Norman Farias

Esta es la inmobiliaria que me alquila el departamento que me da techo, entre otras cosas, en este momento. Y sí, uno nunca tiene una relación muy amena con la inmobiliaria que le alquila el lugar. Se ve que nos gusta mucho el lugar, porque hemos tenido más de un encuentro poco agradable.
Cuando recién vinimos a conocer el departamento, Alejandro Farias, que es quien maneja la inmobiliaria ahora, nos mostró el departamento. No nos lo mostró porque tenía ganas sino porque el era el inquilino en ese momento. Habíamos pactado para verlo a las 17:30, por ejemplo, y ya me estaba llamando a las 17:25.
Cuando nos decidimos por alquilar el departamento, lo contactamos y empezamos el papelerío. Primero me había pedido una garantía de propiedad y dos de sueldo. Cuando llevé las de sueldo, me dijo que eran sueldos bajos y no alcanzaba. Cuando llevé la tercer garantía de sueldo, me dijo que era muy nuevo el puesto de trabajo y que necesitaba otra más. En total terminaron siendo cuatro garantías de sueldo y una de propiedad.
Obviamente que tuvimos que pagar de movida todo el trámite de averiguación de garantías, y demás. De eso nunca se zafa en ninguna inmobiliaria. Junto con el alquiler, la inmobiliaria nos cobra un seguro, el agua, el TGI y algún que otro impuesto. Tenemos que llevar todos los impuestos que pagamos, y también las expensas por pedido de la dueña. Y siempre que voy me lo recuerdan, me resulta un poco tedioso a veces. Los primeros días de todos los meses es una preparación psicológica para afrontar esa situación.
Tuvimos también problemas en el departamento de caños rotos en el lavadero, y estuvimos meses sin poder usar el lavarropas. Creemos de todas maneras que de eso debía hacerse cargo la administración, no la inmobiliaria.
Farias es una buena inmobiliaria, se manejan bien, cumpliendo con todas las obligaciones que debe cumplir, tanto con el inquilino como con la persona que alquila su departamento, pero muchas veces resulta cansador la cantidad de vueltas que hay que dar para llegar a un acuerdo.

Como inmobiliaria Norman Farias, suele ser como cualquier otra. Es una empresa familiar manejada por Alejandro (hijo de Norman), o por lo menos en mi caso, fue quien me brindó servicios.
Mi primer contacto fue para ir a ver una casa, y me recibió Martín, uno de sus empleados, quien me mostró el lugar y a la hora de negociar algún tipo de acuerdo o avance, me pasó el contacto de Alejandro. La segunda vez que realicé una visita a la casa interesada me recibió Alejandro. Pudimos negociar algo y acordar alguna visita extra de necesitarse, o estar interesado.
La operación que realizamos con la inmobiliaria fue un tanto tediosa. Con contratos de por medio mal escritos y demasiadas enmiendas, hasta aquí todo correcto.
Completada la operación, acordamos algunos arreglos que debían hacerse a la casa y eran esenciales. Faltaba la puerta de una habitación, arreglar la humedad del techo, reparar los caños de agua del techo que estaban todos sueltos, fugas de agua en canillas del baño, y varios puntos más de menor importancia. No cumplió con ningún arreglo más que impermeabilizar el techo y mal, lo que me dejó profundamente decepcionado ya que son personas con muy buen trato, pero que quedan nada mas en las palabras y promesas, y no cumplen.
Si vas a alquilar primero hay que asegurarse que cumplen con todo lo que afirman, porque si firmas antes no cumplen. Una lastima, porque parecen ser buena gente.

Convengamos que es raro que un inquilino adore a su agente inmobiliario. Esas relaciones no se establecen sin la tensión mínima de defender lo propio.
Sin embargo, mi experiencia con Norman Farias fue buena. Es una inmobiliaria clásica de la ciudad, dirigida por Don Norman que es un señor muy simpático que puede sacarte una sonrisa hasta cuando vas a pagar el alquiler.
Desde mi primer encuentro tuve una buena impresión del negocio, los empleados son amables (algunos más que otros, pero todos son muy respetuosos), siempre respondieron mis dudas, me atendieron rápidamente, respondieron mis llamados y estuvieron atentos a las vicisitudes de mi paso como usuaria. Y aunque tienen muchos clientes la atención es personalizada, apenas entraba ya me reconocían y directamente buscaban mi carpeta sin preguntarme quién era.
Por supuesto que tuvimos que pulir nuestras diferencias, pero como decía mi abuelo: conversando se entiende la gente y en este caso fue así.
Si bien mi paso fue breve y duró sólo un contrato, pude notar que son una inmobiliaria confiable y sólida.

Es una de las inmobiliarias mas conocidas de la ciudad, por eso mismo cuenta una gran variedad de ofertas a la hora de alquilar o comprar inmuebles.
Desde lo personal puedo contar mi experiencia, que no fue la mejor. Esta empresa esta fundada por el señor Norman Farias, una persona muy carismática, de mundo, visionario, super simpático y entrador, cosa muy diferente a uno de sus hijos Alejandro, resultó no ser una persona muy agradable.
Mas allá de esto, es una inmobiliaria de prestigio y no deja de ser un comercio donde cada uno hace valer su bolsillo.
Creo que don Norman les debe contar a todos su clientes, que cuando arranco con solo dos casas, focalizó su estrategia en colocar en cada una de las propiedades que tenia en venta o en alquiler un cartel donde el nombre Norman Farias Inmobiliaria se lo que mas te llame la atención.