Museo de la Memoria

Si sus paredes hablaran escribirían el próximo best seller. Esta esquina fue levantada con el fin de ser la residencia familiar del Arquitecto Ermete de Lorenzi quien la proyecto en el año 1927, un año mas tarde sus constructores el Ingeniero José Spirandelli y la Empresa Constructora Ángel Candia y Cía terminaron la obra, se la ubica dentro del periodo arquitectónico del Eclecticismo Academicismo, y fue declarada patrimonio.
Mas tarde tristemente sus paredes se llenaron de lagrimas ya que fue ocupada por el ejército argentino hacia mediados de la década del 60, donde se asentó allí el Comando del II Cuerpo de Ejército. Desde esa esquina, a partir de 1976, se planificó y ejecutó el plan de persecución y exterminio sobre una amplia región del país. Durante los años del proceso militar llegaban hasta sus puertas los familiares de aquellos que buscaban saber acerca de la suerte de sus seres queridos. En sus instalaciones se celebraron los conocidos Consejos de Guerra y desde sus oficinas el poder político y militar diseñó el plan represivo con su consecuencia de asesinados y desaparecidos. Abandonada hacia finales de los años 80, la casona pasó a tener otros usos institucionales.
Pero acá no termina su historia, hacia finales de la década del 90, se instaló allí el bar Rock and Feller´s, donde funciono durante varios años de volviendole un poco de vida a su historia, hasta que tiempo después, la Legislatura provincial sancionó la ley de expropiación del edificio para su uso como Museo de la Memoria.

El museo de la memoria es ese lugar que al menos tenés que ir una vez en la vida.
En este lugar no solo vas a conocer un poco más sobre la triste historia de la dictadura más sangrienta que azotó nuestro país hasta la fecha, sino que este museo habla de los desaparecidos en dictadura y los desaparecidos en democracia, ya que verás fotos de aquellos que desaparecieron en los años 70 como los que desaparecen hoy, por ejemplo Jorge Julio Lopez. Por eso es un Museo de la Memoria, «diferente» ya que no está anclado en el pasado, sino que se ancla en los hechos y apoya una causa sin importar quien está en el poder.
También podrás ver colecciones itinerantes, en un ambiente tranquilo y en pleno centro de la ciudad.
La propiedad cuenta con plataformas multimedia, para ver narraciones, imágenes y documentales. Tiene dos plantas, un jardín exterior donde hay piezas de diferentes artistas plásticos y tiene un subsuelo. Desgraciadamente es de difícil acceso para personas con problemas de movilidad pero es muy recomendable, sobre todo por la intensidad de sus obras y el mensaje que cada una proyecta. La entrada es libre y gratuita, si uno quiere puede abonar un bono contribución de $ 10 para ayudar a mantener el Museo.

En pleno microcentro rosarino funcionó, en los años 70, un centro de detención clandestina. Con la llegada de la democracia, el lugar fue utilizado por instituciones gubernamentales hasta que pasó a manos privadas y se estableció allí, durante mucho tiempo, un conocido bar de la ciudad.
Con el paso de los años se convirtió en un territorio de disputa, reclamado por organizaciones de derechos humanos y organismos estatales, que iniciaron importantes movimientos de recuperación del espacio.
En las marchas de los 24 de marzo, la esquina de Córdoba y Moreno era una parada obligada donde se reclamaba el uso de las instalaciones como espacio de memoria hasta que en 1998, una ordenanza del Concejo Municipal de Rosario establece la creación del Museo de la Memoria que se trasladará en 2010 a su dirección actual, haciendo efectiva la recuperación del inmueble que había sido sede del Comando del II Cuerpo de Ejército.
Desde ese momento, el Museo se convirtió en uno de los mayores referentes a nivel nacional y Latinoamericano en el tratamiento, difusión e investigación en temas referidos a memorias post-​genocidas y políticas de derechos humanos.
En la actualidad, se puede visitar el centro documental y la biblioteca especializada en política y memoria, además de las muestras permanentes que a través del arte y la literatura recuperan testimonios, reviven la historia y traen al presente las secuelas de la última dictadura militar.

