Hemos recurrido al bar Lila en varias oportunidades para agregar un cafecito al cuerpo en días de bajas temperaturas, con un amigo de la zona. Es un típico bar barrial, donde por lo general hay tipos mirando el tv durante buenos ratos, o leyendo parsimoniosamente el diario. Tiene una buena ubicación, y unos buenos ventanales. Los ventanales le dan un aire importante a cualquier negocio. No importa tanto cómo es adentro, siempre y cuando se le dé a una la posibilidad de mirar para afuera. Las medialunas no faltan en Lila; pero, si por esas cosas de la vida una llega y ya no hay más, ni dulces ni saladas, recomiendo el tostadito de queso. Con respecto a la hora en que«se pone bueno», puedo decir que para mi gusto a la mañana o a la tarde. A la noche es otro cantar, más aplomado, con otra vibra. Pero a la tarde, junto a la ventana, el Lila no sólo es una buena opción, sino que es la única en toda la zona.