Capote Pizza Bar

3 estrellas al cafetín con un look a almacen de barrio.
La propuesta es simple, no hay que pedirle peras al olmo. Me senté esperando a ese alguien que siempre llega tarde a las reuniones y pedí la carta. Como estaba el día tenía en mente algo bien chancho con un tremendo café con leche o especial. Era para matar o morir. La carta mucho no invitaba a gastar ni $ 5 de más porque no había ni una foto, así que me paré y fui a ver que escondía esa campana plastica que guarda los postres. Nada, alfajores tristes de maicena. Así que terminé pidiendo una promo con medialunas (que estaban bien humedas de almibar).
Llama mucho la antención la cortadora de fiambre que te recibe apenas entras, porque no es decoración es donde cortan posta las fetas de J&Q para los tostados. Después cuando estaba por decidirme entre café especial o no vi al barman/​cocinero/​bachero tirando sin discriminación Campari en un vaso Collins (bien de bodegon). No me inspiró confianza su pericia.
La atención fue muy buena, mucha onda la flaca. Estaba sola con un salón que se iba llenando pero no tardó mucho en anteder ni nada. Muy buena la decoración pero pondría algún tipo de separación entre la cocina y el salón.
Se pueden hacer reuniones traquilamente y tomar un desayuno/​merienda aceptable.

Capote es una marca registrada en la ciudad y esta sucursal hace honor a su nombre y sigue sumando a su fama de «bar bar».
Si bien no es un local extremadamente antiguo, la decoración lo muestra con antigüedades que llaman la atención y te van a mantener un rato mirando fijamente las paredes para encontrar algo nuevo, un cuadro, un poster antiguo, una publicidad, o un elemento que todavía no habías descubierto.
Su cocina produce un menú clásico de minutas y comidas rápidas, bien elaboradas, cargadas de sabores y que seguro no te van a dejar a pata! así que te invito que a pruebes todo y luego me cuentes que tal te fue!!!
La atención es destacable! los mozos son divinos, y eso tiene mucho que ver con el alma de bar que tiene el lugar, no es un fast food, no es un lugar hipster donde los mozos no te hablan, es un lugar donde te vas a sentir casi en familia, anda dos veces y te van a conocer! y la atención tiene mucho que ver con eso.

He ido muchas veces a esta sucursal de Capote, para mí tiene un encanto particular, de bar profesional, por llamarlos de algún modo. Su barra, a lo largo del salón, tiene una gran presencia. El espacio cuenta con iluminación natural gracias a sus ventanales, tiene buen tamaño y las mesas están medio juntitas, pero se soporta. Afuera, la vereda es amplia, así que cuando nos sentamos a tomar una cerveza al caer la tarde, se disfruta del entorno… y del chopp y la cazuela de salchichas ni te cuento. Es una esquina transitada, pero con los privilegios de estar de Pellegrini hacia el sur, donde baja bastante el nivel de contaminación auditiva. De los bares de la zona es de mis preferidos. Eso sí, estacionar es un infierno. Así que hay que ir con tiempo… o con suerte.
Los desayunos son super clásicos, buen café y ricas medialunas. También probé las pizzas y merecen un puntaje alto. No tuve el gusto de las pastas, pero lo que vi pasar me tentó.
Los mozos son super amables; para los que gustan de los diarios en papel siempre hay algún ejemplar disponible.

Muy linda cadenas de bares, dispone de varios locales distribuidos en toda la ciudad.
El que queda bien cerquita de casa es este mismo ubicado en la esquina de calles Ituzaingo e Italia.
La ambientación es agradable, sobria con algunos cuadros en las paredes y objetos antiguos, procuran un ambiente familiar todo el tiempo y realmente lo logran y por supuesto siempre tienen buena música.
Dispone de una carta amplia en minutas, no así en platos especiales, pero los que hace son abundantes y ricos! Sugiero las milanesas con puré, bien cremoso y con queso! También recomiendo sus desayunos! Tiene promociones de café con leche, tostadas, queso y dulce a precios increíbles!
La atención es buena, los chicos que trabajan allí están atentos a todo lo que precisas.
El precio esta bien, hay que aprovechar las promociones que dispone, tienen menúes preparados con excelentes precios todo el tiempo.
Para visitarlo sin dudas!

Capote es un reconocido resto bar que tiene varios locales en la ciudad. El que se encuentra en Italia e Ituzaigo es para mí es el más lindo de los locales que tienen. Me gusta como está decorado, sencillo pero con algunos detalles que lo caracterizan. Es amplio, el ambiente es agradable y se come rico!
Tiene mesas al aire libre por toda la esquina en las que siempre que pasas ves a alguien tomando un café o cerveza. Es lugar de reunión de muchos de los que frecuentamos la zona y la verdad es en gran parte por la comida pero también por la amabilidad de los que allí trabajan.
En cuanto a la variedad de la comida tienen una carta bastante completa. Tienen menus caseros que además de ricos con muy abundantes. Es ideal para ir en familia o grupos numerosos. Siempre se pasa un buen momento en Capote. Desde temprano hay movimiento en Capote. Envidio a los que se pueden sentar un martes tranquilos a leer el diario al solcito, que lindo! Por las noches está muy bien iluminado. Realmente da gusto sentarse a picar algo o comer unas pizzas especialmente en verano cuando se puede estar afuera.

Capote es un bar tradicional de Rosario y tiene varias sucursales. El que yo frecuento más, por la cercania a mi trabajo, es el bar de Italia esquina Ituzaingo.
Fui varias veces y siempre me voy conforme. No te sirven platos de otro mundo y creo que eso es lo que lo hace especial. Tiene una carta sencilla y muy completa. Los menues del día son variados y muy ricos. Eh probado los spaguettis con mariscos y me sorprendió no sólo los deliciosos que estaban, si te gusta el pesacdo de mar, sino tambien por la cantidad. Imposible terminar ese plato. Dentro del menú tenés tambien una bebida sin alcohol y un postre. Estos varían entre helados, flan, ensaladas de fruta o budin. Todo bien casero!
La ambientación tiene su propia impronta. Cacerolas colgando de la barra central, teléfonos antiquísimos y carteles que datan de otros años forman parte del lugar y hacen que se distingan de algún otro. Es un bar que mantiene su permanencia hace años y los rosarinos lo seguimos eligiendo.
La atención es buena, la comida lo es tambien. La cocina se encuentra a la vista de los comensale y los platos vienen con bastante rapidez.
Es un lugar ameno y muy familiar. Lo recomiendo.