Este antiguo y tradicional restaurante en Roldán, es el elegido cuando estoy con mis amigos y decidimos comer minutas buenas y caseras. Está al lado del bar emblemático 25 de mayo, y uno suele saltar del restaurante al bar para tomar el café o seguir de copas. Su local es muy amplio y dividido en dos grandes salones, porque como suele haber cumpleaños, eventos o reuniones de amigos multitudinarias, tienes la posibilidad de estar en una situación más tranquila, el barullo es tremendo. Cuando no quieres cocinar, los llamas y hacen delyveri por peso, jamás te dicen el precio de una milanesa a la napolitana por ejemplo, porque después de hacerla la pesan, eso sí, con una comen dos. En verano o con buen clima extienden una terraza impresionante que siempre está abarrotada de largas mesas con familias. La atención es buena y para describírtelo mejor, encontraras el bodegón del pueblo, pizzas, pastas, milanesas en todas sus versiones, parrilladas, empanadas, ensaladas, pollo, carnes con salsa y todo muy casero y enorme. No le tengo bien tomado el tiempo, porque sé que los días de semana a la noche abren, los fines de semana también, pero si quieres ir un domingo al mediodía, a veces lo encuentras abierto y otras no, es mi intríngulis, y nunca he preguntado. Precios súper moderados y carta de vinos normalita, bien de pueblo. Aquí se celebran muchas reuniones políticas y puedes alquilar el salón para situaciones especiales. Un clásico de la ciudad.