Fui a desayunar hoy: 1 — La moza tardó en atendernos, después vimos que los mismos mozos son los que te hacen el café, había solo 2 mozos en todo el bar hoy sábado 10 am. 2 — No tenían naranjas para hacer jugooo!!!, si increíble, cuando nos estábamos yendo llegaron las naranjas, no les costaba nada hacer media cuadra y comprar naranjas para zafar el momento. 3 — No andaba el wi-fi(este dato me parece más accesorio) Y 4 — Para pagar tuvimos que buscar a la moza, sino no nos íbamos más. No es la primera vez que voy, y siempre pasa algo. Ahora, no voy más… P.D. La mercadería es de calidad, standar, no es super fabuloso, pero no es berreta.
Nadia G.
Rating des Ortes: 5 Buenos Aires, Argentina
Lo mejor que tiene Roma es la parrillada, abundante, barata para dos o tres personas, es mi menú fijo cuando voy algún que otro fin de semana. Cuenta con mesas afuera, espacio adentro, donde podes optar por el salón masivo, un entrepiso y un subsuelo. La atención es buena, lo normal. No he probado otro plato que no sea la parrillada así que debo aclarar que suele tardar un poco el pedido, pero es muy bueno. Ellos saben que te hacen desear así que el mozo mientras vos te queres devorar la servilleta, te trae la panera con grisines y queso untable para que vayas engañando al estomago. Tenes varias opciones de pasta, carne, minutas que son buenas, comunes, tradicionales, lo normal. Buenos postres, servicio de cafetería. Genial para grupos y festejar en familia.
Guillermo F.
Rating des Ortes: 4 Rosario, Argentina
Me llevaría todo el día hablar de ese Bar. En realidad, tendríamos que hablar de La Capilla, porque lo que es hoy, la mitad del barrio lo mira de lejos. Fue epicentro del barrio, lugar emblemático donde los dueños japoneses, llamaron a la lucha en el 2010 para evitar su cierre. Fuimos muchos, periódicos, radios y personas los que rogamos a los dueños que le dejen continuar con el alquiler a los japoneses que lo llevaban. La sociedad entera se solidarizó con La Capilla, pero no lo logramos, ni los políticos de turno respetaron el patrimonio histórico que ese bar suponía para todos. El local había sido almacén de ramos generales y ya en la década del 30 era punto de encuentro de choferes de colectivos, de obreros y albañiles, y también de guapos y pendencieros. Una frase de Nicolas De Vita lo define: «Sin exageración fue el epicentro de toda actividad ciudadana, algo así como un pequeño Foro Romano o Ateniense» Si bien bajó sus persianas un 29 de julio de 2010, poco después reabrió sus puertas ya remodelado, hoy se llama Bar Roma, nada queda de aquel tiempo, es más, huele a trapo sucio y sirven lo que tantos bares sin lograr jamás despejar el fantasma que los alberga. No tuvieron la deferencia en su bastante horrible decoración, de conservar aunque sea viejas fotos de aquellos años. Imposible que lo recomiende. No tiene ni rastro de identidad. Detesto estos patrimonios históricos reventados a golpe de dinero.