Mistyc tiene la impronta propia de los negocios de la zona, muy familiares, en el sentido de que es un barrio y aunque no nos conozcamos entre todos, sabemos que somos vecinos. Por eso la atención es piola, podés mirar y preguntar cuanto quieras en caso de necesitarlo. De lo que busques, te muestran todo lo que hay, y lo similar. Visito Mistyc para buscar ropa para mí, para mi bebé, para mi mamá, o para mis sobrinas. Sé, que aunque vaya con poco tiempo, algo voy a conseguir. Con dar un vistazo al perchero me doy cuenta por dónde va a andar lo que me gusta; ya sé que, de todo lo que trae Mistyc cada semana, alguna cosa como para mi estilo y mi talle habrá, y lo mejor, a un precio realmente accesible. Claro que hubo veces que no encontré alguna cosa específica, o que todo lo que había me resultaba demasiado repetido con respecto a lo que hay en otros negocios. Pero otras veces, para mí o para regalar, me fui muy conforme, con la sensación de haber hecho un hallazgo. La ubicación es práctica, ya que se puede llegar desde Mendoza o desde Eva Perón(ex-Córdoba) en un periquete.