Biblioteca Popular C.C. Vigil

La biblioteca Vigil fue fundada en 1946. A partir de ese momento, se constituyó como una biblioteca popular que nucleaba el trabajo de muchos asociados (llegó a tener 20.000!) y vecinos que la sostenían con orgullo. En los años sesenta conoció su mayor auge donde se potenciaron todas sus actividades. Es que allí no sólo funcionaba una biblioteca, sino todo un proyecto de educación popular sostenido por una universidad popular, cursos y talleres de oficio y sala de teatro.
El 25 de febrero del 77, este lugar con un altísimo valor cultural fue intervenido por la dictadura miliar y clausurado. Hace exactamente un año, la biblioteca fue reabierta con el objetivo claro de recuperar los logros y la popularidad que había alcanzado por aquellas épocas. Y lo más importante es que no se construye sólo con el apoyo de los vecinos del barrio, sino que ya se ha convertido (incluso antes de su intervención) en patrimonio cultural de la ciudad de Rosario.
Algunos de los proyectos que se desarrollaron durante el año pasado fueron nuevos talleres de danza, teatro e idiomas.
Un lugar que ya la ciudad se ha ocupado en rescatar y que no deberemos dejar que caiga en el olvido nunca más.

Lugar de saberes y resistencia La Vigil…
En los 60 La Biblioteca Popular C. C. Vigil fue uno de los centros culturales y educativos mas importantes de Latinoamérica, contaba con jardín, escuela primaria, secundaria, de oficios, universidad popular, un observatorio y muchas cosas mas.
El espacio se sostenía a traves del apoyo de los asociados, y de las famosas rifas de fin de año con premios inmensos como casas, autos, camiones y que se yo. Tan bien le iba que logro comprar bastas hectáreas en lo que hoy es Villa G. Galvez, donde soñaban construir casas y un edificio mas para su gran proyecto.
Lamentablemente durante la última dictadura Civico militar todo lo construido a base de militancia fue desmantelado, y fue ahí donde parecía terminar un proyecto cuyos espacios fueron expropiados por el Gobierno en parte, y en otra tomados por Paladíni que se instala ilegalmente en Galvez, y por viviendas de un barrio espontáneo.
Pero en el 2013 reabrió sus puertas empezando a reconstruir ese sueño que durante mucho tiempo estuvo pausado…

Este lugar está cargado de historia. Espero poder hablar de este espacio con el respeto que merece.
Esta Biblioteca Popular fue intervenida por los militares en el año 1977, antes de que este terrible suceso ocurriera funcionaba de una manera impresionante. Hablando con amigos y conocidos cada vez que charlamos del tema me entero de cosas nuevas. Un sobrino de mi abuelo era taxidermista y aprendió ahí o dictaba cursos no recordaba muy bien los detalles. Por otro lado, tenían una editorial propia y un observatorio que cuando fue intervenido la lente del telescopio, no se bien si se llamará así, desapareció. Era uno de los mejores del país, creo. El proyecto de la Biblioteca es conocido a nivel Latinoamérica, es muy famoso por el empuje que tuvo, llegó a tener una cantidad de socios inimaginable. Tenían un jardín de infantes y tengo entendido que prestaban créditos para construir viviendas. Funcionaba una universidad popular y se dictaban talleres de oficio. Impresionante.
Durante muchos años estuvo cerrada, su auge fueron las décadas del 60 y 70. Por suerte hace algunos años el edificio fue recuperado y poco a poco se está volviendo a llenar de gente y de actividades, el edificio es super grande, estuve el año pasado en un taller y es inmenso, si no prestás la debida atención, te perdés con facilidad. Está ubicado en la zona sur de Rosario, en barrio Tablada, la verdad es que es un orgullo saber que todo esto sucedió en mi ciudad y ahora hay que participar para volver a verla brillar.

La Vigil, estuvo siempre en el inconsciente colectivo de los rosarinos, por lo que supo ser allá en las décadas de 1960 – 70. Como ha sucedido con muchos espacios culturales de la ciudad, las circunstancias y eventualidades políticas colaboraron como muchas veces suelen hacerlo, en su clausura y progresivo abandono, tan sólo con una palabra que por lo menos a mí me da pavor: indiferencia.
Pero tomando el ejemplo de otros lugares, como por ejemplo el Centro Cultural La Toma, la gente del barrio, algunos ex alumnos y docentes, en fin personas con conciencia ciudadana y predisposición, se logró recuperar este espacio de encuentro cultural.
Hoy en día uno puede acercarse a su biblioteca, teatro, concurrir a sus talleres, abonando la irrisoria suma de $ 30 a modo de contribución. Es necesario hacerse socio, pero es un trámite fácil.
La gente, logró rescatar un lugar que parecía destinado a convertirse en el próximo shopping de zona sur, para reivindicar su rol cultural e inclusivo, arreglando cada sala, cada rincón con esmero y dedicación, logrando unos espacios muy agradables donde da gusto estar.

Durante los años 60 y 70, el barrio La Tablada albergaba uno proyectos de educación popular más importantes de América latina, la Biblioteca Popular C.C. Vigil no sólo tenía libros. Universidad, sala teatro, cursos de oficios, un observatorio astronómico y más de 20.000 socios constituían uno de los motores de la cultura en zona sur hasta que fue intervenida por la dictadura militar en el año 1977 y ahí comenzó otra historia.
Aunque durante años los vecinos del barrio exigieron la devolución del inmueble, recién en el año 2013, 36 años después, se pudo recuperar parte del histórico edificio y a partir de ese momento, volvió a latir el corazón de Tablada.
Hoy es una organización gestada con el trabajo y la lucha de vecinos, asociados, ex alumnos y ex directivos que apuestan a mantener viva la memoria y a consolidar el espacio como núcleo cultural de la zona sur.
Con trabajo de hormiga se fueron limpiando los espacios, refaccionándolos, sacándoles el tiempo de abandono, se ordenaron los libros, se llenaron los estantes, los pasillos empezaron a transitarse y hoy la Vigil recuperó el aire y el pulso. Además de la enorme Biblioteca, hay talleres de idioma, danza, teatro, fotografía y canto totalmente gratuitos para los socios que pagan una cuota de sólo $ 30. Si te queda lejos zona sur, igual vale la pena acercarte a ver una buena obra de teatro, una muestra de arte o formar parte de los carnavales que se van a festejar con la inmensa alegría del espacio recuperado por un barrio golpeado, que sigue apostando a la cultura y la vida.