Rosales

Solo para urgencias
Rosales es la peluquería que te salva en cualquier momento.
Ubicada en el shopping Patio Olmos, este local te garantiza servicios de 10 a 10 de la noche todos los días. Además, está Peluqueria es una de las más reconocidas en Córdoba. Por lo cual, ante cualquier urgencia, ahí esta Rosales.
Yo la ultima vez que fui fue un lunes en el cual mi melena pedía a gritos un corte de pelo. No soy de ir a cortarme el cabello, prefiero hacerlo con mis propias manos. Pero esa noche tenía un evento en el cual mi autoservice podía llegar a ser muy peligroso.
Así que ahí fui a Rosales, donde me atendieron muy rápidamente (los turnos son por orden de llegada). Pero no solo me cortaron, también me lavaron, me peinaron y me hicieron todos esos «mimos» de peluqueria. Que parecen que van a ser gratis pero después terminan figurando en la cuenta.

Si bien es una de las conocidísimas peluquerías de Córdoba (y ahora que lo digo seguro que a Rosales no le llaman peluquería sino algo mas cool o fashion) yo conocí a Rosales porque entramos a hacerles un espacie de brillos o reflejos, como se prefiera, a quien en aquel momento se fuera a convertir en mi marido. Estábamos por casarnos y los tiempos no alcanzaba para nada con la cantidad de preparativos a tener en cuenta, una vez teniendo todo más o menos bajo control llegó el turno del «customizado» para mi marido. Fue todo un logro que bajara unos kilos y que se hiciera un «sol pleno» así que decirle que se diera una «luz» en el cabello era demasiado pero no así me arriesgué a decírselo. Lo convencí un poco haciéndole notar que el cantante de Goo Goo Dolls, banda a quien sigue, tenias una «mechitas» rubionas que apenas se notaban.
La tarea de convencerlo había finalizado ahora solo restaba llevarlo que se lo hiciesen. En aquel momento saqué turno en una de las peluquerías mas caras de Córdoba y cuando llegamos el turno era otro día, y como yo teníà la cabeza en cualquier lado no me había dado cuenta que habíamos llegado tres días antes del turno. Como la agenda estaba al rojo vivo salimos y nos fuimos a Rosales sin conocerlo. Las cosas debieron salir así por algo porque las chicas hicieron un excelente trabajo, las mechas casi imperceptibles y muy naturales. Te dabas cuenta que algo nuevo tenía pero no podías identificar qué. Quedó bárbaro y por ello siguió siendo la peluquería de mi marido.