Hoy me senté en una silla de la cocina y me fui al suelo, que odio me dio. De verdad, esto de ahorrar en muebles que no te duran y que ya se sabe que por estar hechos de pino blando, y que mi mujer se le ocurrió comprar y decorar en un curso de manualidades, iban a durar poco. Casi me mata cuando llego a casa y le dije; tu sillita decorada será la leña de nuestro asado. Me miro con cara de preocupación, pensando que en un ataque de locura había destrozado, pero el deje tranquila entre risas, diciéndole que íbamos a cambiar el comedor hasta que seamos viejos. Así que me dije para mis adentros, algarrobo, esa es la madera que más me gusta, fuerte, duradera, con un color precioso y dura como mi cabeza. Esta gente es fabricante, eso es sinónimo de garantía. Fuimos a su local donde tienen la exposición y catalogo para que nos demos una idea de lo que queremos. Ni bien entre dije, esa es mi mesa. La verdad que la calidad de sus muebles es impecable, pulido perfecto y maderas sabiamente elegidas. Las sillas se las deje a ella, aunque le advertí que nada de dibujitos ni florecitas, a lo sumo bonitos almohadones que le den una nota de color. Creo que aún está asustada. El muestrario es increíble, y lo que más me gusto es la variedad de diseños, muy diferente a lo que sueles ver en el mercado. Ya alguno de nuestros hijos los heredara, porque son mueles para toda la vida.