Soppelsa

La primera vez que vengó a almorzar acá. La comida zafa. Pedimos ternera al champignon y a la mostaza con papas al romero. Las fetas de carne estaban cortadas con la máquina de cortar fiambre (literalmente). Las papas estaban duras y no había mucha salsa de champignon que digamos. pero si de mostaza.
La moza muy buena onda y muy divertida, hasta que una señora le pidió que la atendiera afuera y le dijo que no porque estaba sola en el salón, buena respuesta, pero de muy mala forma. Por menos de $ 150 comimos dos personas, con una gaseosa cada uno y nos incluía de postre un helado o un café.
Sacando de lado eso, muy buena la ambientación del local y la música.

Nos levantamos tarde. Sacamos a pasear a nuestro can y a desayunar.
Tardaron bastante en tendremos y en llevarnos el pedido.
El café irlandés tenía una presentación no muy linda.
Las medialunas ricas al igual que las tostadas.
El café tbie rico.
La atención es rara. Hay sólo una moza en horas pico.

Soppelsa tiene los helados más ricos de la zona. Desacatado el cokis crem con pedazos de oreo. Las meriendas y desayunos son abundantes y el café muy sabroso. Tiene ricas y económicas tartas de pera con almendras y la de coco con dulce de leche son mi preferidas. Los viernes esta abierto 24 horas ideal para volver de caravana y volver a desayunar a la hora que sea! A veces no les funciona el posnet y tienen compra mínima para pago con tarjeta. Hermoso lugar ubicado en una transcurrida esquina

Soppelsa es un lugar súper chic, en una zona con mucha onda. Está ubicado en una esquina my linda de la Cañada, bastante cerca de la calle Colón. Antes de ir por primera ves, siempre tenía ganas de entrar y ver qué onda este lugar con tanta gente en las mesas de la vereda y adentro.
Para mí, es que tiene mucho más que helados, y es un lugar muy lindo también, con paredes de vidrio y un estilo medio italiano y moderno. Adentro hay muchas mesas chiquitas de madera y muchas revistas y diarios para hojear, perfecto para una tarde un lluvia.
Soppelsa tiene muchos sabores de helado, incluyendo sabores al agua como frutilla, frambuesa, durazno, y más. Podés pedir un helado batido y también un sundae si querés. También hay cosas de pastelería como tortas, tartas, brownies, galletas, y más. A mí me gusta pedir una merienda de un café con una porción de torta de chocolate o algo así mientras leo una revista.
También se puede almorzar en Soppelsa. Tienen menús como canelones de verduras, milanesas con puré de papas, y más. Si no querés algo así, también hacen sandwiches muy buenos y ensaladas. Es un poco caro para mí almorzar en Soppelsa, pero de vez en cuando está bueno ir para variar.

El lugar estructuralmente es muy lindo, y también me gusta mucho la ubicación, que está en pleno centro, pero con una linda vista a la cañada.
Muy pocas veces me senté a tomar algo en este lugar ya que la marca en sí ya me parece medio retro y por el contrario de la mayoría de la gente, cuando era chica no se muy bien por que pero detestaba el helado de esta marca. En la actualidad nunca volví a probarlo pero sí en algunas ocaciones me senté en este lugar a tomar un café con alguien.
Sinceramente no es ni bueno ni malo, la expresión perfecta es que el lugar cumple su función para ir a merendar o desayunar con un café y unas tostadas o medialunas. Otra cosa que no me gusta tanto es que es una calle demasiado transitada tanto por autos como por peatones por lo que por ahi no es el ambiente más relajado para sentarse a tomar algo.
Lo recomiendo como para salir del paso pero si no, en la misma zona, incluso en la misma cuadra hay muchas más opciones y probablemente mejores para sentarse solo o acompañado a tomar un café o un helado.

Sopplesa Helados… No puedo decir que sea el mejor lugar para tomarse un helado en la ciudad de córdoba, no digo que la calidad sea mala, pero la atención, deja mucho que desear… Tal vez si es una buena opción como para pedir y llevar, pero no para quedarse en el lugar. La atención descuidada más el ambiente del lugar como que no hacen una buena combinación para disfrutar de nuestra compra. No digo que sea el personal quien atienda mal, sino que al ser poco personal, para todo un local es demasiado y se entiende, este es un problema que debería solucionar el encargado del lugar no el empleado pero bueno… Temas burocráticos aparte. En cuanto a la calidad del producto es buena, no es destacable pero en cuanto a helados se dejan tomar. Además de helados ofrecen otro tipo de productos pero de esos no podría dar mi opinión ya que no los he probado, aunque si tengo conocidos que han tomado un café en alguna oportunidad y la verdad que no dieron muchas buenas críticas sobre el mismo, pero bueno, será cuestión de probar y juzgar uno mismo. Precios accesibles dentro de todo… Tal vez uno espera un poco más, en cuanto a atención y a comodidad, a la hora de disfrutar de un buen helado.

Soppelsa es una marca a la que le tengo mucho cariño porque durante toda mi infancia comí sus helados ya que mis viejos trabajaron muchos años ahí, fue una de las primeras fábricas de helado en Córdoba y realmente era un lujo la materia prima con la que trabajaban y los helados eran fabulosos.
Bueno, hubo una serie de eventos desafortunados, la fábrica cerró, vendieron la marca y blabla. Actualmente a los helados creo que los están trayendo de Mendoza, de la fábrica de un pariente del Soppelsa original.
En todo caso no son malos, pero tampoco son descollantes, y el ambiente no colabora en nada. Además de ser muy chiquito el local, atendido como sin ganas y bastante oscuro para una heladería, es el lugar elegido por, aparentemente, todas las señoras jubiladas de la galaxia para ir a tomar el té con sus amigas, charlar durante horas y juzgar a los peatones. No tengo nada en particular en contra de la tercera edad, pero quizás no sea la compañía más animada al momento de tomarse un heladito un domingo a la tarde.
También hay opciones olvidables de cafetería y pastelería.
Es una lotería conseguir estacionamiento sobre la cañada, pero no se pierde nada con intentarlo, sino sobre 9 de Julio también se puede estacionar.

Para ir de pasada y comprar un helado para tomar en otro lado, esta heladería está muy bien. Hay variedad de sabores riquísimos. En cuanto a sentarse a tomar algo ahí, no es el lugar ideal. Lo lindo: hermosa ubicación, se sentás afuera bien al frente de la cañada en sillas cómodas y ves pasar gente paseando perros. Lo malo: la atención. Siempre hay una sola persona atendiendo y hay demasiadas mesas. Hay que esperar mucho y un par de veces me levanté y me fui. La atención es bastante mala, tenés que pedir varias veces que te traigan lo que pediste. No me quejé nunca porque se nota que el mozo está agotado de atender tantas personas.
El café irlandés es una ruleta rusa: lo pedía siempre porque me parecía delicioso, pero van dos veces que parece lo que quedó de helado mezclado con la borra del café. Intomable. Lo dejé entero. De todos modos sigo eligiendo el lugar porque siempre hay sombra y vientito. Sé qué pedir y listo.