De lejos, el Munchi’s más lindo. Ya el tamaño impresiona. Es un gran terreno dedicado solamente a esta heladería, que cuenta con un jardín espectacular para poder disfrutar tu helado y con un edificio muy lindo, grande y limpio con mesitas en las que además de poder tomar helado, podés disfrutar bastantes opciones de cafetería y postres. Muchas de las personas que concurren aquí lo hacen para terminar su salida que empezó en el parque Temaikén, ubicado justo al lado. Este es el motivo por el que yo lo conocí, y debo decir que me encantó. Los helados son idénticos a los de la cadena, es decir, muy buenos. Pero la paz, ah, la paz(no la ciudad de Bolivia) de estar en ese parque. Garpa mucho. Y la buena onda de los empleados(que están casi siempre saturadísimos de clientes) también le suma puntines a la experiencia. Eso si, te repito que está Temaikén al lado y si vas a eso de las 6:30 cuando cierra, vas a comerte una linda cola antes de tu helado.