Veterinaria Mármol

Es la veterinaria principal del barrio y, como queda de paso a mi trabajo, a veces compro algunas cosas que necesito de urgencia, aunque la atención a veces no es la mejor.
Primero, la veterinaria en si (quiero decir, la profesional, dueña del lugar) no parece tener un horario fijo, así que es raro encontrarla para alguna consulta.
Ofrecen atención a domicilio, aunque más de una vez se comprometieron a una visita y después, sin aviso previo, no vinieron, por suerte no era nada «grave» pero de todas formas es una irresponsabilidad importante.
Sí hay que decir que, cuando la veterinaria efectivamente está y atiende al animal enfermo, lo hace con mucho profesionalismo y precisión en el diagnóstico y el tratamiento, al menos en los casos que me tocó presenciar.
Ofrecen también el servicio de peluquería canina, no lo probé y tampoco tengo muchas referencias al respecto, pero existe.
Venden alimentos balanceados, aunque no hay demasiada variedad, a veces hay faltantes de stock y los precios no son tan buenos como los de otras forrajerías de la zona.
Algo malo: muchas veces tienen cachorritos, que la gente deja para regalar, y están en una jaula, en el piso, al sol y a merced de todos los niños salvajes que los molestan y aterrorizan.