Antares

Hola, es mi primera reseña en Unilocal,la verdad es que me hincha las pelotas ponerme la gorra en mi primera experiencia, pero la verdad es que fue tan mala la atención en el Antares de Necochea, que casi casi me cagan mi ultima noche en la costa.
Las pibas esas que atienden las mesas no entienden nada de lo que significa el oficio de la gastronomía, ni de la buena atención aun quesea careteandomela para conseguir una buena propina.
Por otro lado a las 2 de la mañana ya no tenían nachos, es malisimo, y me mandaron unas fritas con jamón y verdeo, que en vez de ponerle crema, le pusieron salsa blanca.
La verdad un garrón, no entro ni en pedo al Antares de Necochea nunca mas, ademas se nota mucho que si no tenes puesta una camisa Levis, se van a hacer las boludas a la hora de atenderte, o si sos gordito (como vi que le hicieron a un grupo de chicos que cayeron a tomar una birra) o si sos viejo (un grupo de tipos grandes querían tomar unas birras y comer algo y estuvieron como media hora para atenderlos).
Man si solo van a atender de buena manera a gente rubia o con mucho poder adquisitivo, por favor comuníquenlo en la entrada y no le hacen comer un garrón a la gente que anda por la vida sensilla, que no le gusta andar ni mostrando plata o insinuando que supuesta mente tienen plata.
La verdad es que me decepciono este antares de Necochea, ya que fui al de Mar del Plata, al de Castelar y al de San Telmo y la atención fue buena.
Por ultimo voy a comentar de esa noche que despues de tanto esperar en una barra nos fuimos con mi novia a una mesa para dos, por que mi novia vio como una mesera atendia con una sonrisa, la chica no tardo nada en atendernos, con predispocicion y con buenas ganas.
Migue

Una de las franquicias mejor puestas de Antares. El lugar es hermoso, y la comida es excelente. Siempre está lleno, por lo que hay que reservar con anticipación. En días de semana de invierno, suelen tener promociones, por lo que se llena y la calidad de la atención puede disminuir un poco. Después de las 12 de la noche, cambia un poco la onda del lugar y se convierte más en «bar» propiamente dicho: bajan las luces y sube la música.