Uno de los Museos mas nuevos de la ciudad en cuando a su reubicación y con una reseña histórica argentina importante.
Lo conocí por primera vez hace poco cuando fui a participar de un ciclo de comunicación audiovisual.
Las sensaciones fueron variadas, el primer recuerdo fue una especie de reconocimiento o de identificación en uno de sus dispositivos. Entras y del lado izquierdo encontrar un vidrio con los ojos de hombres y mujeres protagonistas en la última dictadura militar de Argentina. Intenso momento por que si hay un poco reflejo te podes ver en los ojos de otros y sentí que esa persona desaparecida podría haber sido yo, un amigo, un familiar.
Seguís recorriendo y podes escuchar y ver con auriculares los videos de testimonios de familiares de las victimas. El dolor registrado en cada palabra que se hace cuerpo en el momento de la escucha.
En otra habitación hay un registro de cuadernos, libretas de universidad o de las escuelas, documentos de identidad. Pasando al primer piso hay un video de mas o menos 5 minutos que muestra un registro mediático del momento. Llore cuando lo vi, la piel se me puso de gallina y en algún punto sentí miedo.
Es enorme, y de mucha intensidad para recorrer con tiempo. Fue uno de los lugares utilizado para albergar los consejos de guerra de muchas víctimas del terrorismo de Estado determinando su muerte o desaparición.
El museo es un NUNCA MAS, es un NO NOS OLVIDAMOS, es un FUERZA ABUELAS Y MADRES!
Podes visitarlo de Martes a viernes de 9 a 13 h y Entrada libre y gratuita.
Bono contribución voluntario $ 10.-

Emplazado en el edificio que ocupó el 2° Cuerpo del Ejército durante la última dictadura militar argentina (1976 – 1983), el museo es uno de los espacios miembro de la Coalición Internacional de Sitios de Conciencia.
En éste se trabaja la difusión, divulgación y educación acerca de la problemática de los Derechos Humanos en general, aunque con especial referencia a la década del ´70. La muestra permanente fue realizada por artistas nacionales, destacándose la Memora de Dante Taparelli y Evidencias, instalación de Norberto Puzzolo que se actualiza anualmente con los nietos recuperados por las Abuelas de Plaza de Mayo. Las muestras temporales recuperan las luchas por los Derechos Humanos en Latinoamérica a través de fotografías, instalaciones, videos, entre otros.
Además en el museo se realizan charlas, presentaciones de libros, actividades especiales para escuelas y capacitaciones para docentes. Cuenta con una biblioteca especializada y un centro de documentación que realiza tareas de recuperación de materiales específicos.
Se pueden hacer visitas guiadas gratuitas, sólo abonando el bono contribución. En verano el horario es sólo por la mañana pero durante el resto del año está abierto también por la tarde y los fines de semana y feriados.
Mi preferido: el berimbau de León Ferrari en la terraza.

Mucho se habló del museo antes de que abriera, hasta antes de que se supiera donde iba a estar. En el edificio donde se encuentra antes se emplazaba el mítico Rock and fellers. Después de años de disputa, expropiación mediante, la municipalidad lo logró el espacio físico que buscaba. Resulta que este antiguo edificio había sido un centro clandestino de detención durante la dictadura y era muy importante para la memoria colectiva que sea ahí.
El día de la inauguración fui con dos amigos. Recorrimos cada lugar y nos sorprendimos mucho de lo que encontramos. Un «museo» súper dinámico, con muestras de distintos artistas. Lo que mas me gusto fue una maqueta del centro, a escala y con mucho detalle. Pero no se si cuenta porque soy bastante fan del modelismo, por lo que cualquiera me hubiese convencido. Como dato curioso de ese día: quedamos atrapados en un sector VIP y terminamos tomando champán con el intendente y muchos artistas invitados!
Un lugar que si visitás Rosario no te podés perder.

Hace unos años atrás funcionaba en dichas instalaciones el bar Rock and Fellers, estuvo mucho tiempo en la esquina de Moreno y Córdoba. Pero como en dicho lugar funciono un «centro clandestino» durante la época de la dictadura militar, se eligió abrir allí un museo en conmemoración a los que han sufrido en tan fea etapa del país.
Con muchos pro y muchas contras al respecto de parte de los ciudadanos (se debatió durante muchos años establecerlo allí) se decidió finalmente en el año 2010, por ordenanza municipal, la inauguración del museo de La Memoria.
Actualmente se presentan en el mismo varias obras (de ciudadanos rosarinos y también de otras provincias) de aquella época: publicaciones en revistas y periódicos del momento, una biblioteca muy extensa y especializada en la época, muestra de fotografías, eventos en su sala, extensión educativa para alumnos y docentes y varios actos al respecto.
Se lo puede visitar martes a domingos por la tarde.

