En Mindo probamos sabores andinos y hemos pasado una noche maravillosa. La ambientación es sencilla y muy lograda; madera en contraste con los colores vibrantes de los aguayos. Cuenta con distintos tipos de iluminación que le aseguran calidez y hacen a la intimidad de cada mesa. Por su parte, el patio cervecero me resultó ideal para estas latitudes sumando frescura, no sólo porque se abre a las estrellas, sino también por el verde de las enredaderas. La cocina está a cargo de Pablo Savica, quien ha sabido traducir su profesionalismo en una carta sumamente atractiva. Tablas regionales, tapas, pastas, carnes, platos típicos andinos y latinoamericanos. También ofrecen alternativas tradicionales y vegetarianas. Las papas son las protagonistas y los cascos de papa rellenos una delicia! Los comensales pueden optar por el «menú escondido» y dejar que el chef los asombre con un plato sorpresa. Esa fue mi elección y él mismo se acercó a la mesa para presentarlo. Un lindo detalle. Las porciones son super abundantes así que, si la intención es llegar al postre, hay que saber pedir y no tentarse con todo! En ese caso las mozas, siempre amables, te orientan. La atención es excelente. No quiero olvidarme de otra variable que suma valor: las cartas de tragos. Además de los tragos clásicos, se pueden probar tragos de autor que son exquisitos. Por las mañanas, a partir de las 8, tentadores desayunos para todos los gustos y al mediodía menú ejecutivo que se puede chequear diariamente en su Facebook. ¡No dejen de visitar este lugar!