Howard Johnson Resort – Spa & Convention Center Pilar

Un hotel estilo colonial lejos y cerca de todo. Fuimos a pasar un fin de semana largo las 3 generaciones: Abuela, hija y nieto. La verdad la pasamos GENIAL. Un lugar hiper tranquilo, con un parque muuuuuuy amplio, cancha de tenis de polvo de ladrillo, piscina descubierta (no estaba disponible fuimos en Agosto) mesa de ping pong (son imbatible), juegos para chicos y MUCHO VERDE. El hotel cuenta con piscina cubierta en la zona del spa y la pudimos disfrutar bastante, aunque con horarios acotados ya que los chicos tienen horarios delimitados para poder entrar (los dejaban fuera prácticamente toda la tarde). Teníamos masajes incluidos que estuvieron mas que bien… son de esos que te dejan con ganas de mas! Horas me podría haber quedado en esa camilla.
En la recepción del hotel hay una mesa de pool para que usen, cuentan con computadoras yo conexión a internet (deben ser modelo Commodore 64, pero te salvan en una emergencia) y un amplio living con vista al parque.
Las habitaciones son muy cómodas, lo mismo que las camas. El servicio es muy bueno, todos son sumamente amables y respetuosos. El black out esta muy bien puesto y cuando amanece NO ENTRA NI MEDIO RAYO DE SOL… GLORIOSO PARA QUIENES AMAMOS DORMIR EN LA OSCURIDAD ABSOLUTA!!!
La variedad del menú no es WOW… pero la verdad que los platos que probamos eran muy ricos todos… no podemos quejarnos en absoluto.
Se que cuentan con salón de fiestas, aunque no entre pero se que hubo un casamiento en ese fin de semana y la verdad es que no escuchamos ruidos de la fiesta para nada! MUY BIEN!
Un lugar al que volveria!

Tengo sentimientos muy encontrados con este hotel.
Fuimos ahí un sábado, el día antes de nuestra fiesta de casamiento, para pasar esa tarde-​noche tranquilos, relajados, amanecer ahí el domingo, prepararnos y volver a dormir después de la fiesta.
Llegamos tipo 4 pm y nos encontramos con un hotel copado por un grupo enorme de nenitos de hasta 12 años, que estaban acompañados (aunque no lo parecía) por sus respectivos padres (hombres solamente, las madres no estaban). #FAIL1.
En el «paquete noche de bodas» teníamos incluidos una sesión de masajes de 30′ para cada uno, que reservamos para ese mismo sábado a las 7 pm. Mientras esperábamos que se hiciera la hora, por los pasillos del hotel se escuchaba a los pibitos corriendo enloquecidos y a los gritos. #FAIL2. Llegada la hora, fuimos al spa, en uno de los extremos del edificio, en el primer piso, y nos hicieron pasar a cada uno a una piecita distinta. A mí me tocó una pieza chiquita, con música tranquila y el masaje estuvo muy bien. Lástima que ahí adentro, con la musiquita, la puerta cerrada y sin ventana alguna, igual se escuchaban los gritos desquiciados de los pibitos. #FAIL3.
Quisimos ir a la pileta cubierta que tiene el spa ese sábado a la tarde, pero estaba copada por, sí, adivinaron, los pendejitos, que entraban y salían, se metían tipo bomba y corrían por la pileta. La chica del spa nos dijo que esa pileta interna/​cubierta solo está cerrada a menores durante dos horas al día, o algo así. ¿No debería ser al revés? ¿Que los pibes rompan las pelotas en la pileta de afuera, mientras que uno se relaja adentro?
La cena en el restaurante del hotel fue todavía más caótica, con una mesa larga con unos 25 tipos en la suya, mientras que sus respectivos 25 – 40 hijos corrían como salvajes por entre las mesas de los que intentábamos comer. Entraban y salían de los baños, del comedor al parque, por las escaleras del hotel… el desquicio llegó a tal punto que no se podía hablar ni escuchar lo que te decía el que tenías sentado enfrente, todas las mesas que estábamos ahí la estábamos pasando para el orto. En un momento, una pendejita se paró al lado mío (mientras intentábamos comer), me miró y pegó un alarido. #FAIL4. La comida del restaurante es normal (desayuno, almuerzo y cena por igual), nada que valga la pena reseñar (meh).
Fuimos varias personas a quejarnos a recepción y lo único que decían era «perdón, ya les dijimos a los padres, pero no nos dan bola». El hotel se llama «Resort & Spa», vengo acá para relajarme, ¿vos me estás jodiendo? En ningún momento atinaron a hacer nada más que tratar de disculparse, no vimos descuento ni atención alguna. #FAIL5.
En otro orden de cosas, el lugar es hermoso, la construcción tiene una onda colonial muy linda, tiene un parque enorme con árboles grandes, linda sombra y una pileta adecuada en el medio del parque. Tienen muchos salones para fiestas y una cancha de tenis o paddle, o algo así (con piso de cemento, no de arcilla). La habitación era grande, la cama enorme pero el colchón normalito (nada wow), las almohadas finísimas, horribles, el baño con bañera medio pelo (imposible regular el agua fría-​caliente), pero la vista era hermosa.
Mis sentimientos encontrados son porque el lunes, después de la fiesta, el grupo padres-​hijos del horror se había ido, el hotel estaba vacío, era una paz total y estaba divino para relajarse al lado de la pileta y abajo de las palmeras/​árboles que hay.
No vuelvo ni loca y, si tuviera que hacerlo por alguna razón, antes me aseguraré de que no haya nadie en el hotel.

Mejorado desde la ultima vez. Buena atención pero detalles en el spa que le quitan algo de seriedad.

Como toda cadena de Hoteles y Resorts, el Howard Johnson no defrauda, nos quedamos solo un fin de semana.
Es un lugar agradable. Comodo, limpio y muy calido. La pileta cubierta en estos dias de frio es muy buena, un poco pequeña y el resto de los servicios estuvieron bien.
Posee mucho verde, que es fundamental para mi, un buen exterior y un restaurant en la planta baja.
Las habitaciones y el baño muy bien equipados con Tv, wifi y frigobar, sumamente cómodos y ambientación moderna con una muy buena vista al parque arbolado muy buen descanso aislado de ruidos.
Las áreas comunes, son muy espaciosas y ambientadas acordemente. Posee gimnasio.
El personal muy correcto, atento y bien predispuesto. Con estacionamiento.
El desayuno muy bueno, quedas satisfecho es de estilo Desayuno buffet, opciones dulces, salado y frutas
Buen lugar para disfrutar de una jornada corta de descanso cerca de la ciudad