El museo de la memoria, se encuentra en la esquina de Córdoba y Moreno; en diagonal a la plaza San Martín y frente la Facultad de Derecho. A una cuadra de la ex jefatura de policía de la provincia. la ex jefatura se la recuerda en la historia del último golpe militar argentino por ser un centro clandestino de detención, tortura, tormento y muerte de hombres y mujeres.
El Palacio donde se encuentra el museo es conocido con el nombre la casa de los padres… construido en 1928, en 1940 dejó de ser utilizada como residencia familiar para convertirse en sede de poder militar.
Con la vuelta a la democracia, en la década de los 80 el edificio pasó a estar en una situación deplorable y al borde de su demolición. Fue a si como se rento para utilización comercial, de este modo evitar la perdida del mismo.
En 1998, nace el museo de la memoria, el objetivo fundamental es conocer e investigar sobre la situación de los derechos humanos, la memoria social y política de nuestra región y país.
La educación es la clave para que NUNCA MAS las atrocidades manchen nuestra historia

Éste lugar es una de las apuestas más grandes que ha hecho para mí la gestión Socialista en cuanto a Cultura.
La historia es interesante:
Ésta casa la hizo el arquitecto De Lorenzi, emblemático artista rosarino de principios del siglo pasado, para sus padres. La arquitectura de la misma es impresionante, tiene una doble altura central imponente que se deja ver desde el ingreso, la luz natural es muchísima, y todos los rincones son majestuosos.
Después fue pasando por otras manos y en la última Dictadura Cívico-​Militar Argentina lamentablemente fue un centro clandestino de detención.
Siguió formando parte de los edificios del Estado para luego convertirse en un bar, el Rock & Fellers.
Recién en el 2010, después de muchas trabas. Incluso quejas de los clientes del bar (te juro) El edificio vuelve a manos del Estado para convertirse esta vez en el Museo de la Memoria, espacio que fusiona el registro histórico de desaparecidos, historias, obras de artes e intervenciones interactivas, que mantienen vivo el proyecto de memoria, verdad y justicia que la sociedad merece para nunca volver a repetir.
La exposición permanente es interesantísima y de alto vuelo, los artistas son de los más reconocidos de la ciudad por su obra y su compromiso social.
Además el museo ofrece actividades constantes que pueden consultarse en su página.

El Museo de la Memoria de Rosario tiene la característica de ser uno de los primeros sitios en Latinoamérica creados para resguardar la memoria colectiva, promover el acceso al conocimiento y la investigación sobre la situación de los derechos humanos, la memoria social y política no sólo de la ciudad, sino también del país y Latinoamérica. Se creo en 1998, pero recién en 2010 se instaló en su sede actual, el edificio ubicado en la esquina de Córdoba y Moreno, que de por sí es un atractivo arquitectónico interesante.
El Museo posee una colección permanente: el edificio fue intervenido por distintos artistas locales, en una invitación a la interpretación a través de nuestros sentidos, se pueden ver por ejemplo audio-​videos proyectados continuamente, así como audios con relatos y voces de las Madres de Plaza de Mayo. A mí modo de ver, cada espacio invita a la reflexión, desde distintos puntos de vista. En la página del museo se pueden ver cuáles son esas obras, pero los invito a que se tomen el tiempo de pasar y vivir la experiencia.
Por otro lado, cada tres meses se cambian las muestras temporarias. Se invitan a artistas locales, pero también muestras internacionales, invitando a la reflexión colectiva sobre situaciones que exceden a lo local. Por ejemplo, una de las últimas fue en torno a la situación actual que se vive en México, y consistía en pañuelos bordados con frases alusivas al terror que allí se vive por el enfrentamiento entre el Estado Mexicano y los grupos relacionados con el narcotráfico.
En el Museo funcionan también:
*El Centro Documental «Rubén Naranjo», dedicado a la recopilación, preservación y difusión de material audio-​visual (como ser fotografías, documentos públicos y privados) relacionados con la historia reciente de Argentina y especialmente el terrorismo de Estado durante la última dictadura militar.
*La Biblioteca Raúl Frutos que posee una importante colección especializada en historia reciente, derechos humanos y memoria (no sólo de Argentina, sino del mundo), incluye libros, folletos, trabajos de investigación, material audiovisual y publicaciones periódicas que abordan la temática desde distintas disciplinas.
*Centro de Estudios de Historia Reciente de Argentina y Latinoámerica, que busca propiciar espacios de discusión de los proyectos y avances de investigación.
El Museo cuenta también con un salón en el que se realizan distintos eventos, como las inauguraciones de las muestras temporarias o presentaciones de libros, así como una sala de proyección en la que se realizan ciclos de cine.