Hace poco una amiga festejó el primer cumple de su hija en este lugar. Tocó un día bárbaro así que eso estuvo muy bueno, porque La escondida cuenta con un salón cerrado donde comés, pero también con un predio enorme bien verde para tirarte al solcito y pasar un día de campo. Había varios chicos pequeños que la pasaron muy bien caminando por el lugar, entretenidos con el gallinero, o jugando a la pelota en la canchita de fútbol. Los que eran un poco más grandes tenían para divertirse con el metegol y el set de ping pong. El salón cuenta con tres espacios y se pueden hacer varios eventos al mismo tiempo. Lo bueno es que tiene amplios ventanales para que puedas contemplar todo el verde que te rodea. Mi amiga alquiló una parte con lugar para 60 personas que incluíà la comida. Comimos una tabla de fiambres, papas y batatas al horno de barro(riquísimas), y asado. De postre podías elegir entre helado y flan. Para la merienda trajeron pastelitos y equipos de mate para todas las mesas. ¿Lo no tan positivo? El lugar queda bastante lejos de Capital. Google nos había dicho que tardaríamos 1 hora en llegar, pero finalmente fueron dos. Si sumamos las dos horas de vuelta son un total de cuatro horas viajando, agotador! Por otro lado, el servicio –si bien atento– tardó mucho en servir tooooda la comida. Así que al final estuvimos mucho adentro y no tuvimos demasiado tiempo para disfrutar del día lindo afuera.