la extensión justa. Por lo menos para mí. Estoy convencida que las plazas muy grandes no se disfrutan igual. Sin dudas, este espacio verde tiene«algo». Es especial. Siempre me transmitió buena onda y mucha paz. Hace aproximadamente una hora que he regresado de la plaza Chamical de barrio Escobar. Revisé todos sus rincones y carteles para saber su nombre. No lo conseguía. Mientras tanto, los niños se hamacaban, subían al tobogán o cuchicheaban entre dientes bajo la sombra de los árboles. Sus risas se mezclaban con el viento, el ruido de las hojas y el ladrido de los perros. Finalmente, me decidí a consultar con los otros vecinos. Algunos con los dientes verdes de mate, levantaban sus hombros y se sorprendían de no saber cómo se llamaba«su» plaza. A lo lejos, aparece Norma, una de las señoras del barrio con más años de residencia allí, me contó que la plaza llevaba de nombre«Chamical». Como los vecinos estaban en desacuerdo con el nombre, el cartel desapareció sin más. Realmente bella, la plaza Chamical tiene su magia. No crean que exagero, son sensaciones reales, sinceras. Un hermoso espacio para pensar. Paso fotos.