Sanatorio Mayo

Desde que llegue a Córdoba me hago atender acá y la verdad que más que buena la atención, excelentes personas y profesionales. La guardia es rápida, sólo hay veces que tienen mucha demanda y podes esperar un poco más. La cafetería es buena, los precios accesibles y la atención es rápida.

Por experiencia propia y ajenas; este lugar no merece ser llamado sanatorio. La terapia intensiva no cumple con los horarios de visita; es atendida por residentes que ni siquiera pueden pronunciar correctamente términos medicos. Las enfermeras no tienen buena predisposición. Cuando pedi la historia clínica de un familiar me entregaron una hoja con sólo un párrafo. Nada de detalles. Hecha sin dedicación. Cada vez que paso por la puerta doy vuelta la cara. Puedo enumerar muchos ejemplos más pero sólo se resume en una frase. Deprimente.

Conocí el Sanatorio Mayo cuando mi dolor de lumbares me dejó planchada y tomé la decisión de buscar un buen traumatólogo para solucionar mi problema. Por recomendación de un médico de confianza que trabaja en éste hospital, pedí turno con el traumatólogo Dr. Gabriel Beningazza.
La comunicación telefónica fue rápida, pero el turno me lo dieron para pasado un mes. Y sí, pasa con los especialistas. El médico en cuestión atiende en ese sanatorio solamente los lunes por la tarde y los jueves por la mañana, así que se entiende la demora.
Una cosa que me encantó fue que el día antes al turno me enviaron un mensaje de texto recordando que tenía que ir y el horario. Me pareció genial. Algunos otros centros médicos también ofrecen éste servicio y me parece súper útil, especialmente en tiempos que todos estamos a mil. Lo hicieron todas las veces que fui.
La sala de espera de traumatología está siempre llena y el médico tarda un rato en atender, así que hay que ir con paciencia, llevar un libro o algo para hacer y listo. Sobre las secretarias, bueno, digamos que no se ganarían el premio Miss Simpatía ninguna. Ah! Y no suelen tener cambio y se enojan si no llevás la plata justa para pagar coseguros y cosas así.
La atención de éste médico fue genial. Me solucionó el dolor, me atendió con muy buena onda, me explicó paso a paso qué tenía… ¡y no culpó al estrés!
Al ingresar, por Humberto Primo, a la derecha se encuentra en bar del Sanatorio que tiene muy buena pinta. No deja de ser un bar de hospital, pero está bien puesto y tiene buenos precios, especial si alguien va de acompañante de otra persona que está por asistir a un turno médico o si alguien está internado.

Por razones personales y circunstancias de la vida, tuve que asistir a este sanatorio para realizarme una cirugía y la verdad es que apenas ingresé para realizar todo el papelerío se me puso la piel de gallina… no me gustó para nada el lugar.
Para ser honesta, a nivel estructura y mantenimiento, el edificio deja mucho que desear. No tiene una buena organización ni señalización, entonces es como que te perdés y no sabés para donde ir o donde te estás metiendo y si estás ahí seguro tampoco tenés la paciencia ni las mejores ganas para entrar a dar vueltas. No es que vayas a pasear, por así decirlo.
Sin embargo, a pesar de todo esto, tengo que recalcar la increíble atención de los médicos y enfermeras por los cuales me saco el sombrero. Te tratan como a una reina, re tranquilizan, son muy sutiles y delicados a la hora de prepararte para la cirugía y hasta te hacen bromas para que relajes la tensión del momento.
Por suerte, en mi caso salió todo bien, aunque si tengo una queja, es con la parte administrativa, Auditoría, para ser mas específicos ya que yo no podía irme hasta que llegara la autorización de mi obra social jaja! Obvio ya es una anécdota pero en ese momento medio que querés asesinar a alguien.
Aun así, es un lugar serio para atenciones médicas. Recalco la atención de médicos y enfermeras, por sobre todo!

El Sanatorio Mayo antes estaba ubicado en la calle Tucumán y era un lugar digno de una película de terror. Hace unos años se mudó a esta dirección y subió muchísimo de nivel. Es un lugar bien organizado, moderno y económico. Yo voy ahí por mi obra social, Apross, que me cubre en casi todas las áreas.
La guardia es rápida, nunca hay gente esperando y son muy amables. En una ocasión acompañé a alguien con un dolor muy fuerte de muela, y si bien no tienen guarda odontológica, lo revisaron y medicaron para calmar el dolor y dejarlo tranquilo. Está bueno que te tomen en serio si vas a la madrugada sintiéndote pésimo.
He ido también a médicos clínicos, oftalmólogo y un par de especialidades más y en todos los casos me atendieron de forma rápida y eficiente. Sé también por parte de otras personas que cirujanos serios trabajan ahí por las obras sociales, lo que está bueno si buscás alguien de confianza y no podés pagar una consulta privada.
Siempre está lleno pero tienen todo dividido por áreas entonces tardás menos de lo que esperás. Sacás número para la parte a la que vas, no es que tenés que hacer fila mil años.